IBARRA.
La marchista Glenda Morejón entrena
diariamente en el parque Ciudad Blanca. Al
día siguiente de arribar a su ciudad de origen,
tras obtener la medalla, volvió
a las prácticas.
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Glenda Morejón tiene
apenas 17 años, pero en sus palabras evidencia madurez, ganada tal vez con los
sacrificios que ha tenido que hacer para conseguir uno de sus primeros sueños:
la medalla de oro en el Mundial Juvenil de Atletismo, lograda hace una semana
en Kenia.
La
marchista ibarreña –quien entrenó con zapatos rotos y parchados– tiene muy
claros sus objetivos, pero el único obstáculo es la falta de apoyo económico.
Por eso ahora que ha logrado notoriedad, no solo en la prensa, sino también
ante la dirigencia deportiva que le ha hecho una serie de ofrecimientos,
Morejón pide que la ayuda se haga efectiva.
“Esperemos
recibir el apoyo que nos merecemos yo, mi escuela de atletismo Tarquino
Altamirano, mi entrenador Giovan Delgado, y con eso poder seguir luchando por
nuestros sueños”, manifestó en una entrevista para El Norte TV, medio de su
ciudad de origen.
El
mensaje va dirigido de igual forma a la ministra del Deporte, Andrea Sotomayor,
quien organizó el recibimiento a la llegada de Kenia, tras obtener la medalla
de oro en los 5 kilómetros de marcha: “Y también a la ministra del Deporte, que
todo lo que nos dijo a toda la selección (de atletismo) que no quede solo en
palabras, sino que se haga realidad”.
Por
ahora la principal necesidad de Morejón son los suplementos vitamínicos, aunque
ella prefiere consumir productos naturales. “No hay que hacer costumbre de eso
(suplementos). Nosotros tomamos el agua de panela, como es dulce nos da energía
cuando hacemos un largo kilometraje”, reveló la campeona.
Su
otra prioridad es la implementación, en especial los zapatos de entrenamiento,
que según contó su padre Luis Morejón, “normalmente le duran dos meses, pero en
el último entrenamiento el par solo le duró tres semanas y con el parche que le
puse, un mes”.
A
esto se puede sumar un equipo de apoyo interdisciplinario.
Mi
psicólogo soy yo misma, mis papás y mi entrenador; mi doctor es Dios, también
mi familia y todos los que me ayudan.
Glenda
Morejón,
Marchista
ibarreña (D)
Fuente: Diario El Universo.
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