Por: Luis Emilio Veintimilla
El
esclavismo libró una dolorosa, trágica y sangrienta guerra civil en Estados
Unidos que enfrentó a los estados del sur, esclavista, contra los estados del
norte. Esta guerra concluyó con el triunfo de los estados del norte bajo la
dirección de Abraham Lincoln quien en el año de 1863 declaró la libertad de
todos los esclavos de las áreas rebeldes. Terminada la guerra civil se aprobó
la Décima Tercera enmienda a la Constitución de Estados Unidos que entró en
vigor en 1865. Sin embargo, ante esta garantía constitucional de derechos para
los negros, durante el gobierno del decimonoveno presidente, Rutherford Hayes
entre 1877 y 1881, la discriminación fue extendida hacia todos los estados,
bajo la figura de segregación al calor de la idea: “separados pero iguales”.
Efectivamente la segregación oficializó la separación entre negros y blancos en
la vida social cotidiana expresada en cines, baños, transporte, colegios, restaurantes,
sectores de residencia, cementerios, parques, etc. Un caso paradigmático es el
de la cantante negra Bessie Smith quien fue víctima de un accidente
automovilístico. La ambulancia con la cantante en ella, había recorrido todos
los hospitales del Missisipi en busca de transfusión de sangre. En ninguno la
dejaron entrar porque eran “hospitales para blancos”. Bessie Smith se desangró
en la camilla, falleciendo producto de esta segregación. Otro de los
innumerables casos, cuando Rosa Parks el 1 de diciembre de 1955 se negó ceder
su asiento en el autobús para acomodar a un pasajero blanco, fue arrestada.
Inspiró a boicotear los autobuses de la ciudad de Montgomery contra la
segregación en el transporte público luchando por la libertad y la igualdad.
En los Estados Unidos la segregación dio
origen al Movimiento por los Derechos Civiles. Martin Luther King Jr. fue uno
de los destacados luchadores pacíficos por el cambio cuya envergadura social
obligó al Congreso a promulgar en 1964 la Ley de Derechos Civiles prohibiendo
la segregación racial en escuelas, en el lugar de trabajo y en lugares
públicos. Para 1965 el Movimiento logra la Ley de Derecho de Voto. Martin
Luther King Jr. fue asesinado el 4 de abril de 1968.
Paralelamente a este movimiento surgió
el Partido Pantera Negra conocidos como Panteras Negras, bajo la orientación de
Malcom X, organización creada para la
autodefensa del pueblo negro. Acusó duramente la violencia de los blancos
contra los negros. Fue asesinado el 21 de febrero de 1965.
Dentro de esta historia de racismo
criminal en Estados Unidos, se inscribe el ku kux klan, que une a varias
organizaciones terroristas de extrema derecha, destinadas al crimen impune y
protegido contra los negros.
La semilla del Movimiento por los
Derechos Civiles y de Las Panteras Negras de Luther King y de Malcom X se
manifiesta hoy en el Movimiento Black Lives Matter que ha logrado movilizar el
pensamiento y la acción antiracista contra los afroamericanos en más de 140
ciudades de los Estados Unidos. Sin duda, recibe también el aporte de Mohamed
Alí quien se levantó contra la guerra norteamericana en Vietnam; de Colin
Kaepernuk atleta del fútbol norteamericano quien ponía una rodilla en el suelo
durante el himno con el que se iniciaban los partidos en este deporte, como una
protesta pacífica contra la violencia policial.
La prensa informa que más de diez mil
detenidos ha dejado la oleada de reacciones en las diversas ciudades de Estados
Unidos por el vil asesinato público de George Floyd, así como ha reportado doce
muertos. Ni la pandemia de la COVID-19 ha logrado detener la furia de los
manifestantes que con indignación y audacia repudian la brutalidad policial, la
impunidad protegida por la justicia norteamericana y la escalada de crímenes
contra los afroamericanos.
De su lado el sector de la cultura creó
la tendencia Black Out Tuesday en apoyo al movimiento Black Lives Matter
sumándose a las voces de indignación alrededor del mundo por los asesinatos de
las personas afroamericanas en Estados Unidos, impulsados por la cita del
escritor James Baldwin: “Ni el amor ni el terror nos ciegan: la indiferencia
nos ciega”.
Trump, quien se autocalifica “presidente
de la ley y el orden”, llamó a los manifestantes: “mal vivientes y perdedores”
y, pidió a los gobernadores que llamen a la Guardia Nacional para reprimir a
los manifestantes; así, en el marco de las protestas, 29 estados el país han
convocado a más de veinte mil efectivos de la Guardia Nacional para reprimir
los disturbios.
Esta realidad social interna de Estados
Unidos trasluce la mentalidad retrógrada y racista de algunos sectores que
defienden la primacía de los blancos en un país en que el 30% de la población
son negros que en su gran mayoría viven en condiciones de pobreza y
marginalidad, cuya vida es un ofertorio que denuncia lo inicuo de la famosa
enmienda constitucional de 1865 propuesta por Abraham Lincoln. El ingreso anual
de un negro en situación de pobreza es de USD $ 51,600.00 en tanto que un
blanco en las mismas condiciones tiene un ingreso de USD $ 84,600.00. El 33% de
la población carcelaria, son negros. De los 131.000 fallecidos en Estados
Unidos a causa del COVID 19, el 63% son negros, por cuanto no tienen capacidad
económica para acceder a la asistencia médica que en el capitalismo salvaje de
Estados Unidos, es un negocio altamente lucrativo. La situación del nivel
educativo acusa también deserción y falta de acceso a los planteles.
Este es el rostro verdadero del país que
mantiene un criminal bloqueo económico a Cuba y que se empeña en torcerle el
brazo al gobierno de Venezuela para que se someta a sus dictámenes
imperialistas. Este es el país que agredió a Irak en busca de armas químicas,
que invadió Afganistán, que atizó la Primavera Árabe para destruir el gobierno
de Gadafi en Libia y desanimar la posición progresista de los gobiernos árabes
en otros países. Este es el país que desangra a Siria con el apoyo de Israel,
su alter ego en Oriente Medio. Este es el país al que el Presidente Lenin Moreno
lo proclamó adalid de la libertad y la democracia y del cual el ex presidente
Gutiérrez se erigió como EL MEJOR AMIGO de los Estados Unidos.
“Solo le pido a Dios que la injusticia
no me sea indiferente, es un monstruo grande y pisa fuerte, toda la inocencia
de la gente”, nos dice la canción protesta. El Che nos dijera que “seamos
siempre capaces de sentir en los más hondo cualquier injusticia cometida contra
cualquiera en cualquier lugar. Es la cualidad más linda de un revolucionario”.
Es que el deber de toda persona que sienta el pensamiento marxista: “Nada de lo
humanos me es ajeno”, constituye expresar su indignación en el sitio, en el
lugar, en el espacio donde se encuentre, convocando la justa reacción ante la
conducta criminal del gobierno de los Estados Unidos azuzada por la brutalidad
de la policía y el manto de impunidad de la justicia norteamericana.
Hemos de repetir con Ernesto Guevara:
“El peor de los enemigos no es el Estado, sino la apatía e ignorancia de los
indiferentes. Cuando un pueblo reacciona, no hay, ni habrá Estado capaz de
soportarlo”. Se ha roto la indiferencia, el pueblo afroamericano de los Estados
Unidos, hombres y mujeres blancos norteamericanos que se siente ofendidos y
avergonzados por el racismo, han levantado con fuerza su voz reclamando por una
sociedad y un gobierno de dignidad. En otros países del mundo, igualmente, la
indignación ha interrumpido la tranquilidad de la indiferencia para movilizar a
los pueblos contra las embajadas norteamericanas en franco repudio a una práctica
miserable y genocida, investida de odio racial que los ubica en la más baja
escala de la especie humana.
En Ecuador, nuestros pueblos conocen
también los efectos del racismo que se mezcla con la pobreza y la marginación,
por eso buscan un instrumento social de liberación que sin duda solamente lo
pueden encontrar en la unidad y en la solidaridad que recoja los intereses de
negros, cholos, montubios, indios, mestizos, unidos en un solo bloque con la
brújula puesta en la toma del poder político del Estado, pues, solamente desde
ese espacio puede crearse el cambio compatible con el Sumak kawsay, por paz,
bienestar, libertad , justicia y progreso social. Socialmente somos iguales,
pero juntos, seremos invencibles.
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