Sarcástico nombre
“Plan de prosperidad” que el gobierno ecuatoriano y los ministros empresarios
custodios y beneficiarios de sus intereses en estratégicos ministerios: Pablo
Campana, yerno de la señora Isabel Noboa (grupo Nobis) en Comercio Exterior;
Richard Martínez, ex presidente de la Cámara de Industrias del Ecuador, en Economía y Finanzas; Raúl Ledesma Ex
ministro de Trabajo (hijo del presidente de la Asociación de exportadores de
Banano del Ecuador); y Carlos Pérez ex gerente de la petrolera Halliburton para
América Latina, en Energía y Recursos Naturales no Renovables; han puesto su
visión privada-empresarial en la redacción de la Carta de Intención para que el Fondo Monetario
Internacional (FMI) conceda un crédito de $4.200 millones, de un total de
10.200 millones de dólares.
Tengamos
presente, que el Ecuador nunca abandonó el FMI, expulsó a los representantes
del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero jamás
salió de dichos organismos de crédito, continuaba con sus insultos, pero
mantenía el envío a dicha dependencias financieras los informes económicos.
Luego
del terremoto en las provincias de Manabí y Esmeraldas, con la finalidad de
obtener un crédito del FMI, el gobierno de Rafael Correa aumentó la cuota de
los Derechos Especiales de Giro (DEG) de 347 a 698 millones de DEG, que en
dólares representan aproximadamente 1.000 millones de dólares, de los cuales
pudo obtener hasta 750 millones de créditos; pero, solamente alcanzo un
préstamo de 364 millones de dólares a través del denominado Instrumento de
Financiación Rápida (RFI por sus siglas en inglés).
Es
una constante de los organismos multilaterales de crédito, de la burguesía
comercial-financiera empresarial del Ecuador, hacer que la crisis creada por
ellos, la pague la clase media y los sectores pobres. Jamás paga el sistema
financiero, al contrario se beneficia; no reconocen que las crisis son creadas
por ellos y la responsabilizan al Estado, pese al perdón (remisión) de 6.000
millones de dólares por intereses y multas al SRI; de la evasión constante del
pago de impuestos por más de 2.500 millones de dólares del IVA, ICE y otros
impuestos que cancelamos los consumidores y no los transfieren al Estado.
La
responsabilidad directa de la evasión tributaria la tiene el Servicios de
Rentas Internas (SRI) porque no hace el seguimiento adecuado ni les exigen el
cumplimiento de sus obligaciones a los grupos económicos y financieros del
país, que astutamente vienen jugando a dos bandas con los intereses de los
ecuatorianos; de una parte, evaden impuestos y sacan sus dineros a paraísos
fiscales; de otra parte, a pesar de sus inmensas utilidades apenas pagan el
sueldo básico y no aseguran a sus trabajadores, tampoco los indemnizan; porque
no quieren y se niegan a crear fuentes de trabajo para jóvenes, mujeres y
personas con discapacidad, argumentando crisis económica.
Estos
señores se quejan permanentemente de la mala administración del Estado, pese a
que son ellos quienes lo administran directamente o a través de sus empleados,
son los que más se benefician en lo jurídico, político y económica,
permitiéndoles que obtengan ganancias desmesuradas a costa del sacrificio de
los ecuatorianos.
El
sistema financiero a lo largo de esta noche neoliberal, es la que más se ha
enriquecido, el año 2018 alcanzaron utilidades de 554 millones de dólares sin
contar con los $250 millones por el cobro de servicios; las 1000 empresas más
grandes del país, en el año 2016 vendieron $68.800 millones y en el 2017
vendieron 74.219 millones de dólares y sus 25 principales empresas obtuvieron
como utilidades 2.613 millones de dólares.
En
el “Plan de Prosperidad” constan los pormenores de la “Carta de Intención”
presentada al FMI, en el que plantean la reducción de déficit fiscal, la
privatización o concesión de las empresas públicas a través de la Alianza
Público-Privada, el incremento de tarifas de servicio público, la eliminación
del impuesto a la salida de divisas, la reducción del Estado, la
flexibilización laboral, el trabajo por horas, entre otras cosas; medidas
adoptadas para la permanencia de la dolarización. Además, entrega toda la
administración económica a la empresa privada, porque para Lenín Moreno Garcés,
“La dolarización necesita del impulso a la agroexportación, el turismo, la
atracción a la inversión extranjera y sobre todo, de la minería a gran escala y
el incremento de la producción petrolera. Estos sectores son pilares
esenciales para sostener el flujo de
dólares a la economía y reducir el riesgo de liquidez al que está expuesto el
Ecuador”.
Para
reducir el déficit fiscal, Christoph B. Rosemberg, director adjunto en el
Departamento de Comunicación del FMI, en su “Revista F&D Finanzas y
Desarrollo”, de marzo de 2018, volumen 55, Número 1, se pregunta “¿Cuál es la
mejor forma de reducir los déficits?” y responde: “Aumentar los ingresos,
simplificar el código tributario, ampliar la base impositiva y mejorar la
capacidad de recaudación; y en cuanto al gasto: recortar gastos improductivos
(por ejemplo, de sistemas públicos ineficientes) y subsidios (por ejemplo, al
consumo de energía). Las inversiones en infraestructuras beneficiosas al
crecimiento y los servicios sociales esenciales como la salud y la educación
deben mantenerse. Una política fiscal bien diseñada puede ayudar a combatir la
desigualdad y estimular el crecimiento”.
El
gobierno en feliz coincidencia con el FMI, ratificada en la mencionada
publicación, plantea eliminar los
subsidios a los combustibles y elevar su precio, especialmente al diesel para
el sector industrial; nivelar el salario público con el privado a los nuevos
funcionarios; reducir la inversión pública para provocar quiebras en sus
empresas y facilitar la privatización o concesión a bajo precio; privatizar o
concesionar el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) a través de la
figura jurídica de la “optimización del sector público no financiero”,
incrementar la edad para la jubilación, cobrar la atención médica para menores
de 18 años y en los aportes al décimo
tercero y cuarto sueldo, para evitar la quiebra del IESS; quiebra no
provocada por sus aportantes sino por los gobiernos de Correa-Moreno y
Moreno-Glas que han hecho de la institución su caja chica.
Recordemos
que el déficit fiscal se origina por: la caída de los precios del petróleo; la
disminución en el cobro del IVA, IR, ICE; por la remisión (no cobro) de las
deudas a los grandes grupos económicos por al más de $6.000 millones, mediante
la “Ley Orgánica de Remisión de Intereses, Multas y Recargos” del 5 de mayo de
2015 y “Ley Orgánica para el Fomento Productivo, Atracción de Inversiones,
Generación de Empleo, Estabilidad y Equilibrio Fiscal” del 21 de agosto del
2018; “perdón” que es la mitad del préstamo que otorgan los organismos
multilaterales de crédito y que hoy el gobierno de Lenín Moreno quiere que lo
paguen los estratos medios y pobres del país; continuando con la beneficencia a
los ricos y exportadores, eliminando paulatinamente el gobierno el pago el
impuesto a la Salida de Divisas (ISD) que oscila alrededor de 2.000 millones de
dólares anuales, generando la fuga de capitales a los paraísos fiscales.
Según
palabras del ex director del SRI, Leonardo Orlando, en una entrevista publicada
por Diario “El Telégrafo” el 14 de junio del 2016: “Los 200 grupos económicos
más grandes del país (…) sacaron $ 47.966 millones hacia territorios que no son
paraísos fiscales y $ 2.009 millones hacia paraísos fiscales. En ese mismo
lapso, los grupos económicos ecuatorianos ingresaron $ 35.005 millones desde
territorios que no son paraísos fiscales y $597 millones desde paraísos
fiscales. Cuando se consolidan todos los ingresos y salidas de dinero
efectuados por los grupos económicos, se puede apreciar que Ecuador remitió
inversiones hacia el mundo por $ 49.975 millones, pero solo recuperó capitales
por $ 35.602 millones. Este comportamiento de los grandes agentes económicos
contribuyó a un saldo deficitario acumulado en la balanza de pagos ecuatoriana
por $ 14.373 millones, es decir, por un monto equivalente al 14% del Producto
Interno Bruto (PBI) medido a precios corrientes. Por otra parte, en los 200
conglomerados empresariales existentes en el país se observó que 81 grupos
tienen 379 integrantes domiciliados en paraísos fiscales”.
Haciendo
gala de su fuerza y poder político los grupos económicos del Ecuador, en una
actitud burlesca y prepotente hacia el resto de ecuatorianos hicieron constar
en la mencionada ley en el artículo 1.- Remisión de interés, multas y recargos.
Se dispone la remisión del 100% de intereses, multas y recargos derivados del
saldo de las obligaciones tributarias o fiscales internas cuya administración
y/o recaudación le corresponde únicamente al Servicio de Rentas Internas
conforme los términos y condiciones establecidos en la presente Ley y las
resoluciones que para el efecto emita el Servicio de Rentas Internas (…)” .
No
contentos con ello, el gobierno de Correa-Moreno y Correa-Glas, en clara
actitud servil a los grandes empresarios les permitió pagar a plazos a los
morosos con el Estado, el “artículo 5.- Facilidades de pago del capital de
hasta dos años.- La solicitud de facilidades de pago que podrán solicitar los
contribuyentes detallados en el literal b) del artículo 2 al Servicio de Rentas
Internas, se realizará mediante el pago de dividendos iguales en cuotas
mensuales del saldo del capital, por el plazo máximo de dos años contados a
partir de la vigencia de la presente Ley, de común acuerdo entre las partes. No
será necesario realizar el pago de la cuota inicial del 20% de la obligación,
establecida entre las reglas generales para la obtención de facilidades de pago
del Código Tributario (…)”.
Los
subsidios a los combustibles, más de 3.000 millones de dólares, de los que se
benefician los grandes empresarios y de ninguna manera los sectores pobres de
la población, que según palabras del propio ex presidente Rafael Correa, “el
subsidio está beneficiando al rico que tiene un vehículo todoterreno de 8
cilindros: Hay cálculos que para el que tiene un vehículo de este tipo, el
subsidio de la gasolina es de 1000 dólares por año y para el ciudadano pobre
que no tiene carro el subsidio es de 60 dólares por año”; se incrementaran
tarifas y cobros en energía eléctrica, agua potable, teléfonos, sin descartar
que se cobre por atención médica en hospitales públicos de acuerdo al nivel de
ingresos.
La
disminución o reducción del aparato estatal, lo ejecutaran aplicando la Ley de
Modernización del Estado: Artículo 41.- Delegación.- “El Estado podrá delegar a
empresas mixtas o privadas la prestación de los servicios públicos de agua
potable, riego, saneamiento, fuerza eléctrica, telecomunicaciones, vialidad,
facilidades portuarias, aeroportuarias y ferroviarias, servicio postal u otras
de naturaleza similar. La participación de las empresas mixtas o privadas se
hará mediante concesión, asociación, capitalización, traspaso de la propiedad
accionaria o cualquier otra forma contractual o administrativa de acuerdo con
la ley”. (…) La exploración y explotación de los recursos naturales no
renovables cuya propiedad inalienable e imprescriptible pertenece al Estado,
podrá hacerse a través de empresas públicas, mixtas o privadas.
A
través de despidos masivos, finalizando contratos en el sector público,
reduciendo la jornada de trabajo de 5 a 3 días, implementando el trabajo por
cuenta propia, el trabajo a tiempo parcial; eliminaran la jornada de trabajo de
35 horas semanales e impondrán las 40 horas, sin reconocer el pago de horas
extras, peor las extraordinarias; contratos a plazo fijo a jóvenes de hasta 26
años; ampliación de 3 a 6 meses los períodos de prueba en empresas o compañías;
contratos por horas, con por los menos 2 años de duración; eliminar el pago de
indemnizaciones por renuncia voluntaria del trabajador; implementaran el
trabajo de jornada especial (de 4 a 6 horas diarias), para que las madres se
dedique al cuidado de niños o personas de la tercera edad o con discapacidad.
La
mima publicación en su página 6, da una especie de alerta para América Latina,
en lo referente a la tecnologización del trabajo, a su necesaria superación en
el nivel educativo, preparándose en el manejo informático para alcanzar mejores
oportunidades laborales: “…está el riesgo de que la automatización aumente la
división de los mercados laborales a favor de los trabajadores con mayor nivel
de educación. La Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos prevé que,
entre 2014 y 2024, por cada empleo bien remunerado en informática habrá seis
nuevos empleos con sueldos bajos para cuidado de personas y asistencia médica
en el hogar”.
De
la mano de la tecnologización laboral, va la denominada flexiseguridad,
aplicada en Europa desde 1995, que beneficia a los sectores empresariales
encubriendo nuevas formas de explotación laboral. Liliana Durán Aguilar,
asambleísta de Alianza País y presidenta de la Comisión de los Trabajadores y
la Seguridad, el 16 de junio del año 2017, hizo pública su oposición a las
reformas laborales a implementarse: “Bajo el discurso de la “flexiseguridad” se
han implementado políticas precarizadoras en países como España, Italia, Grecia
o la propia Francia.
Los
distintos gobiernos, impulsados por la Comisión Europea, han reducido los
derechos laborales con medidas como el impulso de nuevos contratos temporales
sin causa, la rebaja de la indemnización por despido intempestivo, la
ampliación de los poderes del empresario para modificar los salarios y otras
condiciones de trabajo, la reducción de los derechos de los sindicatos, la
desestructuración de la negociación colectiva. En palabras de muchos
académicos, estas reformas han supuesto la devaluación vital de la clase
trabajadora del Sur de Europa y el golpe más duro a las organizaciones de
trabajadores europeos.
La
flexiseguridad deprecia el trabajo, abarata mano de obra, causa más pobreza en
la familia del trabajador manual o intelectual, el dueño de la empresa o
fábrica gana más; la flexiseguridad no puede ser aplicada en Ecuador, por su
precario desarrollo tecnológico e industrial, porque el empresario está
preocupado en como evadir impuestos, en no pagar al IESS, en no mejorar los
sueldos o salarios a sus empleados, en no liquidarlos de acuerdo a la ley
cuando son despedidos, en incrementar a como dé lugar la jornada de trabajo, en
una palabra explotarlos más. Quitarles derechos a los trabajadores, es
violentar la Constitución Política del Ecuador, en sus artículos:
Artículo
33.- El trabajo es un derecho y un deber social, y un derecho económico, fuente
de realización personal y base de la economía. El Estado garantizará a las
personas trabajadoras el pleno respeto a su dignidad, una vida decorosa,
remuneraciones y retribuciones justas y el desempeño de un trabajo saludable y
libremente escogido o aceptado.
Artículo
34.- EI derecho a la seguridad social es un derecho irrenunciable de todas las
personas, y será deber y responsabilidad primordial del Estado. La seguridad
social se regirá por los principios de solidaridad, obligatoriedad,
universalidad, equidad, eficiencia, subsidiaridad, suficiencia, transparencia y
participación, para la atención de las necesidades individuales y colectivas.
El Estado garantizará y hará efectivo el ejercicio pleno del derecho a la
seguridad social, que incluye a las personas que realizan trabajo no remunerado
en los hogares, actividades para el auto sustento en el campo, toda forma de
trabajo autónomo y a quienes se encuentran en situación de desempleo.
Art.
326.- El derecho al trabajo se sustenta en los siguientes principios: 1. El
Estado impulsará el pleno empleo y la eliminación del subempleo y del
desempleo. 2. Los derechos laborales son irrenunciables e intangibles. Será
nula toda estipulación en contrario.
Artículo
327.- “La relación laboral entre personas trabajadoras y empleadoras será
bilateral y directa. Se prohíbe toda forma de precarización, como la
intermediación laboral y la tercerización en las actividades propias y
habituales de la empresa o persona empleadora, la contratación laboral por
horas, o cualquiera otra que afecte los derechos de las personas trabajadoras
en forma individual o colectiva. El incumplimiento de obligaciones, el fraude,
la simulación, y el enriquecimiento injusto en materia laboral se penalizarán y
sancionarán de acuerdo con la ley”. La flexiseguridad no es nuestra opción
jurídica-política. Esperamos que esta oposición a las reformas laborales a
implementarse por parte de la Asamblea Nacional por imposición del FMI la
mantenga”.
El
Ministro del Trabajo encargado, abogado Andrés Madero Poveda, mediante
comunicado oficial dispuso la salida de casi 3000 trabajadores del sector
público; pero terminó desvinculándolos a 11.820 trabajadores, desde diciembre
del 2018 hasta febrero del 2019; además, la Empresa Coordinadora de Empresas
Públicas (EMCO-EP) ha planificado hasta finales del 2019 despedir (ahora llaman
optimizar) al 10% del personal que labora en las 21 empresas públicas. Según el
INEC en marzo del 2018, habían 3’356.562 de personas laborando; en marzo del 2019,
las personas que tenían pleno empleo en el sector urbano era de 3’094.795,
perdiéndose 261.767 puestos de trabajo entre públicos y privados.
La
reforma tributaria, la Carta de Intención describe que se ampliara la base
imponible del Impuesto a la Renta (IR), es decir, quienes percibían ingresos de
hasta $11.270 al año (940 dólares mensuales) pagaban Impuesto a la Renta (IR),
con la nueva reforma bajaran (posiblemente) a 10.000 dólares anuales para el
cobro del IR, que mensualmente representa 835 dólares; aumentaran el cobro
Impuesto al Valor Agregado (IVA), a los Consumos Especiales (ICE), impuestos
que se caracterizan por su regresividad porque si aumentan el porcentaje de
cobro la gente compra menos; pagaran más impuestos los que menos dinero poseen,
en lugar de privilegiar el pago de impuestos de manera progresiva a los que más
tienen, a los que más ganan.
Las
mencionadas reformas va de la mano con la Ley Orgánica de Fomento Productivo,
Atracción de Inversiones y Generación de Empleo que favorece en casi su
totalidad a los empresarios privados nacionales y extranjeros, que a pretexto a
atraer inversiones no cobran impuestos por u determinado número de años, para
demostrar aquello citaremos algunos numerales de la mencionada ley:
Incentivos específicos
para la atracción de inversiones privadas:
Artículo
26.- Exoneración del impuesto a la renta para las nuevas inversiones
productivas en sectores priorizados.- Las nuevas inversiones productivas,
conforme las definiciones establecidas en los literales a) y b) del artículo 13
del Código Orgánico de la Producción, Comercio e Inversiones, que inicien a
partir de la vigencia de la presente Ley, en los sectores priorizados
establecidos en el artículo 9.1 de la Ley de Régimen Tributario Interno,
tendrán derecho a la exoneración del impuesto a la renta, y su anticipo, por 12
años, contados desde el primer año en el que se generen ingresos atribuibles
directa y únicamente a la nueva inversión, y que se encuentren fuera de las
jurisdicciones urbanas de los cantones de Quito y Guayaquil.
Las
inversiones realizadas en estos sectores en las áreas urbanas de Quito y
Guayaquil podrán acogerse a la misma exoneración por 8 años. Para sociedades
nuevas, así como para aquellas ya existentes, esta exoneración aplicará solo en
sociedades que generen empleo neto, para lo cual el Reglamento a esta Ley
establecerá las condiciones y procedimientos para la aplicación y verificación
de este requisito, en atención al tamaño de las sociedades que quieran acceder
al mismo. Las nuevas inversiones productivas que se ejecuten en los sectores
priorizados industrial, agroindustrial y agroasociativo, dentro de los cantones
de frontera, gozarán de la exoneración prevista en este artículo por 15 años.
Artículo 27.- Exoneración del ISD para las
nuevas inversiones productivas que suscriban contratos de inversión.- Las
nuevas inversiones productivas que suscriban contratos de inversión, tendrán
derecho a la exoneración del Impuesto a la Salida de Divisas en los pagos
realizados al exterior por concepto de:
Importaciones
de bienes de capital y materias primas necesarias para el desarrollo del
proyecto, hasta por los montos y plazos establecidos en el referido contrato.
Dichos montos serán reajustables en los casos en que hubiere un incremento en
la inversión planificada, proporcionalmente a estos incrementos y previa
autorización de la autoridad nacional en materia de inversiones.
Dividendos
distribuidos por sociedades nacionales o extranjeras domiciliadas en el
Ecuador, después del pago del impuesto a la renta, cuando corresponda, a favor
de beneficiarios efectivos que sean personas naturales domiciliadas o
residentes en el Ecuador o en el exterior, accionistas de la sociedad que los
distribuye, hasta el plazo establecido en el referido contrato de inversión,
siempre y cuando los recursos de la inversión provengan del extranjero y el
inversionista demuestre el ingreso de las divisas al país.
Artículo
28.- Las sociedades que reinviertan en el país desde al menos el 50% de las
utilidades, en nuevos activos productivos, estarán exoneradas del pago del
Impuesto a la Salida de Divisas por pagos al exterior, por concepto de
distribución de dividendos a beneficiarios efectivos residentes en el Ecuador,
del correspondiente ejercicio fiscal. Asimismo, los dividendos distribuidos por
los contribuyentes referidos en el inciso anterior, se considerarán como
ingreso exento del Impuesto a la Renta para el beneficiario efectivo de dichos
dividendos, siempre que se cumpla con el deber de informar de la composición
societaria, de conformidad con la Ley. (…)
Artículo
29.- Exoneración del impuesto a la renta para inversiones en industrias
básicas.- Las nuevas inversiones productivas que se inicien a partir de la
vigencia de la presente ley en los sectores económicos determinados como
industrias básicas, de conformidad con la definición del Código Orgánico de la
Producción, Comercio e Inversiones, tendrán derecho a la exoneración del
impuesto a la renta y su anticipo por 15 años. El plazo de exoneración será
contado desde el primer año en el que se generen ingresos atribuibles directa y
únicamente a la nueva inversión. Los plazos de exoneración se ampliarán por 5
años más, en el caso de que dichas inversiones se realicen en cantones
fronterizos del país. (…)”
La
carta de intención es la patente de corso que les brinda el Estado ecuatoriano
a empresarios nacionales y extranjeros para que continúen acumulando fortunas,
porque los costos de producción, aumento de impuestos, los trasladan al
consumidor final, es decir, a los estratos medios y al pueblo pobre del país.
*
Estudió Sociología en la Universidad de Cuenca; realizó un curso de Educación
Política en la Escuela “Julio Antonio Mella” de la Habana Cuba, ha participado
en seminarios nacionales e internacionales. Sus publicaciones son: “Imperialismo,
Deuda Externa y Militarismo en América Latina”; “Apuntes Sobre Democracia y
Globalización”; “Gutiérrez: Edecán del Imperio”; “Entre el Consenso de Buenos
Aires y el Socialismo del siglo XXI”; “La Derecha Disfrazada”; “Falsa
Revolución” y “El Maridaje del Correismo con los Grupos Económicos del
Ecuador”.
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