Cynthia Viteri
(PSC-MG) habla de caminar hacia un gobierno con rostro de mujer; Guillermo
Lasso (CREO) muestra el maletín de su papá para referirse al trabajo honesto, y
Washington Pesántez (Movimiento Unión Ecuatoriana) se manifiesta como un
creyente de la democracia y la división de poderes.
Lo
hacen a diario, con videos, fotografías o posts promocionados como publicidad
en las redes sociales, principalmente en Facebook y Twitter, en una suerte de
campaña electoral virtual que enciende el ánimo de simpatizantes y detractores
pese a que no se ha abierto la inscripción de candidaturas. El Consejo Nacional
Electoral (CNE) la prevé para octubre próximo.
No
son los únicos. Cuentas como Glas vamos por Más y Vamos Lenin destacan las
actuaciones de los vicepresidentes de Rafael Correa, Jorge Glas y Lenin Moreno,
y los apuntalan, por separado, como la opción presidencial de Alianza PAIS.
En
la izquierda también figura la cuenta Apoyo a Lourdes Tibán, creada desde las
primarias de Pachakutik y en la que se impulsa a la asambleísta como aspirante
a Carondelet.
“Es
un tema de posicionamiento para el político que le ayuda mucho como campaña de
expectativa, y además para llegar en forma segmentada a la población que le
interesa”, explica Christian Espinosa, periodista y profesor de Nuevos Medios,
sobre este pautaje.
Cree
que la segmentación puede marcar diferencias más cuando hoy el 60% de la
población está en internet.
Facebook
ha crecido en más de un millón de usuarios por año en el Ecuador y hoy alcanza
a 9,5 millones, mientras que Twitter, que llegó casi a su curva tope, alcanzó
los $ 2 millones, según Espinosa.
Xavier
Torres, fundador y actual CEO de XIY/media, especializada en la planificación
de medios en internet y TV por suscripción, dice que en la comunicación
política hoy las redes son la plataforma de interacción para llegar a los
potenciales votantes, y los candidatos están conscientes de ello.
De
los 9,7 millones de usuarios de Facebook, menciona Torres, 8,2 millones son
mayores de 18 años (obligados por ley a votar) y 1,5 millones están entre los
16 y 18 años (pueden votar voluntariamente).
Eduardo
Bonilla, director de comunicaciones de CREO, diferencia el tipo de promoción
que se hace, sobre todo en Facebook: la orgánica, que la genera el candidato y
es compartida por la gente, y la pautada, la cual -dependiendo del tema- va
dirigida a un segmento.
Hace
un mes, con la aparición de la transmisión en vivo de Facebook, abrieron el
espacio entrevistas Yo pregunto.
Andrés
Tacle, miembro de La Cantera de la 6 (que impulsa a las juventudes del PSC-MG)
y dueño de agencia especializada en manejo de redes, dice que
independientemente de la campaña, funcionarios la ha empezado a usar como un
medio para comunicar sus labores (ver recuadro), por las “limitaciones” en
medios tradicionales. Refiere que un personaje puede tener en un buen programa
máximo 15 minutos y llegar a una audiencia de unas 450.000 personas, lo que
vuelve casi imposible que un candidato explique sus propuestas.
El
Código de la Democracia no regula la promoción en redes sociales antes, durante
o después de la campaña por lo que su uso es legítimo, señala Fausto Camacho,
exvocal del CNE y coordinador del Observatorio Ciudadano Electoral.
“La
prohibición está para prensa escrita, televisión y vallas, todo lo demás es
lícito y permitido si se contrata con dinero privado”, dice.
Magdala
Villacís, vicepresidenta del CNE, dice que el tema de la promoción fue resuelto
por la Corte Constitucional y que las redes sociales están excluidas del
control del organismo, aunque en campaña su pautaje sí se imputa al gasto.
En
esta época, sin embargo, por los vacíos de la ley no es posible computar ni controlar
su promoción.
Para
Camacho, la deficiencia en la ley está en la definición de lo que podría
considerarse campaña anticipada. “¿Desde cuándo si hago promoción dos años
antes de las elecciones eso es precampaña? ¿Hasta qué momento es legítimo? Yo creo
que hay un vacío y todo lo que es promoción ideológica, política, del líder, de
precandidatos... debería ser lícito pero expresamente dicho en la ley hasta
cuando hay la inscripción de las candidaturas, porque jurídicamente no lo son”,
dice.
En
redes sociales el costo es más bajo. Se puede invertir de $ 200 hasta $ 1
millón, según a quien se quiere llegar. (I) FUENTE: DIARIO EL UNIVERSO.
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