Por: Infórmate Pueblo
La aprobación del
Presupuesto General del Estado 2026 por parte de la Asamblea Nacional abrió un
nuevo frente de tensión entre el Gobierno y el sistema de educación superior.
Con 78 votos de la bancada de ADN y sus aliados, el Legislativo dio paso a una
proforma que incluye un recorte total de USD 128,9 millones para 19
universidades públicas, medida que ha desatado indignación en estudiantes,
docentes, comunidades indígenas y organizaciones barriales.
Los recortes más
críticos
La Universidad Central
del Ecuador (UCE),
la institución pública más grande del país, enfrentará una disminución de USD
15,5 millones, lo que afecta directamente su ya limitada capacidad de
infraestructura, investigación y oferta académica.
La Universidad de las
Fuerzas Armadas (ESPE) sufrirá una reducción cercana a los USD 20 millones,
mientras que el impacto más severo recae sobre la Universidad Intercultural Amawtay Wasi, cuya asignación cae de USD
12,2 millones a USD 3,7 millones: un recorte de casi 70%, considerado por
dirigentes indígenas como “un golpe frontal a la educación intercultural y
comunitaria”.
Otros
centros de educación superior también experimentarán reducciones que comprometen
inversiones, mantenimiento, laboratorios y apertura de cupos para nuevos
estudiantes.
Estudiantes denuncian
hacinamiento, abandono y precarización
El
anuncio del recorte reavivó denuncias sobre las condiciones ya deterioradas de
las universidades públicas. En la UCE, dirigentes estudiantiles señalaron que
la institución carece de aulas suficientes, que existen cursos con más de 50
estudiantes y que los laboratorios e infraestructura se encuentran en estado
crítico.
Camila Aguirre, coordinadora de Transformación
Universitaria, afirmó durante un plantón:
“A Noboa le damos un
ultimátum: si no revierte los recortes hasta el 31 de diciembre, debe dar un
paso al costado. No puede dirigir un país quien castiga la educación”.
Aguirre
reclamó que los USD 200 millones destinados inicialmente para una Asamblea
Constituyente deberían ser redirigidos hacia educación, salud y seguridad.
También denunció que la Universidad Central ni siquiera ha podido pagar sus
licencias de Microsoft y que los baños “no
cumplen estándares mínimos”.
“La juventud despertó”
El
representante universitario Luis
Chuquimarca enfatizó que la derrota del Gobierno en la última consulta
popular es una señal clara del malestar nacional:
“Más del 60% del país
rechazó las políticas del presidente. Entre ese porcentaje está la juventud que
exige una educación digna. No vamos a permitir que nos quiten el futuro”.
La campaña estudiantil
frente al aparato estatal
Mientras
el Gobierno destinó USD 60 millones a bonos, juguetes y campañas institucionales,
los estudiantes impulsaron iniciativas con recursos mínimos: charlas, brigadas
informativas, foros, debates y actividades comunitarias.
Mía Barona, tesorera de la
Asociación de Química y Biología, destacó:
“Nosotros pusimos
creatividad y organización comunitaria. Cocinamos pancitos, hicimos murales,
debatimos en cada aula. Ellos tuvieron millones; nosotros, voluntad. Y ganó el
NO”.
Barona
subrayó que los jóvenes defenderán la gratuidad de la universidad pública ante
cualquier intento de privatización o reducción de derechos.
FEUE alerta riesgo de
colapso institucional
El
presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE), Nery Padilla, advirtió que el recorte
profundiza el deterioro estructural de las universidades:
“Si la Central ya tiene
problemas de infraestructura, hacinamiento e investigación, este recorte la
empuja al borde del colapso”.
Padilla
detalló que, de los USD 130 millones destinados a la UCE, USD 108 millones se van
a salarios docentes, quedando solo USD 22 millones para inversión, una cifra
insuficiente para mantener las operaciones básicas, y ahora golpeada con la
nueva reducción.
Comunidades barriales e
indígenas se suman al rechazo
Organizaciones
barriales señalaron que afectar a las universidades públicas no solo golpea a
los estudiantes, sino a los territorios: Centros de salud universitarios,
prácticas comunitarias, proyectos sociales, mediación legal, investigación
agrícola y programas culturales dependen de estas instituciones.
La
CONAIE y otras organizaciones indígenas denunciaron que el recorte a Amawtay
Wasi vulnera el derecho de los pueblos y nacionalidades a una educación
intercultural creada desde sus propias cosmovisiones.
Senescyt no responde y
crece el malestar
A
pesar de la gravedad de la situación, la Secretaría de Educación Superior no ha
emitido un pronunciamiento claro sobre los criterios de recorte ni sobre
posibles mecanismos de compensación.
Las
universidades reclaman una reunión urgente con el Ministerio de Finanzas, sin
obtener respuesta.
Movilizaciones en
camino
Estudiantes,
docentes, colectivos barriales e indígenas preparan nuevas acciones de protesta
para diciembre y los primeros meses de 2026.
Las
jornadas incluirán marchas, plantones, asambleas interuniversitarias y una
posible movilización nacional.
“Defender la universidad pública es defender al pueblo”, señalaron en un comunicado conjunto.


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