El mismo día -5 de abril- en que ocurrió la irrupción de la policía y ejército ecuatorianos en la Embajada de México en Quito, el presidente de Argentina, Javier Milei, declaró su alineación total con Estados Unidos; un día antes, Nicolás Maduro, mandatario venezolano, denunció la existencia de bases del Comando Sur de Estados Unidos en el Esequibo, territorio en disputa con Guyana.
A inicios de semana, el 1 de abril, el ente sionista de Israel atacó -en
violación al derecho internacional- un consulado iraní en Damasco, Siria,
dejando 16 muertos, entre ellos un general de brigada de la Guardia
Revolucionaria iraní, Mohamed Reza Zahedi.
Por supuesto, Israel no actúa solo, sino con la venia de Estados Unidos:
ni en el ataque al consulado iraní, ni en el genocidio que desde hace seis
meses sufre el pueblo palestino.
La creciente y abierta injerencia que Estados Unidos, mediante el
Comando Sur, comienza -una vez más- a tener en la región a través de gobiernos
títeres, hace pensar en que la irrupción en la Embajada Mexicana contó con el
visto bueno de los yanquis o, incluso que se trata de una estrategia para
tensar Latinoamérica.
En enero de este año, el gobierno de Daniel Noboa sostuvo encuentros con
Laura Richardson, comandante del Comando Sur, a fin de fortalecer la
“cooperación” en seguridad en Ecuador. Richardson planteó contar con un plan de
“5 años” para el país sudamericano.[1]
En medio de una crisis de inseguridad, Ecuador celebrará este año una
consulta en la que, entre otras cosas, se votará la presencia del Ejército en
las calles y una reforma laboral para aprobar “el trabajo por horas”.[2]
Con el asalto a la Embajada de México en Ecuador, el gobierno títere y
neoliberal de Noboa violó, gravemente, la Convención de Viena que rige las
relaciones diplomáticas entre Estados. Con ello, se muestra el surgimiento de
“nuevas formas de control y represión que están surgiendo en algunos países de
América Latina, con la agravante de violaciones al derecho internacional”[3].
El Comando Sur, presente en Guyana y Argentina
El 4 de abril, Nicolás Maduro, denunció que el gobierno de Guyana “ya no
gobierna el país”, sino que lo hacen los organismos estadounidenses y aseveró
contar con información de que se han instalado bases secretas del Comando Sur
en el territorio en disputa[4], desde donde se prepararían acciones violentas
contra Venezuela, que este año realizará elecciones presidenciales.
El Esequibo es una región rica en oro, gas y petróleo que, por la
historia, debe pertenecer a Venezuela; sin embargo, ExxonMobile y otras
empresas gringas ya se encuentran en el territorio explotando sus recursos.
Cabe mencionar que Laura Richarson se ha reunido en diversas ocasiones, desde
2019, con los “gobiernos” de Guyana.
Por otra parte, Milei en Argentina, se reunió con Richardson para hacer
explícito su alineamiento con los Estados Unidos y anunció el establecimiento
de una base[5], en conjunto con Estados Unidos, en la parte más austral del
país y cerca de la Antártida, región en la que China ha puesto la mirada.
En una grotesca muestra de sumisión y adulación, Milei pasa por alto que
Estados Unidos es el principal aliado de Reino Unido, con el cual Argentina se
disputa las Islas Malvinas. Más aún, el delirante presidente argentino ha
amenazado con imponer sanciones a Venezuela.
Argentina, Ecuador y Guyana -por el momento la triada de países-, aunque
podrían ser más, que en contra de su pueblo y sometidos por los gringos, actúan
para tensar la región a favor y beneficio de los Estados Unidos.
***Artículo publicado originalmente en Periódico Revueltas el
09.04.2024***
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