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Las casas de la nacionalidad Chachi está ubicada al norte del Ecuador, frontera con Colombia. |
Por Ileana Almeida
En
la actual perspectiva de la transdisciplinareidad, cualquier cultura,
aunque ya no goce de su esplendor
original tiene valor de conocimiento y verdad, no es pertinente tildarla de
atrasada o inferior.
Aún ahora la cultura chachi tiene gran
fuerza espiritual, lo que le otorga profundo sentido social. Los chachis
(cayapas) que alguna vez ocupaban un enorme territorio habitan
ahora solo en la provincia de Esmeraldas, a las orillas de los ríos
navegables.
Allá por el 2.000, un amigo chachi,
Lorenzo Añape, invitó a unos antropólogos chilenos y a mí a
festejar la Navidad en el centro ceremonial de Punta Venado. Nos embarcamos en
Borbón, sobre el río Santiago, en una canoa tallada del tronco de un solo
árbol, pero con motor fuera de borda. Navegamos a gran velocidad, de lado y
lado. La selva nos cautivaba con su hechizo verde.
Al arribar a nuestro destino pudimos
admirar la gran casa ceremonial de los chachi del norte,con su barandal de
pambil y techo de paja toquilla. Desde el embarcadero ya se oían los sonidos de
la marimba. La gente llegaba en canoas desde lugares lejanos; algunos hombres lucían túnicas azules y las mujeres faldas de
labores finamente tejidas en telares.
Para los chachi, el mundo entero es una
pareja y se lo entiende por la oposición de series simbólicas. Comienza la
fiesta de fertilidad con la danza entre adolescentes. Niños y niñas avanzan y
retroceden sin tocarse. Uñi, el gobernador, observa; las niñas van cubiertas el
rostro con mantos entre abiertos, símbolo de virginidad.
Luego se presentan las parejas que van a
contraer matrimonio; los novios son muy
jóvenes. El gobernador y sus ayudantes cortan huevos cocidos en dos mitades, la
una se entrega al novio y la otra a la novia, y las consumen pausadamente.
El huevo es otro símbolo de fertilidad.
Luego vendrá la ceremonia católica en la capilla vecina. En estase ha arreglado
el pesebre con las imágenes principales de la Navidad, pero los recién nacidos,
los gemelos divinos-resulta que son dos: Pajta, el sol al que piden fuerza,
energía y vitalidad y Papja, la luna, a la que imploran sabiduría y alegría.
El párroco de la zona, un
sacerdoteitaliano de la orden comboniana, que entiende a fondo la realidad
trasdisciplinaria que le toca afrontar, explica que él no se ha propuesto
afectar la esencia del pensamiento chachi, de fuerte carácter religioso. Y,
bueno, que lo importante es la creencia
en seres sagrados.
Uno de los antropólogos, añadió que el
tema de los gemelos se perpetúa en la poesía del siglo XX cómo en la de
Pasernak, otro dijo que la dualidad es propia de la psique humana y que empata
con la idea binaria de la tecnología digital.
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