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El Presidente de la República, a través de una cadena nacional,
anunció un paquete de medidas económicas.
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Por:
Francisco Escandón Guevara
El
escenario del coronavirus y las miles de muertes y contagios están siendo
usadas maquiavélicamente por el gobierno de Lenin Moreno para imponer las
medidas neoliberales condicionadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Por
iniciativa del régimen y con complicidad de los asambleístas, días atrás, se
impuso un paquete de reformas laborales que afectan a los trabajadores del
sector privado, pues la “Ley de la Esclavitud” faculta a los empresarios, entre
otras cosas, a reducir el salario hasta en un 45%. Horas después, los mismos
partidos del pacto empresarial burgués legalizaron que los dineros del IESS
puedan ser usados por el Ministerio de Finanzas poniendo en riesgo el sistema
de seguridad social que no le pertenece al gobierno, sino a los afiliados,
jubilados y pensionistas.
Pero
el paquetazo no termina allí. Moreno, en la aparición de este martes 19 de
mayo, en cadena nacional, anunció nuevas
medidas económicas a nombre de reducir el déficit fiscal de $12.000 millones.
La
reducción de la jornada de trabajo y de salarios también se impondrá a los
trabajadores y servidores del sector público. Las contribuciones que Moreno
planteaba en la Ley de Apoyo Humanitario se consumarán vía Decreto Ejecutivo: a
los maestros se les recortará el 12,5% del salario, a otros dependientes del
poder ejecutivo la reducción será de aproximadamente el 17%%, aunque se
exceptúa de esta incautación a trabajadores de la salud, policía y fuerzas
armadas.
Junto
a la reducción salarial, el gobierno despedirá a 8.000 funcionarios del Estado
y retoma la liberalización del precio de los combustibles, que en palabras
castizas constituye la eliminación del subsidio de los combustibles, tal cual
pretendió hacerlo con el Decreto 883 que fue derrotado por el Levantamiento
Indígena y Popular en octubre pasado.
Nadie
puede negar la profunda recesión económica que impacta al Ecuador, pero tampoco
se puede facturar el costo de la crisis a los trabajadores. Mientras piden
comprensión a las medidas anunciadas, la corrupción sigue y las élites son
beneficiadas con leyes que les permiten sobre explotar trabajadores y evadir
contribuciones económicas.
Resucitar
el paquetazo acordado con el FMI es un error, la nueva realidad después del
coronavirus exige medidas extraordinarias, no las mismas. Ahora el pueblo
deberá decidir entre los intereses de las élites o su vida.
“La
liberalización del precio de los combustibles en palabras castizas constituye
la eliminación del subsidio de los combustibles”.
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