Un hombre
delgado camina por la Alameda, mientras el sol revienta sus últimos destellos
anaranjados. Su movimiento es lento pero fluido, el sombrero y una trenza de
pelo negro lo distinguen de la muchedumbre que camina acelerada. Es como si su
imagen estuviera superpuesta sobre una película antigua, en que los cuerpos se
mueven en cámara rápida. Ambas escenas ocurren en el mismo instante, pero hay
un abismo insondable entre una y otra.
De pronto, se detiene frente a La Moneda. Se queda
largo rato mirando absorto hacia ese lugar. Su mirada recorre el sector, trepa
por los edificios y regresa al punto inicial, una y otra vez. Son minutos
interminables de un silencio que grita y se hace escuchar por sobre el ruido de
la urbe. “Es muy lindo venir aquí. Hemos aprendido muchas cosas de los procesos
que vivieron en los setenta”, señala. SALVADOR Quishpe, miembro del movimiento
Pachakutik, del Ecuador, cuya base es la Confederación Nacional Indígena.
Mi interlocutor, quien parece haber despertado de
un sueño, es Salvador Quishpe, indígena saraguro, de la provincia de Zamora
Chinchipe, miembro de la Confederación Nacional Indígena de Ecuador (Conaie) y
miembro de Pachakutik, movimiento político conformado por los indígenas y la
sociedad civil ecuatoriana.
La historia se remonta a las movilizaciones
indígenas de 1998 y al 21 de enero de 2000, cuando Salvador Quishpe y Antonio
Vargas, entonces presidentes de la Confederación de Pueblos Quechuas del
Ecuador y de la Conaie, respectivamente, encabezaron el alzamiento indígena que
involucró gran parte de la sociedad civil ecuatoriana, y que derrocó al
presidente demócrata-cristiano Jamil Mahuad.
El país enfrentaba una grave crisis económica,
producto de las políticas fondo-monetaristas aplicadas por Mahuad. Fue en ese
contexto donde el coronel Lucio Gutiérrez hizo su aparición, apoyando el
alzamiento rebelde.
Formó parte de la coalición de gobierno y apoyaron
a Gutiérrez “siempre que su gestión beneficiara al pueblo ecuatoriano”. Las
diferencias de la Conaie con el gobierno de Gutiérrez tuvieron un final
negativo. Quishpe confidenció a “Punto Final” que la idea inicial era lanzar un
candidato propio de la Conaie a las elecciones presidenciales, “porque las
condiciones estában dadas”. Pero la intervención de la CIA echó por tierra esa
posibilidad y tuvieron que apoyar al coronel Gutiérrez, a quien desde el inicio
le tuvieron un alto grado de desconfianza. “Para nosotros más importante que
tener ministerios, es que se gobierne para el pueblo y no haya subordinación a
los banqueros, empresarios y al Fondo Monetario Internacional”, sentenció.
ORÍGENES DE
LA CONAIE
¿Cómo fue el proceso de conformación y acumulación
de fuerza que dio origen a la Conaie?
“Nuestro desarrollo es producto de más de setenta
años de trabajo y lucha. Mis abuelos iniciaron este proceso. Partieron haciendo
alfabetización en las comunidades. En los años 40, Dolores Cacuango, una líder
importante en la historia del movimiento indígena ecuatoriano, comenzó a crear
escuelitas clandestinas porque el gobierno no permitía que los niños indígenas
y nadie del campo se instruyera. Si sorprendían a alguien, lo apresaban. Más
tarde, a partir de esas experiencias, nacieron las organizaciones comunitarias
a través de las cuales nuestros pueblos fueron tomando conciencia de la
necesidad de recuperar la tierra. Ya no era posible aceptar que la tierra
estuviera en manos de los hacendados y que aquellos que la trabajaban fueran
esclavos o ‘huasipungos’, como decimos en Ecuador.
En la década del 70, se forma una organización
regional cuyo principal objetivo es luchar por nuestras tierras. Ese proceso
todavía no termina, aún quedan unas pocas haciendas que no necesariamente vamos
a quitarlas pero exigiremos algún tipo de reforma para distribuirlas. También
hemos tenido que luchar contra la segregación y demandar el reconocimiento de
la diversidad cultural”.
LEVANTAMIENTO
INDÍGENA
Además de
derrocar a Yamil Mahuad, ¿cuál fue la importancia del alzamiento de enero de
2000?
“Fue un momento imborrable en la historia ecuatoriana.
Además de destituir a Mahuad y llamar a una Asamblea Nacional Constituyente,
logramos que la Constitución incorpore y reconozca la existencia de los pueblos
indígenas, sus particularidades de trabajo, producción, lengua, costumbres,
literatura, en definitiva, nuestra manera diferente de ver la vida. Mahuad
había liderado un gobierno que se subordinó al Fondo Monetario Internacional,
los banqueros y grandes empresarios nacionales e internacionales. Ecuador
estaba sumido en una grave crisis financiera, con la caída de los bancos y el
congelamiento de los ahorros de los ecuatorianos”.
Uno de los aspectos que más llamó la atención de
aquel movimiento que derrocó a Jamil Mahuad fue que estuviera conformado por
indígenas y militares.
¿Cómo se dio
esa unión y qué papel cumplió Lucio Gutiérrez?
“Esa movilización fue dirigida por la Conaie.
Habíamos impulsado una política a nivel nacional para que el pueblo tomara
conciencia que no era posible aceptar que los dineros depositados en los
bancos, fueran entregados por el gobierno a los banqueros, vía créditos
vinculados a las empresas. Esa fue nuestra bandera de lucha y tuvimos éxito.
Paralelamente, se dieron algunos procesos interesantes con la creación del
Parlamento de los Pueblos del Ecuador, como un espacio organizado de
participación amplia de la sociedad civil. Confluimos los indígenas, los
ecuatorianos pobres, maltratados, humillados y marginados por el modelo
económico. En ese proceso de toma de conciencia logramos tocar también a
algunos militares. En todo caso, ellos ya venían desarrollando un tipo de
pensamiento crítico al sistema, pero no podían plantearlo oficialmente por
razones institucionales y de seguridad.
Cuando se agudizó la crisis bancaria, profundizamos
las movilizaciones y conversamos con los generales. Los pusimos contra la
pared, exigiéndoles que: o defendían la integridad nacional, tal como se los
ordena la Constitución o estaban del lado de los banqueros, destruyéndola. Como
era de esperar, eligieron lo segundo, con el argumento falaz de respetar la
institucionalidad. Fue en ese momento, cuando se produjo la reacción de los
militares rebeldes en defensa de la economía nacional”.
¿Ustedes
sabían de ese grupo de militares, tenían algún tipo de contacto previo para
actuar?
“Teníamos cierta información. Sabíamos que un
coronel había dejado al presidente con la mano extendida. Ese uniformado era
Lucio Gutiérrez”.
¿No fue el
llamado a los generales una estrategia para provocar la actuación de los
militares progresistas?
“Con o sin los militares, estuvimos dispuestos a
hacer todo lo que había que hacer para provocar un cambio. Como sabíamos que
existía la posibilidad de apoyo de algún sector de las fuerzas armadas, tuvimos
que manejar ciertas estrategias para ver qué ocurría. Felizmente, el 19 de
enero, logramos tomar contacto con militares cercanos a Lucio Gutiérrez. Al día
siguiente, avanzamos hacia Quito, rompiendo el cerco de las fuerzas militares y
tomamos el control del Congreso Nacional, de la Corte Suprema de Justicia y de
la Contraloría General. Ese primer avance lo realizamos la Conaie y el resto de
la sociedad civil”.
ESTRATEGIA
DE LOS CONTRA-CERCOS
¿Cómo
lograron avanzar y romper el cerco policíaco-militar? ¿Contaban con armas para
enfrentarlos?
“Una de nuestras grandes fortalezas fue no haber
incursionado en el campo armado, aspecto que requiere de un análisis muy
profundo. Nuestra principal herramienta de lucha ha sido la organización y la
participación de hombres, mujeres y niños. No le dimos ningún pretexto a los
militares para dispararnos. Nuestras armas fueron la música, la danza y la
fiesta. Nuestra lucha fue muy fuerte y dura, pero al mismo tiempo la vivimos
como una fiesta, con alegría. Es una mezcla de sufrimiento y alegría, difícil
de entender para otras gentes.
Los militares tenían rodeado el Congreso Nacional
con alambradas de púa e incluso bombas y dinamita instaladas para evitar que
pasáramos. Nos lanzaron bombas lacrimógenas pero resistimos y avanzamos.
Dispararon y cayeron heridos, felizmente ninguno murió. Nosotros habíamos
logrado hacer un cerco con nuestra gente, rodeamos a las fuerzas militares.
Nuestra estrategia consistió en coordinar en forma previa la actuación de
cercos civiles de miles de personas organizadas en distintos anillos que, a
medida que llegaban nuevas fuerzas policiales procedían a rodearlos nuevamente.
Siempre estuvieron rodeados por nuestra gente.
Finalmente, en la noche del 20 de enero logramos entrar al Congreso Nacional.
Una vez instalados en el interior llegaron algunos militares leales a Lucio
Gutiérrez y comenzamos el proceso de conformación del Grupo de Salvación
Nacional, integrado por un triunvirato compuesto por el presidente de la
Conaie, Antonio Vargas, el coronel Lucio Gutiérrez y Carlos Solórzano, ex presidente
de la Corte Suprema de Justicia”.
¿En qué
momento aparece Lucio Gutiérrez?
“Cuando salimos hacia el palacio de gobierno nos
topamos nuevamente con los generales y vivimos una situación muy tensa, porque
o los generales ordenaban fusilar a todos quienes estuvimos en el levantamiento
o nosotros los tomábamos presos. No sucedió ni lo uno ni lo otro y fue en ese
momento, cuando se me generó una incógnita respecto del coronel Gutiérrez, que
permanece hasta hoy. El renunció a integrar el triunvirato, dando paso a un
general que, justamente, estaba del lado de los banqueros. Su argumento fue que
con ello respetaba la institucionalidad y la jerarquía interna de las fuerzas
armadas. Para nosotros la alternativa correcta era que Gutiérrez, formando
parte del triunvirato, apresara a los generales y ascendiera a los coroneles
que lo apoyaron a él y la lucha del pueblo ecuatoriano”.
EL LARGO
TENTÁCULO DE LA CIA
¿Cómo ha
sido la relación con el ahora presidente Lucio Gutiérrez?
“Tenemos diferencias, pero lo apoyamos. El llegó a
tener el reconocimiento del cual gozó por ponerse junto a nosotros el 21 de
enero de 2000. Sin embargo, formó su propio partido político (Movimiento
Sociedad Patriótica 21 de Enero). Si su liderazgo nació a partir de un proceso
indígena debió permanecer formando parte del movimiento Pachakutik, para forjar
en conjunto los procesos futuros.
De hecho, nuestra intención era lanzar un candidato
presidencial indígena de la Conaie. Pero la embajada norteamericana, que ha
intentado infiltrar innumerables veces nuestra organización, impulsó la
candidatura de un ex presidente de la Conaie. Aportaron dinero para tratar de
romper nuestra organización. La candidatura de Auki Tituaña fue lanzada a
través del ‘Miami Herald’. Dos meses después levantaron a Antonio Vargas,
también ex presidente de la Conaie, utilizando el diario ‘El Comercio’, de
Quito, subordinado a Estados Unidos. Así, generaron dos polos, ambos nacidos de
la Conaie. Posteriormente, Auki Tituaña renunció a la candidatura, pero Vargas
siguió adelante, obligándonos a apoyar a Lucio Gutiérrez porque no podíamos
perder al electorado de la Conaie.
Antonio Vargas, el candidato de la embajada
norteamericana, sacó menos de un 1 por ciento de la votación, pero con esa
maniobra de la CIA perdimos la posibilidad de desarrollar nuestro objetivo
inicial”.
¿Qué ideas y
objetivos políticos comunes tienen el Movimiento Sociedad Patriótica 21 de
Enero y Pachakutik, y cuáles son sus diferencias?
“Entre las diferencias está el hecho que Lucio
Gutiérrez es un militar. Ello determinó que a pesar de que estuvo con nosotros
en el alzamiento, siempre prevalecieron en él ciertos comportamientos basados
en el esquema militar. No tengo certeza si comparte, más allá del discurso,
nuestra férrea posición en contra de las privatizaciones. En cuanto a lo que
nos une: claramente el llamado de su propia conciencia que lo hizo apoyar el
levantamiento indígena contra la corrupción”.
Al menos en
el discurso, ¿cuál es la posición de Gutiérrez en relación a las
privatizaciones y otros temas de carácter estratégico? ¿Hay acuerdo con
ustedes?
“En el ámbito del discurso, coincidimos en que hay
que mejorar la eficiencia de las empresas nacionales, pero no pueden ser entregadas
a manos particulares. En el tema de la deuda externa, le pedimos que sea muy
explícito en manifestar una posición clara, porque las privatizaciones y la
deuda externa han causado graves problemas sociales en nuestros países”.
¿Cuál es la
posición de la Conaie frente a la deuda externa?
“Existen alternativas que van desde un canje de la
deuda, moratoria, donde los recursos de la prórroga sirvan para reactivar la
producción y generar recursos para pagarla; hasta plantear que la deuda está
pagada. Nosotros no estamos por esta opción, aunque retóricamente muchas veces
así lo manifestamos.
Yo pienso que está pagada y nos la han cobrado
tantas veces, llevándose nuestros recursos naturales: el petróleo, la madera de
nuestros bosques, el dinero de los ecuatorianos vía impuestos, etc. Sin
embargo, en el marco de las negociaciones y de acuerdo al contexto
internacional, probablemente tengamos que hacer algún tipo de negociación. Lo
que no haremos es destinar casi el 50% del presupuesto nacional a pagarla, como
han hecho los últimos gobiernos. Nuestra posición, en el peor de los casos, es
destinar no más del 20% del presupuesto para ello. El resto de los recursos
debe ser utilizado para enfrentar las necesidades del país”.
¿Cuál es la
posición de la alianza gobernante frente al Alca?
“Nos preocupan algunas declaraciones de Lucio
Gutiérrez, se ha mostrado abierto a avanzar hacia el Alca. Esperamos que sean
sólo estrategias políticas, porque no compartimos que Ecuador ingrese a dicho
acuerdo. Creemos en algo diferente, en una integración solidaria que respete la
soberanía de cada uno de los países miembros. El Alca no garantiza eso”.
¿Qué apoyo
tiene Lucio Gutiérrez en las fuerzas armadas?
“El avanzó mucho en generar un consenso nacional,
incluyendo a las fuerzas armadas. Ha sido posible por la fuerza con que ha
enfrentado a los políticos tradicionales. El hecho de no ser un político y no
manejarse con los esquemas habituales, lo ha beneficiado. No son hechos
fundamentales, pero en la coyuntura jugaron un rol importante”.
PATRIA
LATINOAMERICANA
Existen varios procesos en América Latina,
incluyendo Ecuador, que no sólo escapan a aquella lógica neoliberal que
propugnó el fin de la historia y de las ideologías, sino que además enfrentan
al modelo. El caso de Chávez (Hoy Maduro), Evo Morales en Bolivia y una
situación con visos de insurrección de la sociedad civil en Argentina.
¿Cómo
visualiza este escenario?
“Vemos que hay países como Chile en que el
neoliberalismo genera todavía cierto grado de estabilidad. Sin embargo, en las
demás naciones del continente el modelo ha fracasado y está llegando a su
clímax. Los procesos de cambio impulsados desde los países que usted menciona,
son producto entre otras cosas de las contradicciones generadas a partir de ese
fracaso.
En Venezuela y Brasil, tenemos experiencias de
cambio de carácter institucional y somos aliados de esos gobiernos. Asimismo,
creo que todos tenemos mucho que aprender del proceso cubano. Cuba encarna la
lucha de nuestros pueblos contra los intereses transnacionales. Todo esto debe
llevarnos a comprender que es el momento que volvamos a ser una sola patria
latinoamericana”.
En su
opinión, ¿cuál es el principal aporte del proceso ecuatoriano a las otras
experiencias de lucha en Latinoamérica?
“Comprender que indios y no indios tenemos
problemas comunes. Los de la deuda externa, el libre mercado, la privatización
de nuestras aguas y el intento de adueñarse de nuestros recursos naturales, en
definitiva, el modelo económico. Creo que en estos largos procesos de defender
nuestra dignidad como seres humanos, hemos construido un camino que hemos
andado juntos. Todas estas luchas se han ido convirtiendo en las raíces que nos
unen. Es necesario que vayamos hermanándonos -indios y no indios- en todos los
aspectos de la vida, donde quiera que estemos. En Ecuador, después de tantos
años finalmente nos miramos a los ojos y nos dijimos: somos parte de un pueblo,
de una masa pobre.
Somos víctimas de un sistema económico que nos
imponen y sólo nos queda unir nuestras fuerzas para luchar juntos. Espero que
esta experiencia trascienda al resto de Latinoamérica” MANUEL HOLZAPFEL G.
FUENTE: http://rjlprensa.blogspot.com/