En su discurso, durante la ceremonia de investidura, criticó duramente al Gobierno interino.
Un año
después de la caída del mandatario izquierdista, Evo Morales, Luis Arce asumió
este domingo como nuevo presidente de Bolivia prometiendo un gobierno “para
todos y todas”, con el desafío de cerrar las heridas políticas y superar la
crisis económica.
Arce, el
mandatario número 67 de la historia del país, ha prometido cumplir sus labores
como presidente de Bolivia con la mano en el corazón.
"Somos
mayoría. Eso quiere decir que la población votó por la paz y la estabilidad,
esperanza y dignidad", ha declarado durante su discurso de investidura en
el que ha criticado duramente al gobierno interino que, durante un año, ha
guiado el país tras la salida del poder de Morales.
"Nuestra
patria enfrenta una triple crisis: política, sanitaria y económica. En un año
se retrocedió en todas las conquistas del pueblo boliviano", aseguró.
La
prioridad será la gestión de la pandemia
Arce ha
hecho al menos siete propuestas para los primeros meses de su mandato, muchas
de ellas relacionadas con la pandemia de Covid-19 y sus consecuencias económicas.
Así, ha
prometido el pago de un Bono Contra el Hambre de 145 dólares este mismo 2020,
para los ciudadanos mayores de 18 años que no tengan ingresos. La iniciativa ha
sido ya aprobada por el Parlamento y tendrá financiación del Banco Mundial y
del Banco Interamericano de Desarrollo.
Asimismo,
Arce aseguró que se dará una canasta familiar para aquellos hogares donde se
vive del día y que serían entregadas por las Fuerzas Armadas.
En
materia económica, el nuevo presidente ha prometido que ratificará la
prohibición de despidos, una normativa incumplida, dice, por numerosas empresas
que han cerrado y han despedido a miles de trabajadores. Además, en caso de
nuevo confinamiento, el Estado se haría cargo del pago de los alquileres de las
personas que no tienen ingresos fijos.
Así
mismo, ha establecido que su plan incluye sustituir las importaciones, fomentar
la producción boliviana y así reducir la cantidad de productos importados en la
medida de lo posible.
"Por
ejemplo, construir dos plantas de diésel en Santa Cruz y en Cochabamba. Así
podemos producir nuestro propio diésel y dejar de importar", afirmó.
Una de
las propuestas más polémicas es un tributo para aquellas personas que tienen
patrimonio de entre 5 y 10 millones de dólares. (JS) Fuente: la Hora
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