El prefecto
de Azuay, Paúl Carrasco, da pistas de los próximos pasos que dará la denominada
“unidad” impulsada por él y los alcaldes de Guayaquil y Quito, Jaime Nebot y
Mauricio Rodas.
La “unidad”
parece haber perdido exposición pública estos meses, ¿por qué?
El grupo ha tenido dos momentos: cuando se creó y
cuando empieza a ser actor político. La unidad jugó un importante rol con las
movilizaciones de Guayaquil, Cuenca, Machala. Pero se ha respetado la
exposición de otros actores, por eso el respaldo a las movilizaciones indígenas
o al paro del 13 de agosto. Todo para buscar objetivos comunes. No se trata de
competir entre nosotros.
¿Entonces
las movilizaciones de los gobiernos locales partieron de una estrategia
planificada por la “unidad”?
No actuamos aisladamente; cada uno plantea su
posición y vemos si es factible actuar de manera conjunta. En nuestro caso hubo
condiciones para las movilizaciones, en el de Quito no porque había otras.
Cuando hay actividades nacionales hay coordinación, si son posiciones locales,
no las consultamos.
¿Y ahora en
qué acciones están trabajando?
Estamos conversando sobre cómo aportar con
soluciones a la crisis económica, pero ya de manera práctica. El otro proceso
que se viene es la construcción de un frente amplio de unidad por la
democracia, que no sea un espacio electoral, sino de posicionamiento de otras
formas de ver la realidad.
¿Qué medidas
deben tomar el Gobierno central y los gobiernos locales para superar la crisis
económica?
A nivel global, hay la necesidad de reformar la
estructura del Estado; y de crear un fondo de reserva que dé estabilidad al
país. Desde lo local hay que dinamizar la economía generando actividades
microeconómicas para los sectores populares; además podríamos buscar acuerdos
locales para desarrollar actividades económicas complementarias.
¿Quiénes
deben estar en este frente que se plantea?
Este frente debe, primero, plantearse objetivos. Lo
prioritario sería construir una oposición contra las enmiendas
constitucionales... En este frente deben estar sectores sociales, académicos,
políticos. Todos los que creemos en el diálogo.
¿Y cómo se
puede bloquear a las enmiendas si están en trámite de una mayoría legislativa
oficialista?
El problema de las movilizaciones y de las
posturas diferentes a la del Gobierno es que están diluidas en
individualidades. Creo que este frente consolidaría posturas y les daría
fuerza. De ahí que se llegue a bloquear las enmiendas, habría que verlo. (I)
FUENTE: DIARIO EL UNIVERSO.