Habla de reducción de
los índices de violencia, mejoras en el sistema de alimentación, la disminución
del hacinamiento. Envió ya un plan para la declaratoria de la emergencia.
Es
el director del Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de la
Libertad, una de las dos dependencias que reemplazaron al Ministerio de
Justicia, junto con la Secretaría de Derechos Humanos. (Angelo Chamba /
Expreso)
Ernesto
Pazmiño quiere darle un giro a la rehabilitación social. Busca un modelo más
humano, con menos policías y guías y más terapeutas. Reconoce que hay
corrupción y busca combatirla.
- ¿Qué hacer con un
sistema de rehabilitación en crisis?
-
Hemos hecho un diagnóstico y consideramos que esta crisis se debe de manera
prioritaria al enorme y grosero hacinamiento que existe en las cárceles, que
provoca consecuencias fatales.
- ¿Qué provoca
hacinamiento?
-
Una política equivocada desde el sector justicia en relación al uso de la
prisión preventiva y a las medidas extremadamente punitivas que se aplicaron en
el Gobierno anterior y en la creación de leyes penales, las resoluciones
judiciales de la Corte de que para procedimientos abreviados no se suspenda
condicionalmente la pena. El otro factor es la acumulación de penas. Lo grave
del hacinamiento es que genera otras consecuencias funestas al interior de las
prisiones.
- ¿Como cuáles?
-
Cárceles llenas provocan inseguridad y corrupción. En la cárcel de Latacunga
hay 5.700 PPL; ingresar tabacos para esa cantidad es lucrativo. Está prohibido
el ingreso de tabacos, pero entran más que si fueran permitidos. Una cajetilla
vale de 40 a 50 dólares, eso genera corrupción.
- Pero la corrupción
siempre ha existido, es un mal que no ha podido erradicarse.
-
Siempre ha habido corrupción, pero las megacárceles tienen como consecuencia
directa generar esos procesos de corrupción porque el negocio con esas enormes
cantidades de privados de la libertad se hace más lucrativo, al igual que el
ingreso de droga. Entonces se crean mafias al interior mucho más poderosas. Las
muertes que se producen son una lucha por el manejo del poder en las cárceles.
- ¿Qué hacer?
-
No es que los agentes de seguridad y los policías garantizan la paz en las
cárceles. Son ellos, los privados de libertad, quienes pueden alborotar las
cárceles o pueden pacificarlas.
- Si ya saben cuál es
el problema, debe haber una solución.
-
El sistema actual, en el análisis que hemos hecho, es deficiente, inhumano,
violento y corrupto. Para hacer un sistema de rehabilitación eficiente
pretendemos fortalecer el eje de educación y el laboral en las cárceles.
- ¿Cuál es la
propuesta?
-
Hay necesidad de conformar un sistema de rehabilitación humano, con visión de
derechos. Por eso propongo menos policías y agentes de seguridad y más
psicólogos y terapeutas. La rehabilitación tiene que ser interpersonal, entre
dos seres humanos.
- ¿Cuántos psicólogos?
-
Al menos hasta abril, 250 psicólogos que irían a las cárceles. Su seguridad la
garantizan ellos porque la violencia se presenta porque no hay procesos de
rehabilitación.
- ¿Con esa iniciativa
se puede combatir a las 20 bandas delincuenciales que existen?
-
Necesariamente ahí viene un trabajo de la policía en control y prevención de
delitos, para desbaratar estas bandas.
- Pero los 250
psicólogos servirían para un segmento. ¿Y en el caso de los violentos?
-
No creo exagerar, pero pienso que el 95 % de los privados de libertad quieren
rehabilitarse. Hay un pequeño grupo que es bastante difícil rehabilitar
inmediatamente; para ellos se necesitan tratamientos con psiquiatras.
- No es hora de la
emergencia.
-
Es la primera alternativa porque nos permitirá agilizar procesos. He mandado
una propuesta de lo que sería el plan para la emergencia, porque debemos tener
una hoja de ruta, qué vamos a hacer y los resultados. Lo básico sería
fortalecer el sistema de seguridad para acabar con las mafias.
- ¿Cómo se fortalece?
-
Utilizar la avanzada técnica para fortalecer la seguridad externa, interna y de
ingreso de las visitas. Me han visitado empresas de seguridad privada de
algunos países.
- Se podría
concesionar la seguridad a empresas privadas.
-
Por lo menos el tema del ingreso, control de cámaras, monitoreo, puede ser un
mecanismo que una empresa con mucha experiencia administre. O puede ser la
policía. Hay varias alternativas.
- ¿No cree que es
hora de una depuración? Las denuncias apuntan a los funcionarios.
-
La corrupción está enquistada en todo lado. Cuesta dinero para que el PPL salga
al médico, para que vaya al baño, para que entren tantos familiares. Todo tiene
un precio al interior de las cárceles, es lamentable, incluso aquí en la planta
central. No puedo ocultar eso.
- ¿Y pruebas de
confianza?
-
Podríamos acudir a esa posibilidad, terminaremos haciendo eso. Con los agentes
de seguridad penitenciaria la alternativa es conformar la escuela de formación
y carrera penitenciaria.
- ¿Se aumentará el
número de guías?
-
Según la concepción que tengo, no creo que necesitaría contratar cantidades
excesivas de guías. Si logro hacer un modelo de gestión adecuado y humano, creo
que con los 1.500 guías penitenciarios que tenemos podremos salir adelante.
Fuente: Diario El Expreso.
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