Por: Ernesto Flores
La participación o no en la lucha electoral no es un
asunto dogmático para los marxistas- leninistas, no es un dogma participar
siempre de las elecciones, y tampoco es un dogma no participar nunca, como toda
nuestra acción, debe estar determinada por un análisis científico de la
realidad y una apuesta política que beneficie a la clase proletaria y
fortalezca la organización revolucionaria.
El régimen neoliberal ha planteado una consulta
popular que tiene como primer objetivo un lavado de cara de un gobierno
íntimamente ligado con el crimen organizado, con un bajísimo nivel de
aceptación, con una inoperancia pasmosa y envuelto en escándalos de corrupción,
siendo el último el denominado del “Gran Padrino” en el que están involucrados
colaboradores cercanos de Lasso y su cuñado Danilo Paredes. Pero además busca
una victoria electoral que le permita posicionarse en una condición de gobernar
por “decreto” como lo ha venido haciendo, y como lo hizo su antecesor Moreno.
Frente a esto es claro que una derrota en la consulta,
es una derrota política para el régimen plutocrático y esa derrota implica
profundizar la crisis de hegemonía que experimenta, tensionar las
contradicciones interburguesas con otros grupos financieros y posicionar a
Lasso en una posición de debilidad de cara a los dos años que le restan de
gobierno. Siendo que la perspectiva política es la de una Huelga General
organizada y dirigida por los trabajadores, que supere los límites del Paro o
del Levantamiento, reducir a Lasso a su mínima expresión es estratégico para la
clase obrera. La derrota electoral se convierte en una antesala de la derrota
política verdadera. Por su lado, una victoria de Lasso consistiría en un
fortalecimiento de la hegemonía del régimen, en un incremento de la
criminalización, ya no solo de la lucha social, sino de todo tipo de oposición
al régimen, y además de hacer prácticamente imposible una victoria política del
pueblo ecuatoriano en una Huelga General Política, la misma que quedará
reducida a la misma acción espontánea que ha sido derrotada políticamente en
las mesas de negociación.
Es un error creer y plantear que en la consulta no se
discuten temas importantes para el pueblo ecuatoriano, los temas son
fundamentales, tienen que ver, en el caso de las pregunta 1 con darle más
herramientas a Lasso para continuar criminalizando la lucha social, ahora el
chantaje de la extradición será parte del arsenal jurídico para reprimir y
judicializar al pueblo que lucha y se organiza.
Las preguntas 2 y 3, tienen que ver con aumentar la
injerencia del Ejecutivo en las demás funciones del Estado. Es decir,
incrementar el control del presidente de la sociedad y por lo tanto darle a
Lasso la potestad de dirigir el país de manera dictatorial y con todas las
herramientas de su lado.
Las preguntas 3,4,5 y 6, tienen que ver con reducir
los espacios de acción política de las clases populares. La burguesía tiene
terror a la posibilidad de que los marxistas- leninistas participemos de la
lucha electoral, esta clase está tranquila con la alternabilidad entre
neoliberales y progresistas, puesto que ambos le garantizan sostenerse como
clase dominante y mantener el capitalismo tal y como está, garantizan la
alternabilidad y evitan el ascenso de la lucha revolucionaria.
Las preguntas 7 y 8 son fundamentales, puesto que
ambas, de ganar el Sí, garantizan el ingreso de la minería a gran escala y la
expropiación del agua de las comunidades indígenas y campesinas en manos de los
intereses mineros. El sí a estas preguntas se traduciría en muerte para las
comunidades agrarias.
Siendo así, los marxistas- leninistas tenemos el deber
de combatir en esta trinchera, no hacerlo sería infantilismo de izquierda,
sería abandonar una trinchera estratégica en manos de la burguesía, sería
entregar los intereses populares en manos de la clase dominante. ¿Esto quiere
decir que siempre debemos participar de la lucha electoral?, ¡No¡, significa
que tenemos que participar cuando se puede y debe servir al pueblo y obtener
beneficios de la batalla, y este caso es uno de ellos.
El rechazo al régimen plutocrático ha unificado a
prácticamente todas las fuerzas de izquierda, populares, progresistas y
democráticas, la izquierda revolucionaria en su gran mayoría también le apuesta
a la victoria electoral, los marxistas- leninistas debemos aportar a este
proceso de unidad, de Frente Amplio, dándole una orientación política
revolucionaria, ¿Cuál es esta? En primer lugar la lucha electoral militante,
lejos del cálculo oportunista, lejos de la politiquería, sino la de un
acercamiento directo al pueblo, de una práctica que permita difundir el mensaje
revolucionario entre las más amplias masas, y la de utilizar la tribuna
parlamentaria para hacer de caja de resonancia de la crítica radical al
gobierno y al sistema en general.
Pero es también la práctica de construir la unidad, de
avanzar en la reconstrucción de la Organización Revolucionaria, la de sentar
las bases para avanzar en el proceso de levantar una Huelga General Política
contra la misma burguesía como clase dominante.
Los marxistas- leninistas no somos ingenuos, no
creemos que en las urnas se resuelva la revolución ecuatoriana, lo que nosotros
hacemos es luchar para vencer a la burguesía en su propia trinchera y ponerla
contra las cuerdas, en difundir nuestra ideología entre las más amplias masas
de la población, en golpear donde le duele a la clase dominante, y sabemos
perfectamente que todas las luchas deben confluir en la vía revolucionaria. Y
por eso, sabiendo que esta trinchera nos permitirá avanzar en nuestros objetivos
estratégicos, es que asumimos la lucha por el triunfo del No, contra el
narcogobierno plutocrático, esta derrota será un golpe que la burguesía
sentirá, y no bastará con golpearla, se debe avanzar en construir la
Organización Revolucionaria que sea capaz de darle el golpe de gracia y
mandarla de una vez por todas a la lona de la derrota.
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