Por: Ileana Almeida
Los hallazgos que la arqueología ha
hecho en los territorios de los actuales shuar- aents en los últimos diez años,
tanto en Perú como en Ecuador, son muy sugestivos. En Jaén (Perú), en la cuenca
de los ríos Chinchipe-Marañón, se han encontrado edificaciones monumentales de
piedra y argamasa. Un posible templo, de forma espiral, incluye terrazas
escalonadas, patios hundidos y viviendas. Hacia el norte, en el poblado de
Palanda, en la provincia de Zamora-Chinchipe, se ha descubierto una aldea que
incluye plataformas elevadas, plazas circulares, muros que configuran
caracoles. ¿Los habitantes de la zona serían, acaso, antepasados de los
shuar-aents? ¿Se trata de una civilización desaparecida y, de ser así, por qué
desapareció?
Se sabe que los shuar incursionaron en
diversos puntos cordilleranos; algunos investigadores plantean que tienen
parentesco genético con los paltas y quizás con los cañari. Otros piensan que
gracias a las condiciones geográficas favorables para el tránsito pedestre por
las elevaciones montañosas en el sur de Ecuador y norte de Perú, los shuar
pudieron haber mantenido relaciones comerciales con determinados pueblos
andinos y hasta nombrar en su lengua algunos sitios que se conocen como
Malacatos y Gonzanamá (provincia de Loja).
Los incas llegaron al territorio shuar
y, luego de intentar dominarlos, sin éxito, se retiraron; los primeros llamaron
a los segundos bracamoros, (pucamuru, en quechua, que significa desnudos y
pintados). Los españoles emplearon medios crueles y piadosos para colonizarlos,
pero nunca pudieron hacerlo, y los llamaron “jíbaros”, término que los
indígenas consideran despectivo.
El shuar es solo uno de los dialectos de
la lengua general shuar-aents, que incluye, en Ecuador, al achuar, o a-shuar,
que significaría shuar de allá, y al shiwiar, o shi-uar, que querría decir voz
humana. Los dialectos del aents tienen sonidos difíciles de captar para un oído
ajeno a las vocales susurradas. Los dialectos peruanos awajuna o aents, y el
wampi, se distancian todavía más. Sin embargo, el reconocimiento de una sola
lengua, como se hace ahora, es una manera de recrear la memoria colectiva, en
busca de la unificación territorial y la reunificación de un pueblo.
Los shuar-aents no solo tienen memoria
de su pasado, sino que se hacen escuchar para conectar su identidad a los
estados ecuatoriano y peruano. Este afán les
movió a organizar, hace dos años, el Congreso Yápankam en Zamora, donde intervinieron
personalidades shuar-aents y antropólogos nacionales y extranjeros. La
relatoría, redactada por Santiago Utitiaj, Grégory Deshoulliére, y Miguel
Jempekat, señala que se trató de “encontrar la forma en que los grupos sociales
investigados y los antropólogos investigadores podrían lograr condiciones de
igualdad en la producción del conocimiento científico” sobre este pueblo
amazónico.
“Los
dialectos del aents tienen sonidos difíciles de captar para un oído ajeno a las
vocales susurradas”.
Bibliografía:
Álvarez Palomeque Catalina. Ciencia
indígena en el currículo de formacio docente. Memorias del III Encuentro
Regional de E.I.B. Puyo,2002
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Práctica (Caap) Lima
Bustamante Teodoro. Larga lucha del
Karakam contra el Sucre. Abya Yala,
Quito, 1988
Valdés Francisco y Olivera Quirino. La
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Vales̆ Mirolslav. Relación de las
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Languaje and Cultura Archivos
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