QUITO.- Hace tres años, César Franco fue trasladado de
emergencia por sus familiares desde su natal Nobol hasta un hospital público de
Guayaquil, luego de recibir al menos seis puñaladas.
Las heridas comprometieron varios órganos vitales.
El riñón y el tórax fueron los más lesionados. Al llegar al centro hospitalario
fue sometido a una cirugía. El riesgo era alto, pues es diabético e hipertenso.
A pesar de ello, César –de 57 años– recuerda que
los médicos “hicieron lo imposible” por salvarle la vida. Tras la intervención
quedó fuera de peligro.
A partir de hoy, que entra en vigencia el nuevo
Código Orgánico Integral Penal (COIP), médicos consultados por este Diario
dicen que lo pensarán mucho antes de atender un cuadro de emergencia como este,
en el que esté en juego la vida de un paciente considerado “de alto riesgo”.
Esto porque el artículo 146 tipifica el homicidio
culposo por mala práctica profesional y lo sanciona con prisión de entre uno y
cinco años.
Durante el debate de la normativa en la Asamblea,
los médicos manifestaron su rechazo; incluso colgaron sus mandiles de forma
simbólica.
Tras un acuerdo con el Gobierno, la Corte Nacional
de Justicia (CNJ) emitió una resolución interpretativa en la que indicó que el
delito se configurará por la inobservancia del deber objetivo de cuidado (que
contempla cuatro causales) y por la concurrencia de las acciones innecesarias,
peligrosas e ilegítimas. Siete condiciones.
Pese a ello, los temores de los médicos persisten.
Y una de las primeras consecuencias en su labor, según Guillermo Bastidas,
presidente del Colegio de Médicos de Tungurahua, sería aplicar lo que llaman la
“medicina defensiva”, que significa “ser muy suspicaces frente a un
diagnóstico”, dice.
Fausto Idrovo, presidente encargado del Colegio de
Médicos del Azuay, manifiesta que otra “medida de protección” ante eventuales
demandas sería no hacer diagnósticos en base a criterios clínicos sino que
buscarían análisis “de alto nivel”.
“Ahora tendremos que hacer todo tipo de exámenes
para emitir un criterio profesional, incluso los que antes no hubiésemos
considerado hacer, lo que significará más dinero gastado por el paciente”,
opina.
Algunos médicos no han esperado que el Código entre
en vigor para blindarse. Así, por ejemplo, un profesional del Seguro Social,
que prefirió la reserva de su nombre, indica que hasta por una infección pide
ahora al paciente que se realice más exámenes para conocer con certeza su
condición.
El neurocirujano Antonio Gando dice que continuará
atendiendo a sus pacientes como siempre, pero piensa que tanto el Estado como
el sector privado deberían contratar seguros para los médicos de especialidades
como la suya, que son de alta complejidad.
Otros procedimientos considerados de alto riesgo
por los galenos son las cirugías cardiovasculares, plásticas y ginecológicas;
así como la anestesia, los trasplantes de órganos y la medicina intensiva.
Otra inquietud de los profesionales se refiere a
los peritos que evaluarán la mala práctica. Para el cardiólogo José Córdova,
estos deben ser “plenamente calificados” por el Consejo de la Judicatura (CJ),
para que puedan juzgar con conocimientos médicos.
El pasado jueves, el presidente del CJ, Gustavo
Jalkh, expresó que las causas penales que se inicien por este delito tendrán
“el debido proceso” porque ya existen 3.000 peritos expertos en distintas
materias, incluidos 321 para los casos médicos.
“Si hace falta, se podrán contratar más expertos
nacionales o del exterior”, ofreció.
En el enlace de la semana pasada, el presidente
Rafael Correa criticó a los sectores que se oponen a la normativa y negó que se
persiga a los médicos. Anotó que el Código protege a los galenos “porque ahora
está correctamente tipificada la mala práctica médica”.
El seguro debería ser ofrecido por las
instituciones en las que laboramos. Desde el punto de vista del sector privado,
se encarecería en algo la atención médica especializada”.
Antonio Gando
Neurocirujano.
El Estado, que provee servicios de salud,
deberá brindarnos todo lo que en estructura e infraestructura médica
necesitemos para poder ejercer en dominio médico”.
José Córdova
Cardiólogo FUENTE:
EL UNIVERSO