El 7 de octubre, se
desarrollará en Quito, en la Casa del Maestro, el XXXII Congreso Nacional de la
Unión Nacional de Educadores “En defensa de nuestros derechos”, con la
participación de delegados de todo el país. En este Congreso se debatirán los
problemas actuales que afectan a la educación, la respuesta de los docentes a
la política gubernamental y se escogerá a la nueva directiva de la UNE para los
próximos años.
Este Congreso se
reviste de una importancia histórica por los avances e hitos que la UNE ha logrado
en beneficio de los docentes. En el año 2016, Rafael Correa ilegalizó la UNE y
creó varias organizaciones paralelas en el afán de disolver al primer gremio
del magisterio nacional. Con la ilegalización, también vendría un periodo de
persecución a sus dirigentes, la confiscación de su edificio matriz, los bienes
de la organización y una arremetida gubernamental digna de varios capítulos.
Isabel Vargas, actual presidenta de la UNE, comenta “por todos los medios,
intentaron estigmatizarnos. Correa creó varias organizaciones dependientes del
ministerio, con quienes llegaba a acuerdos para someter a los docentes en el
país y que no levantaran su voz”. Fueron días aciagos para el movimiento.
Durante siete años, los
maestros unionistas no dejaron de luchar por reconstituir una organización que
los representara y que defendiera los derechos de los docentes. La UNE resistió
la política antipopular de Correa, Moreno y Lasso.
“Participamos en varias
acciones y movilizaciones en el correismo, reclamando constantemente nuestros
derechos; durante el gobierno de Moreno, participamos en el levantamiento
indígena popular para llevar atrás las medidas antipopulares; durante el
gobierno de Lasso, fuimos parte de las jornadas de lucha de junio de 2023. Por
nuestra parte, hemos protagonizado huelgas de hambre, movilizaciones y acciones
para defender los derechos de los docentes, que desde hace años han sido
pisoteados por los gobiernos de turno”, sentencia Vargas.
Paso a paso, los
maestros construyeron una organización ciertamente nueva, pero que recoge la
historia y la trayectoria de lucha con la que nació la UNE en el año de 1944,
buscando siempre defender la educación y a los docentes. En el año 2019, tras
varias medidas de hecho y de derecho, recuperaron la personería jurídica, que
le permitirá seguir trabajando en beneficio de los docentes. Sus hitos más
importantes, además de crecer numéricamente en estos años con la adhesión de
nuevos miembros, han sido conquistar las reformas a la Ley Orgánica de
Educación Intercultural, entre las cuales se contempla la homologación y
equiparación salarial de los docentes de acuerdo con su escalafón; la
movilización permanente obligó al gobierno, a la Asamblea Nacional y a la Corte
Constitucional a reconocer este derecho por años negado al magisterio
ecuatoriano. Otro de los logros conseguidos es obligar al Ministerio de
Educación a retroceder en varias políticas que afectan la calidad educativa
(reducción de materias, improvisación de currículos y otros elementos) y,
aunque falta mucho por hacer, es necesario continuar con la lucha para evitar
que la educación continúe en declive en Ecuador.
En estos años, la UNE
se ha levantado, creciendo poco a poco y fortaleciéndose, sin necesidad de
tranzar con el gobierno de turno ni traicionar a sus afiliados. Este XXXII
Congreso representa la reafirmación de la vigencia de la organización docente,
demuestran el temple de los unionistas para defender los derechos de los
trabajadores de la educación y su compromiso con el futuro.
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