NEMONTE NENQUIMO LUCHA SIN LANZA, PERO CON SABIDURÍA - INFORMATE PUEBLO

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lunes, 14 de diciembre de 2020

NEMONTE NENQUIMO LUCHA SIN LANZA, PERO CON SABIDURÍA

RECONOCIMIENTO. Nemonte Nenquimo, de nacionalidad waorani, trabaja por los derechos de los indígenas.

 

POR: ESTEBAN CÁRDENAS VERDESOTO

Ha sido reconocida internacionalmente por su trabajo incansable contra la explotación petrolera en territorio ancestral amazónico. Durante la pandemia también defendió a su comunidad.

  

-“Papá, ¿tú tienes miedo al Covid?”, preguntó Nemonte Nenquimo, una mujer waorani joven y sabia, de 35 años. “Tú eres mayor, papá. Yo soy joven, yo me puedo enfermar y salvarme”.

 

“No”, respondió su padre.

 

“¿Por qué?”- volvió a preguntar una de las mujeres más influyentes del mundo, según la revista Times.

 

-¿Cuáles son los síntomas del Covid?, continúo la conversación.

 

-“Dolor de garganta, fiebre, dolor de huesos, puedes perder el olfato, el gusto. La enfermedad afecta al pulmón y no puedes respirar, puedes morir”, dijo Nemonte.

 

“Mi papá me quedó viendo y me dijo: - ‘Hay plantas para el dolor, hay plantas para el dolor de cuerpo, hay plantas para limpiar el pulmón, para bajar la fiebre. Y hay que bañarse. ¿Por qué tendría miedo?”

 

Esas palabras quedaron grabadas en su mente. Nemonte sí tenía miedo. Ella pasó gran parte de la pandemia trabajando fuera de la comunidad para ayudar a la nacionalidad en medio de la crisis, mientras varios de sus compañeros de trabajo “huyeron a la selva por el miedo de contagiarse y morir”.

 

Nemonte Nenquimo, una líder defensora de la selva, ríe. En seguida, entre recuerdos revive su contagio.

 

Ese día, mientras trabajaba en Shell (Puyo), “de reunión en reunión”, sintió un escalofrío y dolores en los huesos. Por la noche el dolor pasó a su garganta y para el siguiente día el malestar subió a su nariz -cuenta mientras señala sus senos nasales-.

 

“Al tercer día ya tuve muchísima fiebre” -lo que la obligó a trabajar desde casa.

 

Fueron 15 largos días sin poder moverse por el malestar y la fiebre. Nemonte, una vez más, tuvo miedo. Perdió el olfato y el gusto. Pensó que “ya no iba a ser una buena mujer para la selva, oler animales, acompañar a cacerías”.

 

Un laboratorio natural

 

Meses antes, el país anunciaba los primeros casos de Covid-19. Poco después, el virus también llegó a la Amazonía ecuatoriana. El miedo se tomó las calles y muchos de los compañeros de Nemonte volvieron a sus comunidades.

 

“Si regreso y me desconecto, ¿cómo voy a ayudar si toda la comunidad waorani se enferma? Debo ayudar, saber qué está pasando para comunicarles los síntomas y las complicaciones”, pensó, aunque aún tenía miedo. Nemonte Nenquimo, quien ha encabezado la lucha contra la extracción petrolera en territorio ancestral, permaneció en Shell para ayudar a defender a los suyos, esta vez, contra el nuevo coronavirus.

 

“Tiempo después me enteré que todos en la comunidad se enfermaron. Pasaron momentos duros; no podían ir a la chacra -a cosechar- a pescar o salir de cacería; todo estaba lejos y no podían caminar. No sabían cómo vencer a esta enfermedad, porque era nueva”, cuenta.

 

De inmediato, como si de un laboratorio occidental se tratara -de esos a los que estamos acostumbrados-, la comunidad empezó a buscar la cura. Las mujeres, “las más sabias” -como las describe Nemonte- empezaron a experimentar con diferentes plantas y tratamientos.

 

‘Ensayos’ ancestrales

 

Preparaban, vaporizaban, buscaban y fusionaban plantas medicinales que brinda la selva para diferentes dolencias. Experimentaban, con sus familiares enfermos, diferentes menjunjes y procedimientos para intentar curarlos -después lo hicieron con los vecinos.

 

“Probaron con plantas fuertes (como bejuco y pepas de ciertas especies), para ver las reacciones de los enfermos”. Los experimentos también incluían, por ejemplo, bañar a uno en agua fría y a otro en agua caliente. “El que se bañaba en agua fría se perjudicaba y el que lo hacía en agua caliente se relajaba, se aliviaba y se le bajaba la fiebre”, cuenta Nemonte.

 

“Así, muchos lograron curarse”, cuenta Nemonte.

 

Cuando perdió el miedo

 

Mientras las comunidades se convertían en laboratorios naturales, Nemonte, desde la ciudad, pidió ayuda al Ministerio de Salud para apoyar a la nacionalidad waorani. Sin embargo, “no escucharon”.

 

“Tuve que movilizarme y gestionar con organizaciones sin fines de lucro. Así conseguí que se realicen pruebas PCR, pruebas rápidas y que acudan doctores privados a las comunidades”, cuenta la ganadora del Premio ‘Environmental Goldman Prize 2020’ en condecoración a su liderazgo en la lucha contra el extractivismo en territorios ancestrales.

 

“Todos dieron positivo a Covid-19”, pero Nemonte recordó las palabras de su padre; ya no tenía miedo. La comunidad le entregó una funda con plantas y medicinas y, como si de una receta tradicional se tratase, las mujeres empezaron a dictar horarios y dosis mientras ella escribía al pie de la letra -al recordar hace el movimiento con la mano-. “Me dijeron que si me enfermo tome eso, porque la mayoría se había curado con lo mismo”.

 

Ante la falta de apoyo y, una vez más, la negligencia del Estado hacia las comunidades amazónicas, Nemonte Nenquimo, quien también ganó el Premio Campeones de la Tierra 2020, presentó una acción de protección contra el Gobierno, que hasta el momento no se ha cumplido.

 

MOMENTO. Fotografía del 13 de febrero, durante una protesta para exigir que se respete su derecho a consulta previa en proyectos extractivistas.

 

Tuvo que ser ortigada

 

Meses más tarde, Nemonte pasó 15 días en cama, el diagnóstico fue Covid-19. Durante este tiempo, mujeres waorani que vivían en Shell la llamaban para ofrecerle sus cuidados. Ella y su esposo se negaban por el riesgo de contagio a sus compañeras.

 

Un día, sin embargo, ellas no la escucharon. “Le dijeron a mi esposo que no me estaba cuidando bien y que, no importaba lo que digamos, iban a venir a la casa a curarme”.

 

Llegaron con todo lo necesario. Le sacaron la ropa y -cuenta- empezaron a ortigarla en todo el cuerpo; el ardor se apoderó de cada poro y empezaron a surgir las ronchas. “Unos 20 minutos después, cuando ya ingresó el líquido de la ortiga”, sintió como un frío aliviador -como un mentol- se apoderaba de su cuerpo. Sudó, se sentó, regresó a ver a su esposo y exhaló un: “ya me siento mejor”.

 

“Los siguientes días venían las mujeres a hacerme vaporizaciones con ajo de monte, hierba luisa y 12 plantas más -nombra algunas en wao, su idioma materno- (…). Así me curé”, cuenta mientras ríe.

 

Días más tarde volvió a la comunidad a descansar y continuar con su tratamiento. Ahí se enteró que su hermana también había estado contagiada y que su madre ayudó a curarla con los mismos brebajes. Su padre -sabio como toda la nacionalidad- le dio un consejo que la marcó: “Papá me dijo: ‘viste que la selva te curó, si te hubieras quedado confiada en Shell, teniendo miedo de mí, te hubieran traído en un ataúd’-una sonrisa adorna su rostro-. Mi papá empezó a hacer bromas y a mi no me gustó que diga eso. Pasó 20 minutos molestando -ríe-. ‘Ella no confía en la selva, es hija de selva, pero se le olvida. Confiada se enfermó peor, la selva es sanación. Ahora, ya puedes volver a trabajar’.”

 

Nemonte significa: ‘Río de estrellas’Nemonte Nenquimo es una defensora del planeta, reconocida por lograr un dictamen de la Corte Constitucional para proteger 500 mil hectáreas de selva amazónica contra la extracción petrolera. Durante la pandemia también trabajó por los suyos.

 

¿Qué sientes al ver hoy lo que ha logrado tu lucha, la lucha waorani?

 

Como Nemo Nenquimo, mujer waorani joven, líder de Pastaza, estoy orgullosa de ser waorani y la lucha de nuestro colectivo. Hace muchos años y hasta ahora seguimos luchando. Nuestros antepasados fueron defensores que controlaban nuestras tierras con lanza. No dejaban que entren para extraer petróleo y la nacionalidad era la única que ingresaba a su territorio. Gracias a eso he aprendido.

 

Tal como se vio en la pandemia, ¿Cómo ves la presencia del Estado en pueblos y nacionalidades amazónicas, más allá de ver esta zona como solo una oportunidad de obtener recursos?

 

Con la crisis económica y la pandemia hemos sentido más el olvido del Estado ecuatoriano. Nosotros, como líderes, empezamos a ayudar y buscar la ayuda para llegar a las comunidades y hemos logrado curar la enfermedad con nuestros propios conocimientos de plantas. Eso ha salvado la vida de la gente y los que esperaron para ir a subcentros de salud y hospitales no volvieron. Solo regresaron cadáveres.

 

Nemonte Nenquimo fue nombrada como una de las 100 personas más influyentes del mundo por la revista Times y se encuentra en la lista de mujeres influyentes en 2020, de la BBC.Lo único que puedo pedir es que el Gobierno haga presencia en situaciones de emergencia, así como ayuda a la gente de afuera. Nosotros tenemos el mismo derecho. El Gobierno tiene que estar presente ayudando en temas de salud, en temas educativos. Hasta el momento, se ha olvidado de nosotros y solo viene en avión unas horas a ‘consultar’. Viene a preguntar, ¿quieren ustedes que construyamos aulas? Obviamente van a decir que sí. Y ahí dicen que si queremos eso debemos dejar que entren las petroleras para poder ayudarnos. Muchas veces el Gobierno viene con engaños y manipulación. No nos respeta.

 

El petróleo lo sacan de nuestro hogar, pero eso a nosotros nunca nos ha beneficiado. Destruyen nuestro hogar.

 

¿Cuál es la importancia de la selva para la comunidad waorani?

 

Es nuestro hogar. De ahí obtenemos alimento, medicinas, materiales para tejidos y artesanías; de ahí salen nuestros cuentos, cantos y lugares sagrados. Tenemos ahí los cementerios de nuestros antepasados. Los waorani tenemos concesión, desde antes de la civilización hasta ahora, con la madre tierra, con los animales y con las plantas de la selva.

 

El Premio Goldman Enviromental Prize 2020 le otorgó $200 mil dólares; el dinero será repartido entre las 16 comunidades con las que comparte su lucha.Sabemos bien que si no la cuidamos nos va a perjudicar a nosotros mismos y por eso se respeta a la madre tierra. No hay que cortarla, no hay que ensuciarla, no debemos destruirla. Es sagrada, porque sabemos que la selva ha dado vida por miles de años.

 

Nemonte recuerda que su papá y sus antepasados ya sabían lo que “hoy dicen los científicos sobre el calentamiento global”.

 

Nemonte Nenquimo también ganó el Premio Campeones de la Tierra 2020.“Mi papá decía que antes no había mucho creciente de agua en la Amazonía, ahora siente un cambio, está creciendo, está aumentando el agua, está pasando algo en nuestro planeta. No solo en la Amazonía”. La filosofía waorani advierte que “si nosotros no empezamos a proteger la naturaleza, si empezamos a talar los árboles, si empezamos a destruir; va a aumentar el agua. El agua nos tapará la tierra y todos moriremos”.

 

¿Qué mensaje quisieras dar?

 

Los ecuatorianos deben escuchar y educar a sus hijos. Es importante cuidar la naturaleza. El espacio que tenemos nos da la vida, el aire, el agua pura. Deben educar a sus hijos en el cuidado de la selva, de la naturaleza. No esperemos que esta lucha sea solo de los indígenas, si no de la vida misma. Quienes aman la selva y la naturaleza, hagan causa.

 

“Papá me dijo: ‘viste que la selva te curó, si te hubieras quedado confiada en Shell, teniendo miedo de mí, te hubieran traído en un ataúd’.”

 

“Si nosotros no empezamos a proteger la naturaleza, si empezamos a talar los árboles, si empezamos a destruir va a aumentar el agua. El agua nos tapará la tierra y todos moriremos”.

 

Contagios de Covid-19 en la Amazonía

 

Provincia                             Casos

Morona Santiago         2.558

Sucumbíos                    2.405

Pastaza                          2.027

Napo                               1.194

Orellana                          1.165

Zamora Chinchipe         1.411

 

Pruebas PCR realizadas desde el inicio de la pandemia

Morona Santiago        7.172

Pastaza                         4.519

Sucumbíos                   3.967

Orellana                       3.749

Zamora Chinchipe      3.395

Napo                            3.179

 

Incidencia de casos de Covid-19 por cada 100 mil habitantes

Pastaza                         2.055

Morona Santiago        1.704

Zamora Chinchipe      1.346

Orellana                       1.299

Sucumbíos                   1.262

Napo                            1.177

 

Fallecidos, confirmados y probables

Sucumbíos                  98

Napo                            77

Pastaza                         75

Orellana                       70

Zamora Chinchipe      55

Morona Santiago        25

*Cifras del Ministerio de Salud Pública, con corte al 6 de diciembre de 2020 Fuente: diario la hora. 

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