Fue el último en ser
mocionado como precandidato presidencial de la tendencia de grupos de
centroizquierda y el único por el cual quienes habrían sido sus competidores
declinaron sus postulaciones para así darle su apoyo.
Paco
Moncayo Gallegos –un general retirado de 75 años y con militancia en varias
agrupaciones– es la carta que el llamado Acuerdo Nacional por el Cambio
apostará en las elecciones del 2017 para llegar a Carondelet.
Parte
de sus impulsores han aspirado a esa meta en los últimos comicios, pero no la
han vuelto a concretar desde que en el 2003 colocaron en la Presidencia a Lucio
Gutiérrez (SP).
Gutiérrez
tuvo el apoyo de Pachakutik (PK) y del antecesor de Unidad Popular (UP), el
Movimiento Popular Democrático, dos grupos políticos que este año impulsaron la
creación del Acuerdo Nacional por el Cambio.
Pachakutik
y Unidad Popular están entre los fundadores de esta iniciativa
político-electoral, que empezó a construirse en marzo pasado.
Entonces
se identificaba como un frente de izquierdas, pero luego fue ampliando su
visión ideológica hacia el centro y la centroizquierda, e integrando a diversas
organizaciones tanto políticas como sociales.
Moncayo
se sumó al proceso desde el inicio y asumió el cargo de coordinador nacional.
Bajo
ese encargo colaboró en la redacción de la “propuesta programática”, y acompañó
a quienes fueron precandidatos a los recorridos por diversas provincias para
difundir dicho plan de trabajo.
Estuvo
con Enrique Ayala Mora, sugerido por un grupo de académicos; Lenin Hurtado, la
carta de UP; y al menos tres de las cuatro opciones que terciaron por
Pachakutik: Lourdes Tibán, Carlos Pérez Guartambel y Salvador Quishpe. El
cuarto fue Patricio Zambrano, un dirigente manabita.
Ayala
fue el primero en declinar su postulación, el pasado 16 de septiembre, y pidió
que se apoyara a Moncayo. Luego lo hizo Hurtado, el pasado miércoles, y
finalmente, Tibán, el jueves último. Ella ganó unas primarias dentro de PK.
Los
tres precandidatos coincidieron en la necesidad de impulsar una candidatura
única para no dispersar el voto en los comicios del 2017. También destacaron la
trayectoria de Moncayo como militar y como político.
La
primera faceta la desempeñó en el Ejército. El cargo más alto que ocupó fue
jefe del comando conjunto de las Fuerzas Armadas. Fue declarado héroe por su
participación en la guerra del Cenepa, en 1995.
La
segunda faceta la ejerció como militante en tres agrupaciones: la Izquierda
Democrática (ID), movimiento Municipalista y Ruptura de los 25.
La
primera lo llevó a ser diputado y alcalde de Quito (en dos periodos); la
segunda, asambleísta (2009-2013); y la tercera a ser candidato para esta última
dignidad, aunque no ganó.
Durante
varios meses Moncayo negó ser un posible presidenciable dentro del Acuerdo
Nacional por el Cambio, y más bien alentó a la Izquierda Democrática a
integrarse a dicho colectivo.
El
partido naranja estaba en proceso de su reinscripción. Y la obtuvo el pasado 18
de agosto.
Un
mes después, el pasado 23 de septiembre, esa renaciente organización política
le pidió que sea su carta presidencial, lo cual él aceptó.
Y así, el sábado
último, el Acuerdo lo proclamó su candidato.(I) FUENTE: DIARIO EL UNIVERSO.
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