Cristian Paucar, dirigente de Amaguaña, indico que este mural, fue
pintado colectivamente por artistas populares y jóvenes de la comunidad, no es
solo una obra estética, sino una denuncia gráfica de la represión, el olvido
estatal y la dignidad de quienes siguen defendiendo la tierra y la vida.
Arte que narra la resistencia
El mural está conformado por varias imágenes que, en
conjunto, construyen una narrativa visual de identidad, lucha y denuncia:
- Rostro de mujer andina en perfil: Con vestimenta tradicional y trenzas, representa la
fuerza de los pueblos originarios. Sus colores —amarillo, azul y rojo— evocan
la bandera nacional, pero desde la mirada del pueblo que sufre y resiste. Los
detalles en sus aretes y vestimenta refuerzan el orgullo cultural y la conexión
con la tierra.
- Mujer indígena de frente, firme y serena: Vestida con blusa bordada, anaco y collar
tradicional. Su expresión transmite dignidad, temple y la presencia histórica
de las mujeres en los procesos de defensa comunitaria. El medallón al pecho
recuerda los símbolos ancestrales y la continuidad de los saberes.
- Campesino soplando un caracol ancestral (pututu): Este acto simboliza el llamado a la unidad y a la
organización comunitaria. El pututu, tradicionalmente usado para convocar
reuniones o alertar de peligro, se eleva aquí como voz del pueblo frente a la
represión.
- Figura satírica de un político con rasgos grotescos: Vestido con traje, banda presidencial y colmillos
ensangrentados, simboliza al poder autoritario y la violencia estatal. A su
lado, la palabra “NO” aparece grande y clara, expresando rechazo a las políticas
gubernamentales y a la consulta popular impulsada por el Estado.
Entre otras figuras que representa la lucha y resistencia desde el arte.
Un mural que habla desde el territorio
Este mural no es solamente pintura sobre pared: es un acto colectivo de
memoria. Las texturas del muro, los colores intensos y las figuras humanas
denuncian el dolor, pero también reafirman la esperanza. El Frente Amplio
Plurinacional de Amaguaña convierte el espacio público en voz del pueblo, en
diario mural de lo que ocurre lejos de los medios tradicionales.
Arte como campaña y resistencia
Con este mural, las organizaciones comunitarias no solo recuerdan el
paro nacional y sus víctimas, sino que también posicionan su postura política
en el presente: la campaña por el NO en la consulta popular. Desde el arte,
denuncian la criminalización de la protesta y reafirman que la resistencia
también se pinta, se canta y se grita desde los muros.
“Mientras existan injusticias, existirán murales que
hablen por quienes callan”
Amaguaña vuelve a ser territorio de rebelión, cultura e identidad. Este
mural es testimonio de que el arte popular sigue siendo una herramienta para
confrontar al poder, defender la memoria y sembrar conciencia en las nuevas
generaciones.







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