¿Qué pasa si
en lugar del final de la hegemonía neoliberal, la mayor presencia del Estado en
la política ecuatoriana forma parte de una reconfiguración del neoliberalismo
en el ámbito de la economía global?
POR: Lizardo Herrera
Es PhD por
la Universidad de Pittsburgh y tiene una maestría en estudios de la cultura en
la Universidad Andina Simón Bolívar y una licenciatura en historia en la PUCE.
Es profesor en Whittier College, California, Estados Unidos.
La mayor presencia del Estado que promueve Correa,
a pesar del incremento del gasto social, no necesaria-mente se opone al modelo
neoliberal".
Pablo Iglesias dirigente del nuevo partido político
español, Podemos, recientemente visitó Ecuador y Bolivia para nutrirse de la
experiencia de estos gobiernos de izquierda. En sus intervenciones, Iglesias
realiza una brillante crítica a la socialdemocracia española, aglutinada en el
Partido Socialista Obrero Español (PSOE), como responsable de la inserción de
España en el modelo neoliberal. Según Iglesias, el programa del PSOE a partir
de los años 80 favoreció tanto el ingreso de España en la Unión Europea como la
implementación de las políticas de desregulación económica que debilitaron los
controles estatales y crearon las condiciones para la crisis económica que
afronta España en la actualidad. De modo que, según este joven político, el
fortalecimiento del Estado es el camino más apropiado para contrarrestar los
efectos negativos del neoliberalismo.
A pesar de que comparto con la crítica al
neoliberalismo como un modelo que favorece a las élites (especialmente las
financieras) en detrimento de las mayorías y como el responsable directo de la
crisis económica en varias regiones del globo, me gustaría abordar la
siguientes preguntas: ¿qué sucede si la relación entre Estado y neoliberalismo
es más compleja de lo que plantea Iglesias? ¿Qué pasa si en lugar del final de
la hegemonía neoliberal, la mayor presencia del Estado en la política
ecuatoriana forma parte de una reconfiguración del neoliberalismo en el ámbito
de la economía global?
Hasta ahora la manera más efectiva para explicar lo
que se conoce como las reformas neoliberales ha sido a partir de la siguiente
fórmula: menor presencia del Estado, menos regulación de los mercados (en
especial, los financieros); mayor presencia estatal, más regulación económica.
Sin embargo, si tomamos en cuenta la historia latinoamericana, resulta que el
neoliberalismo nace en el contexto de una dictadura militar en Chile (1973).
Esto quiere decir que para implementar las reformas neoliberales en ese país
sudamericano se necesitó de un Estado muy fuerte. Por esta razón, si aplicamos
la fórmula antes mencionada tenemos que en Chile más Estado en lo político
contradictoriamente desembocó en menos regulación o menos Estado en lo
económico.
El historiador francés, Jerôme Baschet, sostiene, a
diferencia de lo que plantea Iglesias, que los principales actores en la
implantación del neoliberalismo fueron los Estados, los cuales se encargaron de
imponer las normas capitalistas al conjunto de la sociedad. Dictaduras como la
chilena, entre otras cosas, combatieron y debilitaron a las organizaciones
populares, estudiantiles o sindicales. Esto significa que la concentración o
centralización del poder político permitió llevar a cabo la desregulación de
los mercados financieros y la privatización económica.
Si analizamos la política ecuatoriana actual,
varios analistas coinciden con Iglesias al sostener que gracias a las políticas
del gobierno de Rafael Correa, la hegemonía del neoliberalismo llegó a su fin
en el país. Correa, desde este punto de vista, fortaleció el rol del Estado en la
economía a partir de una fuerte inversión en infraestructura y el incremento
del gasto social, desmontando así las políticas económicas o financieras de los
gobiernos anteriores. Si aplicamos la formula anterior, esta vez funcionaría,
pues mayor Estado significó más regulación en el Ecuador.
Pero si hacemos una breve historia del gobierno de
Correa, podemos observar que su gobierno tiene dos etapas. En la primera,
primaban los siguientes objetivos: 1) redactar una nueva Constitución para lo
cual se forjó varias alianzas con sectores de la izquierda que ahora combate,
2) desarrollar una política de asistencialismo público a partir de programas
sociales, servicios públicos o la construcción de infraestructura pública y 3)
un mayor control del Estado en ciertas áreas estratégicas de la economía. En la
segunda, en cambio, se da un giro importante en tanto el énfasis ahora está en
el cambio de matriz productiva/cognitiva y la implantación de varias reformas o
leyes que favorecen la concentración del poder político. Como evidencia de este
giro, por nombrar unas pocas, estaría la elección como vicepresidente de Jorge
Glas, cercano a grupos de ideología neoliberal, o la firma del acuerdo
comercial con Europa.
Dicho de otro modo, estamos ante una disyuntiva en
la medida en que, por un lado, está una
política asistencialista y nacionalista que rompe con los dictados de la
austeridad neoliberal y que además cuenta con una popularidad muy alta;
mientras que, por el otro, se encuentra un proyecto modernizador de carácter
tecnocrático que dirige su mirada al capitalismo global y exige una mayor
centralización del poder político.
Si es correcto que la prioridad del gobierno en la
actualidad está el cambio de matriz productiva/cognitiva, esto trae consigo
algunas consideraciones importantes. Primero, este cambio de matriz propone
pasar de una economía extractivista basada en la explotación y exportación de
materias primas a una basada en el conocimiento por medio de una modernización
acelerada. En este sentido, las políticas asistencialistas del gobierno,
especialmente, la construcción de infraestructura, se subordinan a un plan
mayor: el cambio de la estructura productiva del país. Segundo, si para llevar
a cabo este cambio de matriz productiva, el gobierno busca replicar el modelo
de desarrollo coreano, esto torna aún más problemática la tesis del "final
de la hegemonía neoliberal" en el Ecuador. Tercero, la concentración del
poder político en el Ejecutivo se opone y debilita a las organizaciones
populares o sociales tal como sucedió con los gobiernos dictatoriales que
implementaron el neoliberalismo en América del Sur.
Esto quiere decir que la mayor presencia del Estado
que promueve Correa a pesar del incremento del gasto social o la construcción
de infraestructura, no necesariamente se opone al modelo neoliberal. ¿Cómo
entender esta aparente contradicción? Baschet nos vuelve a dar una pista al
sugerir que la mayor presencia estatal en ciertos gobiernos progresistas de
América del Sur no necesariamente significa el desmantelamiento del modelo
neoliberal, más bien puede implicar un nuevo re-equilibrio del funcionamiento
del neoliberalismo. La nueva relegitimación del Estado, según este historiador,
tendría que ver con la necesidad de dotar a los Estados de las herramientas
necesarias para lograr tal re-equilibrio.
Esto quiere decir que el modelo de desarrollo del
gobierno ecuatoriano se enmarca en un contexto de reconfiguración del
neoliberalismo a nivel internacional en donde la modernización económica se
complementa perfectamente con la centralización del poder político. En este
sentido, aunque más Estado tanto en términos políticos como económicos favorece
una mayor regulación de la economía en el Ecuador, este Estado no se opone al
neoliberalismo debido a que, a más de neutralizar la organización social o
popular, su deseo se orienta hacia un capitalismo global que sigue siendo
neoliberal.
Si regresamos a nuestra discusión con Pablo
Iglesias, a diferencia de lo que piensa el joven político, el fortalecimiento
del Estado en el gobierno de Correa en lugar de ser una alternativa a la
socialdemocracia neoliberal española o desmontar el neoliberalismo, guarda
correspondencias importantes con ambos. El PSOE en los años 80 y 90 tenía como objetivo insertar a España en
el contexto europeo a partir de varias reformas neoliberales; mientras que el
gobierno de Correa en la actualidad plantea la inserción del Ecuador en la
economía global a partir de una agresiva modernización económica. La
reconfiguración del neoliberalismo en la economía global además nos permite
comprender algunas características claves de la política ecuatoriana
contemporánea y que la tesis del “final de la hegemonía neoliberal” pasa por
alto: 1) el rol de China en el contexto internacional y su importancia cada vez
mayor en la economía ecuatoriana, 2) el modelo coreano de desarrollo que se
intenta replicar en el Ecuador y 3) las políticas neoextractivistas –minería y
petróleo- que guían la acumulación de capital a través de la cual el gobierno
de Correa pretende obtener los recursos para implementar su modelo de
desarrollo. Publicado por Ecuador Decide
- No TLC