Por: Natalia Sierra
El colectivo de la Red
de Antropología del Ecuador y la Colectiva de Antropólogas de Ecuador se han
pronunciado críticamente ante la promulgación del Decreto presidencial 95,
firmado el 5 de julio de este año. Con este decreto el Gobierno de Guillermo
Lasso intenta intensificar la explotación petrolera en los territorios
amazónicos, además de entregar el negocio y un gran porcentaje de las ganancias
a manos privadas, vía contrato de participación.
El
pronunciamiento crítico de estos colectivos debe entenderse como una
interpelación a toda la sociedad ecuatoriana, para que se exija la inmediata
derogatoria de dicho decreto. Es innegable, a pesar de todos los intentos de
encubrimiento, el daño que la extracción petrolera ha hecho a los territorios
de los pueblos ancestrales e históricos que habitan en la Amazonía ecuatoriana,
así como a la propia naturaleza y a las especies animales y vegetales que la constituyen.
Destrucción y contaminación de las tierras, los ríos, el aire, la lluvia que ha
provocado daños enormes e irreversibles en la salud de las personas humanas y
no humanas, víctimas de esta depredación. Seguir, ampliar y profundizar la
explotación petrolera es, entonces, un acto criminal que no se puede permitir.
No existe argumento posible para continuar con este proyecto de destrucción y
muerte, no se trata solo de los pueblos que habitan la Amazonía, aunque
ciertamente ellos son las primeras e inmediatas víctimas, se trata de la vida
de toda la humanidad en el planeta, los daños ecológicos y sus consecuencias no
tiene fronteras.
En
este momento crucial para la humanidad, frente a la crisis ambiental, el
problema no es siquiera que las ganancias se lleven los privados, aunque eso es
claramente un atraco de los bienes comunes. Lo que se debate en este momento es
la propia vida del ser humano en el planeta, esa es la urgencia impostergable a
la cual tenemos que dar respuesta.
El
presidente Lasso, obviamente, no tiene idea de la realidad actual y sus
necesidades urgentes. No tiene ni idea de los efectos ambientales desastrosos
que la explotación petrolera ha causado, deberían invitarle a hacer el
toxic-tour por las zonas afectadas de la Amazonía, donde ni siquiera el agua de
la lluvia se salva de la contaminación. Al parecer no ve las noticias donde día
tras día nos muestran los efectos del cambio climático, como las últimas
inundaciones en Alemania y en China. No tienen idea del reloj climático y el poco
tiempo que tenemos para evitar un colapso ambiental. No se ha enterado de la
exigencia que Naciones Unidas hace al mundo de hacer una transición verde, que
abandone la energía de los combustibles fósiles. No se ha enterado que las
mismas élites a las que su gobierno responde están pensando poner un impuesto
verde a la extracción petrolera y al uso de combustibles fósiles.
Claro,
su justificación que es la misma de todos los presidentes: la necesidad de
resolver los problemas urgentes de la población, por lo tanto, hay que ampliar
el extractivismo. Viejo cuento que ha encubierto el hecho incuestionable que
mientras más extractivismo más empobrecimiento económico, social, cultural y
ambiental. Obviamente, para los espíritus envejecidos y nada empáticos y para
las mentes perezosas lo más rápido es seguir repitiendo compulsivamente la
misma receta ya fracasada una y otra vez. No se le ocurre o no le interesa
redistribuir la riqueza concentrada en los grupos económicos que ganan más y
más con cada desastre humano y ambiental.
La firma de este decreto deja claro que su ecologismo era una mentira
parte de su campaña de TikTok, para ganar más likes y seguidores, porque como
sabiamente comentan los más jóvenes “Lasso es el primer TikTokero que se hace
Presidente para obtener más seguidores.”
¡Defender la Amazonía
es defender nuestra vida!
«su justificación que es la misma de todos los presidentes: la necesidad de resolver los problemas urgentes de la población, por lo tanto, hay que ampliar el extractivismo».
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