El Chocó Andino es considerado uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad a nivel mundial.
La
reserva natural de Mashpi demuestra que la protección de los bosques evita la
pérdida de biodiversidad y es un ‘arma’ contra el cambio climático.
El de 22
de abril de cada año, se celebra el Día Internacional de la ‘Madre Tierra’.
Esta
fecha, reconocida por la Organización de Naciones Unidas, busca concienciar a
la población sobre la importancia de cuidar la ‘Madre Tierra’, promoviendo el
equilibrio entre el ser humano y la naturaleza.
Un
ejemplo de este equilibrio es la reserva natural ecológica Mashpi, situada a
tres horas de Quito, en el bosque del Chocó Andino. Este bosque es considerado
uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad del planeta. Su conservación –en
esta parte de la región– es posible a través de un proyecto de hotelero que
fomenta el turismo ecológico y la divulgación científica.
Conservar
el bosque es proteger la biosiversidad
Marc
Bery, gerente del Mashpi Lodge, dice que ahí el turismo es uno de estudio y
entendimiento. “Lo que queremos es traer turistas y sacar de aquí naturalistas,
gente que tenga el entendimiento de la importancia de un bosque para el
bienestar de todos”.
En las
excursiones que realizan los huéspedes están los guías científicos que
conocen los secretos del bosque que
representa, para quienes lo conocen, un cambio de mentalidad. Así lo describe
el guía Manolo Zambrano, quien detalla que el modelo de ecoturismo de Mashpi
Lodge se ha replicado en las comunidades aledañas. El hombre de 30 años resalta
que tras la inauguración del hotel (2012)
el turismo comunitario y sostenible ganó espacio.
Excursión
nocturna en Mashpi
Este
proyecto que protege 2.500 hectáreas de bosque tropical también ha sido el
lugar donde se han descubierto nuevas especies. Por ejemplo, la rana
Torrentícola de Mashpi y la rana de Cristal, ambas endémicas del lugar.
Estos
anfibios son importantes para el planeta. Tienen la función de controlar los
insectos (se los comen y evitan que sean una plaga) “y Son buenos indicadores
de la salud del bosque por su característica de respirar por la piel. Cualquier
cambio climático o de agua repercute en su población. Si hay menos o más ranas
es un indicador”, comenta Mateo Roldán, director de investigación de Mashpi
Loudge.
Rana
endémica de Mashpi (Foto cortesía)
Especies
y conservación
Según la
ONU, cada año desaparecen aproximadamente 10 millones de hectáreas de bosques
lo que hace que un millón de especies de plantas y animales estén en peligro de
extinción.
Roldán,
dice que al encontrar especies endémicas la zona tiene mayor valor ambiental,
lo que permite que se dé una conservación formal, es decir, que el Estado pueda
declarar la zona como protegida. También permite acceder a fondos de
investigación para estudiar a las especies y salvar su ecosistema.
En el
ecosistema del Mashpi habitan 67 de reptiles 56 especies de mamíferos, 45 de
anfibios, 23 de peces, 336 de insectos y más de 418 de aves. A esto se suman 63
especies de orquídeas (una endémica), 13 especies de palmeras, 101 plantas
leñosas, 154 especies de briofitas y 16 de líquenes.
Oxigenar
el planeta y evitar nuevas pandemias
Otro
aspecto importante de proteger los bosques es que contribuyen a mitigar el
impacto del calentamiento global, que es un efecto del cambio climático que se
manifiesta con olas de calor o sequías.
Además,
la ONU ha detallado que existe una relación entre preservar la biodiversidad yevitar la aparición de nuevas pandemias, ya que cuando existe diversidad de
especies es más difícil la propagación de patógenos. Con la contaminación
ambiental “se han destruido zonas de amortiguamiento naturales, que normalmente
separan a los humanos de la vida silvestre, y se han creado puentes para que
los patógenos pasen de los animales a las personas”. (AVV) Fuente: Diario: La
Hora.
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