Por:
Diana Almeida Noboa
Nayra Chalán es
Vicepresidenta de la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del
Ecuador (ECUARUNARI) - una de las organizaciones regionales de la CONAIE- quien
nos comenta en esta entrevista acerca de las acciones que han llevado a cabo
para hacer frente a la pandemia de Covid 19, no solo dentro de los territorios
y comunidades sino también en sus propuestas de solidaridad y apoyo a las
ciudades.
Chalán
reitera la disposición y necesidad de trabajar coordinadamente con otras
organizaciones y con el gobierno nacional, pero indica que éste último, a pesar
del evidente desborde y mal manejo de la situación, insiste en hacerse de oídos
sordos a las propuestas de la CONAIE, a quien tratan como enemigo político, aún
en medio de la crisis sanitaria.
Hace
un llamado a la solidaridad entre ecuatorianos y la organización popular para
enfrentar el difícil panorama económico que se avecina.
DA: ¿Cómo leen esta
crisis actual desde la Ecuarunari?
NC:
Para nosotras es bastante fuerte lo que está pasando, pero se ha evidenciado- y
es meritorio recalcarlo - un carácter, una capacidad de organización que
dichosamente ha logrado contener una expansión (de la enfermedad) que puedo ser
mayor.
Desde
que inició la crisis sanitaria nos acogimos a las disposiciones oficiales, y
también dispusimos a nuestras organizaciones de base al cumplimiento de las
mismas. Pero además de ello, ha habido aportes en el tema del control y la
disciplina, pues dentro de una sociedad organizada si se puede controlar la
epidemia de manera mucho más adecuada.
Sin
embargo, con esta crisis, muchas de las situaciones antes reclamadas, se quedan
más en el olvido, por ejemplo, la violencia de género. No contamos con cifras
que realmente puedan darnos luces para nosotros como organización también poder
trabajar con más certeza sobre el grupo vulnerable de mujeres. Sin embargo, hay
algunos principios que se reorientan o que se pide que sean cumplidos además
por los diferentes niveles de coordinación, que, en este ejemplo serían las
comunidades, que tienen un rol fuerte dentro de los que es el control de la
violencia de género en el confinamiento, pero siempre considerando las
condiciones en las que nos encontramos, especialmente en la parte rural.
DA: ¿Se han habilitado
bonos del estado o líneas crediticias para el sector rural?
NC:
En realidad nosotros no hemos tenido ningún nivel de interlocución con ningún
ente del Estado que haya tenido la voluntad de dar respuestas concretas a los
planteamientos que se han dado. El sector amplio donde nosotros estamos
ubicados como estructura, es bastante fuerte dentro de la ruralidad, que ha
sido un sector abandonado históricamente y que, lamentablemente, en esta
situación de crisis hacen que el alcance del Estado sea limitado en las zonas
donde realmente se necesita.
DA: ¿Cuales han sido las
medidas que han implementado para afrontar la pandemia?
NC:
Considerando que el Ecuador es un Estado Plurinacional, y que hay derechos
colectivos consagrados dentro de la Constitución, se ha pedido acogerse a los
mecanismos de control, disciplina y acatamiento de las reglas, pero además,
hemos insistido en sumar esfuerzos, es decir, que se considere lo que nosotros
decimos, porque lo que hemos estado pidiendo (a la población) es que se evite
al máximo contraer una gripe común que pueda ser confundida con Covid19 y que
pueda desatar alarmas innecesarias dentro de las comunidades.
También
hemos acatado las medidas de cierre, para evitar la libre circulación de la
gente, con controles en la entrada y salida de las comunidades, lo que ha
logrado mantener controlada la propagación, puesto que somos zonas, áreas
productoras donde permanentemente se está sacando alimentación, dotando para
mercados.
Lo
que también se viene haciendo – desde las organizaciones – es recordar que ser
un Estado Plurinacional no quiere decir que el Estado central deba descuidar
las demandas y necesidades de los territorios de pueblos y nacionalidades. Sin
embargo, esto ha sido así, razón por la cual se ha tenido que organizar de
manera autónoma todo el tema de las comunidades, en ese sentido, desde la
CONAIE que es nuestra organización nacional, si se ha estado emitiendo
información para la prevención en lenguas originarias que es algo que el Estado
en obligación debía haber hecho, pero tampoco ha logrado cubrir.
Asimismo,
se ha trabajado en instalar lógicas bastante locales para poder abastecerse,
como redes de apoyo dentro de las comunidades. Los mercados comunitarios o los
trueques, sistemas comunitarios de organización que permitan proveer lo
necesario a familias o a personas que no tengan como sostener. En cuanto al
tema de los compañeros, compañeras de la tercera edad, que tienen mucha más
dificultad en sostener su vida, afortunadamente no tenemos este conflicto,
porque en las comunidades ya existen estos valores de cuidado, que han
permitido permanentemente este tipo de apoyo mutuo.
DA: ¿Cuál es su mayor
preocupación en medio de esta pandemia?
NC:
La preocupación es que el gobierno no ha puesto la atención ni la seriedad
necesaria a lo que significa esta pandemia. Es decir, en este momento se abre
la discusión y el requerimiento urgente de lo que es la salud pública, en
especial el acceso universal, es decir, que no debemos pagar por aquello. El
descuido en esta etapa de propagación del virus, el descuido a la salud pública
y los sectores estratégicos para el sostenimiento de la vida es evidente.
Nos
preocupa que esta actitud permita que se repita lo que está pasando ya en
ciudades de mayor aglomeración - Guayaquil principalmente - en las comunidades,
donde el sistema de salud no ha llegado. Los sub-centros de salud no cuentan
con los implementos ni el personal necesario; si es que se diera el caso de
tener alguna persona que presente los síntomas y que deba recibir atención y
cuidados médicos sostenidos, no hay cobertura médica para los compañeros y
compañeras.
Creemos
que ha habido un descuido y una falta de gobernabilidad que no ha permitido ni
siquiera los mecanismos de coordinación interinstitucional dentro del mismo
Estado, peor aún con los pueblos y nacionalidades.
Y
dentro de todas esas preocupaciones, ofrecemos propuestas. Los compañeros
productores y productoras están interesados en buscar canales, que podamos
tender redes de solidaridad con las grandes ciudades, para proveer
alimentación. Hemos sido insistentes en que se debería destinar el contingente
necesario, la logística necesaria para que podamos canalizar estar ayudas. Sin
embargo, han sido omitidas estas peticiones que hemos estado haciendo.
Aun
así, desde las iniciativas territoriales, desde cada una de las organizaciones
provinciales, o de organizaciones de segundo grado, se han logrado ayudas que
si bien no han sido suficientes para las grandes urbes, evidencian que está
puesta ahí nuestra intención de colaborar y de ser parte del sostenimiento de
las vidas de todos los ecuatorianos que habitamos acá, pero que no hemos tenido
las medidas de organización necesarias.
DA: ¿Cuál es su lectura
o perspectiva del futuro cercano en el Ecuador?
NC:
Estamos pasando duros escenarios, en los que nos ha tocado marcar posiciones a
las organizaciones, y en las que también pedimos que el gobierno pueda dejar a
un lado por el momento la oposición que tiene, sobre todo a la estructura
organizativa de la CONAIE, y que se puedan tender lazos de coordinación. Nos
interesa precautelar la vida de quienes estamos acá.
Lo
que preocupa, son los despidos masivos que se están dando. La semana pasada ya
hubo despidos en el sector de las florícolas y así pasarán, en el sector de la
agroindustria, donde también están nuestros compañeros y compañeras. Nosotros
hemos estado pidiendo insistentemente que se respete la soberanía y la dignidad
del trabajador, con pagos justos y el trabajo reconocido, conforme a la ley.
Los despidos significan que, a la larga, vamos a tener un cinturón de pobreza mucho
más grande dentro de las urbes, y una mayor migración del campo a la ciudad,
que es lo que harán nuestros compañeros y compañeras que están con su
mercadería paralizada, porque es alimentación que tiende a dañarse en corto
tiempo.
Además,
está el tema de la reactivación económica. En este momento entendemos que las
instituciones del gobierno, de los gobiernos locales, tienen mayor coordinación
con los grandes productores, los agroindustriales, pero, postpandemia o dentro
de este mismo escenario con los pequeños agricultores siendo dejados a un lado,
¿cómo se puede articular para que estas pérdidas no signifiquen un aumento al
costo, y un debilitamiento de la calidad de vida de los pequeños productores?
Sabemos
que no hay garantías o algún mecanismo para que los bancos puedan refinanciar
los créditos que se han hecho - que serán bastante tajantes con los productores
que han adquirido sus créditos – así que si nos preocupa de sobremanera estos
temas.
DA: ¿Qué es lo que más
se necesita, que es lo que más se ha demandado dentro de la organización?
NC:
Los implementos básicos para el cuidado, la higiene: jabón, geles antisépticos,
mascarillas, eso es lo que se ha demandado. Nosotros creemos que el tema de la
alimentación tenemos cubierto, lo que es común dentro de nuestras
organizaciones. Ahora, lo que sí necesitamos son movimientos que estén operando
dentro de las urbes, con los que podamos tener un diálogo y coordinar acciones
de solidaridad. Hay voluntades que están puestas ahí, y que deberíamos
canalizarlas de la mejor manera y para eso también necesitamos de estos
sectores organizados dentro de las urbes, así como de algunos contactos dentro
del movimiento indígena, para poner atención a los compañeros y compañeras de
pueblos y nacionalidades que están viviendo dentro de las ciudades, es decir, a
la contraparte de pueblos y nacionalidades organizados en las ciudades.
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