Que la gente
no huya en busca de refugio cuando cae un gran aguacero, y más bien se convoque
de forma masiva a llenar la calle; que la lluvia la haga crecer como la espuma,
la acaricie, la abrigue, la llene de alegría y de entusiasmo, solo es posible
en el Quito rebelde del primer grito de la independencia, en el Quito de la
revolución de las alcabalas, de la guerra de los cuatro reales, de la caída de
varios presidentes corruptos y antipopulares. “Quito ya salió, Correa se
jodió”, decían los manifestantes de este 19M mientras caminaban desde el parque
El Ejido, en la tradicional “Caja del seguro”, hasta la plaza de San Francisco,
y también de vuelta, porque al regresar, ya en horas de la noche, lo hicieron
en forma de marcha, y con el mismo entusiasmo.
Imposible minimizar la trascendencia de la
movilización nacional convocada por las centrales sindicales y las
organizaciones populares. Absurdo decir que en Quito “fue un fracaso”, como
declaró el ministro José Serrano. Frente a la magnitud de la marcha, hablar de
que solo fueron “cuatro pelagatos” puede significar un harakiri político, por
lo ridículo que suena. Fue una marcha que duplicó en número la participación de
las anteriores movilizaciones, pues esta vez rebasó las 70 mil personas. Fue
una marcha que superó, en calidad, a las anteriores, no solo porque los
manifestantes vencieron las dificultades climáticas y la intensa campaña
propagandística engañosa de los días previos, sino porque en todo el trayecto
jamás dejaron de arengar, de expresarse, de gritar contra Correa. Tenían varios
motivos, varias reivindicaciones, pero todos se unificaban en un solo grito:
“fuera Correa”. Sí, fue una marcha de alto contenido político: anticorreísta.
Paraguas, ponchos de plástico, capuchas, o
simplemente dejarse bañar por las cariñosas aguas de la capital… ¡Había que
marchar! Estaban los trabajadores, encabezados por las pancartas y banderas de
sus centrales sindicales, y sus letreros que decían: “Contra la eliminación de
derechos”, “Por más salario”, “Contra la persecución y la mentira”… Y estaban
los estudiantes, secundarios y universitarios: “ciencia para el pueblo”
“Estudiantes y trabajadores unidos”, “Libre ingreso a la universidad”,
“libertad de elegir la carrera profesional”. También estaban las mujeres:
“sobre mi cuerpo mando yo”, “no metan su política en mi vagina”… Fue una
fiesta, la ocasión perfecta para gritar a todo pulmón: “no te tengo miedo”.
Ya en la plaza de San Francisco, Mauricio Chiluisa,
presidente de la Federación de Estudiantes Secundarios del Ecuador (FESE),
felicitó a la juventud de todo el país, “que ha demostrado estar en la línea
correcta, con la clase obrera y no con la derecha de Lasso, Nebot o Correa”,
una juventud que se resiste al control, la represión y el trato
discriminatorio, que se rebela y demuestra firmeza, valentía, pero también
claridad, inteligencia y capacidad.
Mesías Tatamuez, presidente de la Confederación
Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas Unitarias de Trabajadores (CEDOCUT)
valoraba a la movilización como “un éxito”, incluso dijo que rebasó las
expectativas, que es la demostración de la justeza de las demandas de la clase
obrera, y que los argumentos de la campaña sucia del oficialismo cayeron por su
propio peso “Aquí no están los banqueros, aquí no está la derecha, está el
pueblo”.
Los maestros demostraron también que no han sido
derrotados por los intentos divisionistas del régimen, participaron
masivamente, comprometidos por una educación liberadora, para el pueblo. La
Unión Nacional de Educadores (UNE), según Rosana Palacios, “sigue siendo el
sindicato más grande del país, el gremio querido por los maestros y maestras,
sigue siendo un ejemplo de patriotismo y dignidad”.
Las mujeres llenaron de libertad, inteligencia y
dignidad las calles, mostraron los valores que el poder es incapaz de
comprender. El 19M tuvo sonrisa y puños de mujer. Y su presencia ratificó que
el proceso crecerá aún más.
En el horizonte están las más grandes victorias,
todos tratan de imaginar lo importante que será el próximo Primero de Mayo, la
más cercana: la marcha del Seguro Social Campesino (26 de marzo). Todos
imaginan también en un futuro ya no muy lejano, el derrumbe del autoritarismo.
En Quito floreció, este 19M, la lucha de los pueblos. En marzo llovieron puños
hacia el cielo. FUENTE: ECUADORLIBRERED / PERIODICO OPCIÓN.