PÍLLARO, Tungurahua. Personas disfrazadas de diablos danzan al son de pasacalles y sanjuanitos. Wilson Pinto |
Tungurahua - “Atatay”,
“arrarray”, son las palabras con que cientos de diablos tratan de asustar a los
turistas propios y extraños que llegan a copar ocho cuadras del centro de
Píllaro, mientras este personaje vestido en su mayor parte de rojo y con
caretas de cachos de distintos tamaños y formas dan rienda suelta al baile en
la Diablada Pillareña, que comenzó ayer y se extiende hasta el 6 de enero.
A
pesar de la lluvia constante que cayó en la tarde de este lunes en Píllaro,
cientos de turistas llegaron a presenciar la Diablada Pillareña que el 29 de
diciembre de 2008 fue declarada Patrimonio Cultural Intangible del Ecuador. En
esta oportunidad son trece las partidas (comparsas) que hacen su participación
en los seis días.
En
el ambiente se escuchan especialmente pasacalles, sanjuanitos y tonadas de las
bandas de pueblo que acompañan a cada partida, lo que marca el paso no solo de
los diablos sino especialmente de las parejas de línea, con lo cual el ambiente
de alegría de los espectadores se enciende. “Viva Píllaro”, “viva la Diablada
Pillareña”, se escucha entre la gente.
Diana
Mesías, jefa municipal de Cultura, Deportes, Turismo y Recreación, recordó que
las partidas ingresan al centro de Píllaro entre las 13:00 y 14:00 para su
primera vuelta. Luego de un descanso inician la segunda vuelta para después
salir a los lugares de origen. Son ocho cuadras, por lo que cada vuelta dura
alrededor de una hora y media.
Aseguró
que se ha solicitado a los cabecillas de los grupos que cumplan con los ocho
requisitos, entre ellos, el cuidado de la vestimenta e indumentaria de los
personajes.
Mesías
dijo que lo que se pretende es que los turistas disfruten de la Diablada tal
como es el contexto original, que esencialmente consiste en que los diablos se
rebelaron ante la opresión de los españoles en la época de la colonia, razón
por la que se cuida que no se utilicen personajes o indumentaria de otras
fiestas.
Carlos
Mosquera manifestó que cuando era joven bailaba en las parejas de línea como lo
hace ahora su hija Marilyn, 11 años.
En
cambio, Fernanda Sánchez salió a disfrutar del evento con sus hijos David, de 9
y Miguel, de 3, quienes estaban disfrazados de diablos en la partida de
Rocafuerte.
Comentó
que les gusta continuar con la tradición, razón por la que apoyan a sus hijos
cuando quieren ser parte de las comparsas.(I)
Esta tradición fue declarada en 2008 Patrimonio Cultural Intangible del Ecuador. |
El evento
Turismo
En familia
Luis
Buenaño, que llegó desde Quito, aseguró que le gusta asistir con su esposa e
hijos pequeños para que conozcan de esta tradición.
Atracción
Se
calcula que en los seis días llegarán alrededor de 40.000 personas. Fuente: El
Universo.
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