Por
Andrés Gómez*
El coronavirus alteró
la forma en la que veíamos la educación. Debido al confinamiento, las
instituciones en todos sus niveles se han visto obligadas a implementar la
educación virtual. Un golpe muy fuerte tanto para padres, estudiantes,
profesores y autoridades por que el Ecuador no estaba listo y tampoco estaba
con el interés de incursionar en estas nuevas modalidades de educación.
En
este artículo intento dar una claridad a lo que hoy consideramos un grave problema.
Existen muchas denuncias de que la educación virtual no cumplirá con las
demandas de todos los estudiantes, se cuestiona la dificultad de acceder al
Internet o a un medio tecnológico. Para aportar al debate pongo en
consideración no solo el acceso al Internet, sino cuál es el marco legal para
poder exigir que muchos jóvenes no se queden sin su derecho a estudiar.
En
los años 70, en el Ecuador se impartirá la educación a distancia a través de las escuelas radiofónicas, pero es en 1976
cuando la Universidad Técnica Particular de Loja abre la modalidad abierta más
conocida como a distancia, en su primer semestre con esta modalidad registró
1.273 alumnos inscritos y matriculados, pero al siguiente año esta cantidad
bajo a 656 alumnos, debido a que la metodologías de trabajo, las experiencias
propias del sistema no permitieron aprobar a todos los que se matricularon por
primera vez y se sumó el desprestigio que desplegaron otras universidades
presenciales desconfiando de la calidad de esta modalidad de estudios[1].
No
podemos hablar mucho sobre la educación virtual en el Ecuador, como estudiante
universitario puedo asegurar que las experiencias son escasas, esto por una
combinación fatal: las instituciones de
educación superior no tienen las condiciones tecnológicas necesarias y la
demanda de educación mediada por la tecnología es muy baja. Apenas, en 1999 se
desarrollaron programas académicos aplicando la tecnología, a tal punto que en
el 2002 ya el Ecuador contaba con ofertas de formación continua y algunas
carreras de pregrado, todas en línea, pero con programas muy limitados.
Los
escasos presupuestos en la educación han afectado en la inversión en tecnología
para avanzar hacia una educación virtual. Solo una pregunta: ¿Tenemos Internet
en las universidades? Sí , pero es de muy baja calidad y las plataformas
virtuales siempre terminan colapsando. En la otra orilla está la cultura de la
gente, cuál es el porcentaje que considera efectiva a la educación virtual, eso
implica conocer las ventajas de una educación con tiempo y espacios totalmente
autónomos. La educación virtual sí puede dar la oportunidad a muchas personas
de adquirir un desarrollo profesional. Si las personas no le apuestan y no
motivan a las autoridades a implementar una educación en línea con más ofertas
académicas y con mejor calidad, seguiremos encerrados en la burbuja de que solo
lo presencial vale.
Otro
factor de análisis es alto costo y la calidad del servicio del Internet, un
ejemplo es CNT, una empresa estatal que no logra cumplir con un servicio de
calidad con la mayoría de usuarios, al igual que otras empresas privadas, por
eso es importante que en el contexto actual el Estado fije como política
pública fije sola tarifa de Internet, además se requiere, sin duda, ampliar la
cobertura a zonas donde todavía no llega el servicio de Internet.
La
Constitución en su artículo 343 determina:
Art.
343.- El sistema nacional de educación tendrá como finalidad el desarrollo de
capacidades y potencialidades individuales y colectivas de la población, que
posibiliten el aprendizaje, y la generación y utilización de conocimientos,
técnicas, saberes, artes y cultura. El sistema tendrá como centro al sujeto que
aprende, y funcionará de manera flexible y dinámica, incluyente, eficaz y
eficiente.
¿En
qué condiciones nos sorprendió la pandemia?
1)
Condiciones limitadas de acceso al Internet y falta de medios tecnológicos
especialmente en zonas rurales. En cuanto al uso de TICS en la zona rural en el
último estudio del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC),
realizado en 2017, solo el 16.6 % de hogares rurales cuenta con acceso a
Internet fijo, comparado a la media a nivel país que es del 37.2%, eso
evidencia una brecha del 20.6% para la zona rural [2]. Añade que el 59.9% de
las familias en el área urbana usa Internet desde su hogar, mientras que en la
zona rural solo 36.8% usa Internet pero desde infocentros. Aunque hubo una
reducción de 9.9 puntos, desde el 2012 al 2017, con personas consideradas
analfabetas tecnológicas en el hogar que pasó de un 15. 1% a 6.9% en la zona
urbana, en la rural las cifras fueron de un 35.6% a un 22%[3]. Esta información
nos muestra una dificultad de la que no se habla: ¿en qué condiciones están los
padres y las madres que deben apoyar en la enseñanza a su hijo y en el uso de
las TICS fuera de las zonas urbanas? No resulta tan fácil con un porcentaje muy
alto de analfabetismo digital.
2)
La ubicación geográfica de localidades y comunidades pequeñas perjudica en la
dotación de servicios básicos como luz y agua potable, peor pensar con acceso a
Internet. Un ejemplo es el caso de la escuela Rosa Herlinda Martilla, único
plantel fiscal del recinto Pajonal, cantón Daule. Cuenta con 138 alumnos y la
gran mayoría de ellos vive muy lejos, incluso a 14 km de distancia de la
escuela. Con mucha dificultad conseguirán señal y si la tienen no es de calidad.
Estos
dos factores pueden ser solucionados parcialmente por el proyecto EDUCA,
inaugurado en 2013, proyecto educativo que se transmite a nivel nacional
mediante el sistema radial. Tal ha sido su aceptación que según el Centro de Investigación Cuantitativa para el
Desarrollo Social y Económico, en un estudio de 2015, evidenció que el programa
contaba con una audiencia de 20 mil hogares.
Hoy
es el momento para que el Estado impulse y le dé fuerza a estos mecanismos de
comunicación masiva que faciliten la difusión de los contenidos educativos,
acción que debe estar acompañada de herramientas de enseñanza que ayuden y
complementen el trabajo del docente. La
prioridad debe ser el nivel escolar primario.
La
sociedad ha empezado a comprender que la educación en modalidad virtual o
mediada por tecnología puede ser una oportunidad. El Estado debe garantizar el
presupuesto para salud y educación,
crear alianzas académicas para aprovechar la infraestructura, experiencias y
conocimientos. Es necesario crear una agenda de conectividad para mejorar la
educación. Finalmente, debe haber el compromiso en cada estudiante de valorar
el espacio que cada uno ocupa, solo así cumpliremos con el anhelo de toda
sociedad de tener educación gratuita y de calidad.
Un
22% de la población en zonas rurales es considerada analfabeta tecnológica
(INEC-2017)
*Estudiante
de Ciencias Políticas en la Universidad Central
Referencias:
[1]Torres
Juan, Diagnostico de la Educación Superior Virtual en el Ecuador, Febrero 2002,
UTPL.
[2]
El universo. Así se comportaron los ecuatorianos en internet en 2019. Diciembre
del 2019.
[3]
Tecnologías de la información y comunicaciones (TIC’S) 2016. Instituto Nacional
de Estadísticas y Censos INEC
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