En menos de un año las Fuerzas Armadas
han tenido tres cambios de comandantes y jefes de sus ramas decretados por el
presidente Rafael Correa, que a criterio de exuniformados consultados resultan
en una afectación a su institucionalidad.
Los
dos primeros cambios fueron por tensiones o cuestionamientos entre el Ejecutivo
y los militares; y el último, decretado el viernes pasado, por razones que aún
no fueron explicadas por el primer mandatario, quien cesó al mando militar,
ahora encabezado por el brigadier general César Merizalde.
La
primera modificación, el 5 de febrero pasado, también significó el cese de todo
el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (Comaco) por mostrar su descontento
por el débito de $ 41 millones de las cuentas del Instituto de Seguridad Social
de las Fuerzas Armadas (Issfa).
En
esa ocasión desde el oficialismo se habló de “intromisión en temas
administrativos” por parte de los uniformados.
Así,
Oswaldo Zambrano Cueva, vicealmirante, reemplazó como jefe del Comando Conjunto
a Luis Garzón, quien se había desempeñado en este puesto desde abril del 2014.
El
general de Brigada Luis Castro, el único uniformado que fue ratificado en la
actual cúpula, reemplazó a Carlos Obando como comandante de la Fuerza
Terrestre; el vicealmirante Ángel Sarzosa asumió como comandante de la Fuerza
Naval en lugar de Luis Santiago; y Merizalde asumió la comandancia de la Fuerza
Aérea, por Raúl Banderas.
La
nueva cúpula debía estar dos años al frente de las Fuerzas Armadas, sin
embargo, a los tres meses hubo una modificación en una de sus ramas, la naval:
la remoción de Sarzosa, reemplazado por Fernando Noboa.
El
uniformado fue cesado por supuestamente enviar una carta al primer mandatario
solicitando una aclaración sobre una información que el presidente difundió en
un enlace sobre los liceos navales.
Para
el coronel en servicio pasivo Alberto Molina, el cambio de la cúpula es una
“actitud irresponsable” del presidente.
Aseguró
que afecta la institucionalidad y la salud emocional de las Fuerzas Armadas, a
la vez que criticó la supuesta designación improvisada de los altos mandos y
calificó estos cambios como una “maniobra” del presidente Correa para distraer
la atención a los subordinados en las Fuerzas Armadas.
Aland
Molestina, excomandante general de la Marina, opinó que el cambio “constituye
un acto de irresponsabilidad”.
“El
mensaje... es claro, ratifica que es él, el presidente Correa, quien detenta el
poder absoluto en el país, manteniendo una cúpula que pudiera ser controlada,
atropellando normas y procedimientos y desconociendo los méritos y valores de
hombres y mujeres que sirven a las FF.AA. y al país, y que no responden a
banderas políticas”, sostuvo. (I)
MANDO MILITAR FUENTE: DIARIO EL UNIVERSO.
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