La
Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana CONFENIAE
rechaza categóricamente los actos de persecución política por parte del
gobierno central hacia el movimiento indígena, en especial la intención de
desalojar de su sede a la CONAIE, como fuera anunciado en días pasados.
Este y otros sucesos evidencian una clara intención
de perseguir y callar las voces disonantes de los pueblos y nacionalidades del
Ecuador que no se alinean al proyecto político del gobierno de turno, siendo una
muestra de retaliación política frente a las últimas movilizaciones
protagonizadas por el pueblo ecuatoriano, donde la CONAIE ha participado
activamente con sus bases.
Desde hace varios años, cuando por resolución del
Congreso de Ambato, la CONAIE -en ese entonces presidida por Marlon Santi-
definió de manera colectiva la ruptura del diálogo con el gobierno, los actos
de amedrentamiento y persecución han sido sistemáticos y han aumentado en
intensidad. Pese a ello, no nos han podido callar y hemos demostrado nuestra
fuerza y unidad. En varios pronunciamientos, declaraciones y ruedas de prensa
hemos denunciado la criminalización de la lucha y la protesta social en los
procesos contra la Ley de Aguas, la minería a gran escala, la Onceava Ronda
Petrolera, las muertes de dirigentes populares, la persecución a nuestros
líderes.
Con el último anuncio de desalojar a la CONAIE de
su sede histórica, el gobierno ecuatoriano pretende dar un nuevo golpe como
parte de su gran proyecto de desestructuración y desmovilización de las
organizaciones sociales contrarias a su plataforma política. Sin embargo, éste
y demás actos no hacen sino acrecentar en la conciencia de nuestro pueblo, la
firme convicción de luchar contra el abuso del poder, la prepotencia, la
demagogia y otros rasgos que lamentablemente se han convertido en el sello de
la denominada revolución ciudadana.
Como CONFENIAE señalamos enfáticamente que la sede
de la CONAIE es la casa de cientos y miles de padres, madres, hijos, hijas que
forman parte del movimiento indígena del Ecuador, logro histórico de la lucha
de nuestros abuelos y abuelas durante el gran Levantamiento de 1990. Por tanto,
nos mantendremos firmes para impedir cualquier acto de desalojo y
responsabilizamos al Estado ecuatoriano de cualquier suceso que pudiera devenir
de esta equivocada decisión.
Finalmente, enfatizamos que estos actos se
contradicen de manera abierta con cualquier intento de avanzar hacia un
verdadero Sumak Kawsay para el pueblo, pasando el Buen Vivir a convertirse en
un membrete vacío de contenido y lleno de demagogia, propagando y
superficialidad, práctica perjudicial para el avance de cualquier tipo de
política intercultural que propenda a la construcción de un Estado
Plurinacional. Cabe recalcar que el movimiento indígena siempre ha estado
abierto al dialogo con una agenda abierta al tratamiento de una política
intercultural, siendo esta clase de actitudes por parte del gobierno las que
impiden cualquier tipo de acercamiento y representando intentos fallidos para
amedrentarnos e intentar callar nuestra voz ante las injusticias que suceden en
el Ecuador. Este acto representa una afrenta directa contra el pueblo indígena
y frente a este tipo de situaciones si vamos a reaccionar.