En la vía
solo quedó un letrero que anuncia el control de velocidad. La primera semana de
noviembre, técnicos de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) retiraron el
fotorradar que desde enero del 2015 comenzó a operar en El Pisque, un poblado
de Ambato.
Pero no fue el único aparato que dejó de funcionar
en esos días. Otros 13 que estaban entre el puente de Jambelí (Machachi) y El
Pisque también fueron desinstalados.
¿Qué ocurrió?
El director provincial
del Ministerio de Transportes de Cotopaxi, Javier Castellano, tiene una
respuesta: los dispositivos fueron retirados para su mantenimiento.
Un
informe que ese Ministerio envió a este
Diario señala que desde enero del año pasado fueron colocados 514 radares en 10 provincias. Pero
actualmente 118 están en una revisión preventiva y
calibración y 13 son reparados, pues “han sufrido actos de vandalismo”.
Es decir, 131 están inhabilitados actualmente.
Por
ejemplo, en las vías que unen a Santo Domingo de
los Tsáchilas con Esmeraldas, El Carmen (Manabí) y Quito, nueve de los 22 aparatos no operan.
El caso llegó a la Fiscalía, pues la CTE denunció
que los paneles habrían sido averiados por el impacto de bala y por pedradas.
El
Código Penal (art. 204) sanciona con cárcel de uno a tres años si el daño de un bien paraliza los servicios públicos.
Los equipos de Santo Domingo fueron instalados hace
dos años. Inicialmente fue una medida
preventiva, pero desde el 1 de enero los registros relacionados con el exceso
de velocidad debían servir para levantar multas
económicas.
Por las averías,
la CTE postergó esa tarea para la próxima semana. De hecho, los daños
se produjeron después de que en diciembre pasado se
anunciara el cobro de multas.
En la provincia tsáchila,
unos radares son estáticos (amarillo) y otros están colgados sobre la calzada (blancos).
El
monto por las pérdidas de estos equipos no ha
sido cuantificado, pero hace dos años cuando
el Ministerio de Transportes los instaló en Santo
Domingo se habló de que cada uno costaba USD 9
000.
Para las autoridades, los radares son precisamente
uno de los factores que ayudan a reducir los accidentes de tránsito. Entre el
2014 y el 2015, los siniestros, muertos y heridos en las vías del país bajaron
un 8%, según la Agencia Nacional de Tránsito (ANT).
Por eso, los primeros dispositivos estarán
operativos en dos semanas, luego del mantenimiento, calibración y reparación.
Serán reinstalados en las mismas provincias, aunque la ubicación podría
cambiar.
En Ambato, hasta esta semana no se sabía cuándo volverían
a trabajar los dispositivos. Por eso se realizan operativos sorpresa para que
los conductores respeten la velocidad. Los vehículos livianos, en las
carreteras, pueden ir máximo a 100 kilómetros por hora.
En la vía Quito-Mitad del Mundo, en donde había dos
fotorradares estáticos, los policías volvieron a controlar con sus aparatos
móviles.
En Tungurahua, los vecinos que tienen sus chacras o
viviendas a lo largo de la Panamericana están
preocupados.
Ellos saben que después
de que los equipos fueron retirados hay conductores que circulan a más de 100
kilómetros.
Esto sucede, pese que en la vía
hay letreros que indican la velocidad permitida.
En Navidad se registró un
accidente en el sector de Canguahua (entre Latacunga y Salcedo). Los policías determinaron que el chofer iba demasiado rápido. En el
2015, esa fue la tercera causa de siniestros en el país.
Las
dos primeras fueron el irrespeto a las señales
y conducir de forma distraída. FUENTE:
DIARIO EL COMERCIO.
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