COMANDANTES. Cúpula del ELN en uno de sus campamentos. (Semana) |
Las
conversaciones recibieron oxígeno con otro equipo negociador. Pero el camino no
está despejado.
En medio del
escepticismo que despertaron las violaciones al cese al fuego, las
declaraciones del Ejército de Liberción Nacional (ELN) y las advertencias del Gobierno
colombiano, la negociación en Quito –que se reinicia hoy-recibió dos empujones
que podrían dinamizar la mesa.
En
primer lugar, el balance del cese bilateral y, en segundo, la llegada de
Gustavo Bell, exembajador en Cuba durante todo el proceso de negociación con
las Farc, con un equipo negociador renovado.
Violación a la tregua
La
tregua ha tenido unas de cal y otras de arena. Según el Centro de Recursos para
el Análisis de Conflictos (Cerac), el ELN la ha violado dos veces con el
asesinato de un líder indígena en Chocó –por el que la guerrilla se disculpó– y
la masacre perpetrada en Magüí Payán (Nariño) que dejó 13 muertos. No se han
presentado enfrentamientos con la fuerza pública. Los secuestros pasaron de ser
el 46% del total de registros en 2016 al 51 el año pasado. Y mientras en 2016
hubo 62 atentados contra oleoductos en Caño Limón-Coveñas, durante el cese no
ocurrió ninguno.
Los negociadores
En
ese contexto se presenta la primera tarea de los negociadores en 2018 y en
especial del nuevo jefe del equipo del gobierno: sostener o dejar vencer los
términos de un cese al fuego que, aunque con debilidades de verificación,
comunicación y coordinación, demostró ser útil para menguar los reductos que
quedan del conflicto armado.
Tensiones
Las partes deben hacer varios ajustes para evitar
que las diferencias de interpretación sobre los actos prohibidos se traguen la
dinámica de la mesa. Bell necesita un margen de maniobra que le permita tomar
una decisión reposada y sin la presión de que su aterrizaje esté amenazado por
la posibilidad de un escalamiento de la violencia. Sin duda, la negociación con
el ELN será distinta a la de La Habana. Mientras que con las FARC se adelantó
una discusión hermética y bilateral, la mesa de Quito es abierta y tiene a la
sociedad civil como una parte activa. Representantes de organizaciones,
víctimas y empresarios le piden al equipo negociador del Gobierno prorrogar el
cese bilateral del fuego.
Se reabre el debate
°
Los delegados de Santos y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) retomarán
los diálogos en Quito en vísperas del fin del alto el fuego, que comenzó el
primero de octubre y finaliza mañana.
8 milones de víctimas
ha dejado el conflicto colombiano.
El
ELN, la última guerrilla reconocida por el gobierno tras el desarme y
transformación en partido político de las FARC, aseguró que seguirá negociando
incluso si las partes no prorrogan la tregua.
El
Gobierno y la guerrilla tienen la palabra y se muestran los dientes refrescando
los rituales acostumbrados en tiempos de guerra. Así, pues, mientras el frente
Occidental se llena de ínfulas exhibiendo cómo gradúa los nuevos integrantes de
la organización, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, les advierte que
los combatirá si no se prorroga el cese al fuego. Fuente: diario La Hora.
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