POR:
ESTEBAN CÁRDENAS VERDESOTO
Ha
sido reconocida internacionalmente por su trabajo incansable contra la
explotación petrolera en territorio ancestral amazónico. Durante la pandemia
también defendió a su comunidad.
-“Papá,
¿tú tienes miedo al Covid?”, preguntó Nemonte Nenquimo, una mujer waorani
joven y sabia, de 35 años. “Tú eres mayor, papá. Yo soy joven, yo me puedo
enfermar y salvarme”.
“No”,
respondió su padre.
“¿Por
qué?”-
volvió a preguntar una de las mujeres más influyentes del mundo, según la
revista Times.
-¿Cuáles
son los síntomas del Covid?, continúo la conversación.
-“Dolor
de garganta, fiebre, dolor de huesos, puedes perder el olfato, el gusto. La
enfermedad afecta al pulmón y no puedes respirar, puedes morir”, dijo Nemonte.
“Mi
papá me quedó viendo y me dijo: - ‘Hay plantas para el dolor, hay plantas para
el dolor de cuerpo, hay plantas para limpiar el pulmón, para bajar la fiebre. Y
hay que bañarse. ¿Por qué tendría miedo?”
Esas
palabras quedaron grabadas en su mente. Nemonte sí tenía miedo. Ella pasó gran
parte de la pandemia trabajando fuera de la comunidad para ayudar a la
nacionalidad en medio de la crisis, mientras varios de sus compañeros de trabajo
“huyeron a la selva por el miedo de contagiarse y morir”.
Nemonte
Nenquimo, una líder defensora de la selva, ríe. En seguida, entre recuerdos
revive su contagio.
Ese día,
mientras trabajaba en Shell (Puyo), “de reunión en reunión”, sintió un escalofrío
y dolores en los huesos. Por la noche el dolor pasó a su garganta y para el
siguiente día el malestar subió a su nariz -cuenta mientras señala sus senos
nasales-.
“Al
tercer día ya tuve muchísima fiebre” -lo que la obligó a trabajar desde casa.
Fueron 15
largos días sin poder moverse por el malestar y la fiebre. Nemonte, una vez
más, tuvo miedo. Perdió el olfato y el gusto. Pensó que “ya no iba a ser una
buena mujer para la selva, oler animales, acompañar a cacerías”.
Un
laboratorio natural
Meses antes,
el país anunciaba los primeros casos de Covid-19. Poco después, el virus
también llegó a la Amazonía ecuatoriana. El miedo se tomó las calles y muchos
de los compañeros de Nemonte volvieron a sus comunidades.
“Si
regreso y me desconecto, ¿cómo voy a ayudar si toda la comunidad waorani se
enferma? Debo ayudar, saber qué está pasando para comunicarles los síntomas y
las complicaciones”, pensó, aunque aún tenía miedo. Nemonte Nenquimo, quien ha
encabezado la lucha contra la extracción petrolera en territorio ancestral,
permaneció en Shell para ayudar a defender a los suyos, esta vez, contra el
nuevo coronavirus.
“Tiempo
después me enteré que todos en la comunidad se enfermaron. Pasaron momentos
duros; no podían ir a la chacra -a cosechar- a pescar o salir de cacería; todo
estaba lejos y no podían caminar. No sabían cómo vencer a esta enfermedad,
porque era nueva”, cuenta.
De
inmediato, como si de un laboratorio occidental se tratara -de esos a los que
estamos acostumbrados-, la comunidad empezó a buscar la cura. Las mujeres, “las
más sabias” -como las describe Nemonte- empezaron a experimentar con diferentes
plantas y tratamientos.
‘Ensayos’
ancestrales
Preparaban,
vaporizaban, buscaban y fusionaban plantas medicinales que brinda la selva para
diferentes dolencias. Experimentaban, con sus familiares enfermos, diferentes
menjunjes y procedimientos para intentar curarlos -después lo hicieron con los
vecinos.
“Probaron
con plantas fuertes (como bejuco y pepas de ciertas especies), para ver las
reacciones de los enfermos”. Los experimentos también incluían, por ejemplo,
bañar a uno en agua fría y a otro en agua caliente. “El que se bañaba en agua
fría se perjudicaba y el que lo hacía en agua caliente se relajaba, se aliviaba
y se le bajaba la fiebre”, cuenta Nemonte.
“Así,
muchos lograron curarse”, cuenta Nemonte.
Cuando
perdió el miedo
Mientras
las comunidades se convertían en laboratorios naturales, Nemonte, desde la
ciudad, pidió ayuda al Ministerio de Salud para apoyar a la nacionalidad
waorani. Sin embargo, “no escucharon”.
“Tuve que
movilizarme y gestionar con organizaciones sin fines de lucro. Así conseguí que
se realicen pruebas PCR, pruebas rápidas y que acudan doctores privados a las
comunidades”, cuenta la ganadora del Premio ‘Environmental Goldman Prize 2020’
en condecoración a su liderazgo en la lucha contra el extractivismo en
territorios ancestrales.
“Todos
dieron positivo a Covid-19”, pero Nemonte recordó las palabras de su padre; ya
no tenía miedo. La comunidad le entregó una funda con plantas y medicinas y,
como si de una receta tradicional se tratase, las mujeres empezaron a dictar
horarios y dosis mientras ella escribía al pie de la letra -al recordar hace el
movimiento con la mano-. “Me dijeron que si me enfermo tome eso, porque la
mayoría se había curado con lo mismo”.
Ante la
falta de apoyo y, una vez más, la negligencia del Estado hacia las comunidades
amazónicas, Nemonte Nenquimo, quien también ganó el Premio Campeones de la
Tierra 2020, presentó una acción de protección contra el Gobierno, que hasta el
momento no se ha cumplido.
MOMENTO. Fotografía del 13 de
febrero, durante una protesta para exigir que se respete su derecho a consulta
previa en proyectos extractivistas.
Tuvo
que ser ortigada
Meses más
tarde, Nemonte pasó 15 días en cama, el diagnóstico fue Covid-19. Durante este
tiempo, mujeres waorani que vivían en Shell la llamaban para ofrecerle sus
cuidados. Ella y su esposo se negaban por el riesgo de contagio a sus
compañeras.
Un día, sin
embargo, ellas no la escucharon. “Le dijeron a mi esposo que no me estaba
cuidando bien y que, no importaba lo que digamos, iban a venir a la casa a
curarme”.
Llegaron
con todo lo necesario. Le sacaron la ropa y -cuenta- empezaron a ortigarla en
todo el cuerpo; el ardor se apoderó de cada poro y empezaron a surgir las
ronchas. “Unos 20 minutos después, cuando ya ingresó el líquido de la ortiga”,
sintió como un frío aliviador -como un mentol- se apoderaba de su cuerpo. Sudó,
se sentó, regresó a ver a su esposo y exhaló un: “ya me siento mejor”.
“Los
siguientes días venían las mujeres a hacerme vaporizaciones con ajo de monte,
hierba luisa y 12 plantas más -nombra algunas en wao, su idioma materno- (…).
Así me curé”, cuenta mientras ríe.
Días más
tarde volvió a la comunidad a descansar y continuar con su tratamiento. Ahí se
enteró que su hermana también había estado contagiada y que su madre ayudó a
curarla con los mismos brebajes. Su padre -sabio como toda la nacionalidad- le
dio un consejo que la marcó: “Papá me dijo: ‘viste que la selva te curó, si te
hubieras quedado confiada en Shell, teniendo miedo de mí, te hubieran traído en
un ataúd’-una sonrisa adorna su rostro-. Mi papá empezó a hacer bromas y a mi
no me gustó que diga eso. Pasó 20 minutos molestando -ríe-. ‘Ella no confía en
la selva, es hija de selva, pero se le olvida. Confiada se enfermó peor, la
selva es sanación. Ahora, ya puedes volver a trabajar’.”
Nemonte
significa: ‘Río de estrellas’Nemonte Nenquimo es una defensora del planeta,
reconocida por lograr un dictamen de la Corte Constitucional para proteger 500
mil hectáreas de selva amazónica contra la extracción petrolera. Durante la
pandemia también trabajó por los suyos.
¿Qué
sientes al ver hoy lo que ha logrado tu lucha, la lucha waorani?
Como Nemo
Nenquimo, mujer waorani joven, líder de Pastaza, estoy orgullosa de ser waorani
y la lucha de nuestro colectivo. Hace muchos años y hasta ahora seguimos
luchando. Nuestros antepasados fueron defensores que controlaban nuestras
tierras con lanza. No dejaban que entren para extraer petróleo y la
nacionalidad era la única que ingresaba a su territorio. Gracias a eso he
aprendido.
Tal
como se vio en la pandemia, ¿Cómo ves la presencia del Estado en pueblos y
nacionalidades amazónicas, más allá de ver esta zona como solo una oportunidad
de obtener recursos?
Con la
crisis económica y la pandemia hemos sentido más el olvido del Estado
ecuatoriano. Nosotros, como líderes, empezamos a ayudar y buscar la ayuda para
llegar a las comunidades y hemos logrado curar la enfermedad con nuestros
propios conocimientos de plantas. Eso ha salvado la vida de la gente y los que
esperaron para ir a subcentros de salud y hospitales no volvieron. Solo
regresaron cadáveres.
Nemonte
Nenquimo fue nombrada como una de las 100 personas más influyentes del mundo
por la revista Times y se encuentra en la lista de mujeres influyentes en 2020,
de la BBC.Lo único que puedo pedir es que el Gobierno haga presencia en
situaciones de emergencia, así como ayuda a la gente de afuera. Nosotros
tenemos el mismo derecho. El Gobierno tiene que estar presente ayudando en
temas de salud, en temas educativos. Hasta el momento, se ha olvidado de
nosotros y solo viene en avión unas horas a ‘consultar’. Viene a preguntar,
¿quieren ustedes que construyamos aulas? Obviamente van a decir que sí. Y ahí
dicen que si queremos eso debemos dejar que entren las petroleras para poder
ayudarnos. Muchas veces el Gobierno viene con engaños y manipulación. No nos
respeta.
El
petróleo lo sacan de nuestro hogar, pero eso a nosotros nunca nos ha
beneficiado. Destruyen nuestro hogar.
¿Cuál
es la importancia de la selva para la comunidad waorani?
Es
nuestro hogar. De ahí obtenemos alimento, medicinas, materiales para tejidos y
artesanías; de ahí salen nuestros cuentos, cantos y lugares sagrados. Tenemos
ahí los cementerios de nuestros antepasados. Los waorani tenemos concesión,
desde antes de la civilización hasta ahora, con la madre tierra, con los
animales y con las plantas de la selva.
El Premio
Goldman Enviromental Prize 2020 le otorgó $200 mil dólares; el dinero será
repartido entre las 16 comunidades con las que comparte su lucha.Sabemos bien
que si no la cuidamos nos va a perjudicar a nosotros mismos y por eso se
respeta a la madre tierra. No hay que cortarla, no hay que ensuciarla, no
debemos destruirla. Es sagrada, porque sabemos que la selva ha dado vida por
miles de años.
Nemonte
recuerda que su papá y sus antepasados ya sabían lo que “hoy dicen los
científicos sobre el calentamiento global”.
Nemonte
Nenquimo también ganó el Premio Campeones de la Tierra 2020.“Mi papá decía que
antes no había mucho creciente de agua en la Amazonía, ahora siente un cambio,
está creciendo, está aumentando el agua, está pasando algo en nuestro planeta.
No solo en la Amazonía”. La filosofía waorani advierte que “si nosotros no
empezamos a proteger la naturaleza, si empezamos a talar los árboles, si
empezamos a destruir; va a aumentar el agua. El agua nos tapará la tierra y
todos moriremos”.
¿Qué
mensaje quisieras dar?
Los
ecuatorianos deben escuchar y educar a sus hijos. Es importante cuidar la
naturaleza. El espacio que tenemos nos da la vida, el aire, el agua pura. Deben
educar a sus hijos en el cuidado de la selva, de la naturaleza. No esperemos que
esta lucha sea solo de los indígenas, si no de la vida misma. Quienes aman la
selva y la naturaleza, hagan causa.
“Papá me
dijo: ‘viste que la selva te curó, si te hubieras quedado confiada en Shell,
teniendo miedo de mí, te hubieran traído en un ataúd’.”
“Si
nosotros no empezamos a proteger la naturaleza, si empezamos a talar los
árboles, si empezamos a destruir va a aumentar el agua. El agua nos tapará la
tierra y todos moriremos”.
Contagios
de Covid-19 en la Amazonía
Provincia Casos
Morona
Santiago 2.558
Sucumbíos 2.405
Pastaza 2.027
Napo 1.194
Orellana 1.165
Zamora
Chinchipe 1.411
Pruebas
PCR realizadas desde el inicio de la pandemia
Morona
Santiago 7.172
Pastaza 4.519
Sucumbíos 3.967
Orellana 3.749
Zamora
Chinchipe 3.395
Napo 3.179
Incidencia
de casos de Covid-19 por cada 100 mil habitantes
Pastaza 2.055
Morona
Santiago 1.704
Zamora
Chinchipe 1.346
Orellana 1.299
Sucumbíos 1.262
Napo 1.177
Fallecidos,
confirmados y probables
Sucumbíos 98
Napo 77
Pastaza 75
Orellana 70
Zamora
Chinchipe 55
Morona
Santiago 25
*Cifras del Ministerio de Salud Pública, con corte al 6 de diciembre de 2020 Fuente: diario la hora.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario