Por: Jorge Basilago
El viernes
15 de octubre de 2021, en la Capilla del Museo de la Ciudad (García Moreno y
Rocafuerte, Quito), se presentó el libro Desbordes. Estallidos, sujetos y
porvenires en América Latina, editado por la Oficina Región Andina de la
Fundación Rosa Luxemburg (FRL). A dos años exactos del Paro de Octubre de 2019,
esta obra reúne seis estudios de caso y otros tantos comentarios
contextualizadores sobre las protestas y manifestaciones que, en tiempos
recientes, agitaron la vida social y política de varios países de la región
como Nicaragua, Chile, Ecuador, Colombia y Perú.
“Me parece muy pertinente hacer el lanzamiento
en la Feria del Libro Insurgente, organizada por el Colectivo Desde el Margen,
porque este libro habla de insurgencias; pero no con una lógica militar-bélica
o con un mando central, sino por el contrario de insurgencias civiles
expresadas, por ejemplo, en Nicaragua con la consigna ‘Patria Libre para vivir’
(NdeR: En abierta oposición al clásico ‘Patria Libre o morir” instalado en su
momento por la revolución sandinista)”, reflexionó Ferdinand Muggenthaler,
director de la Oficina Región Andina de la FRL y uno de los editores del
volumen junto con Alexandra Martínez y Breno Bringel.
Además de Martínez y Muggenthaler, la mesa de
presentación estuvo integrada por Yerling Aguilera, socióloga nicaragüense,
autora del estudio de caso sobre los levantamientos populares de 2018 en su
país; Inti Cartuche Vacacela, sociólogo kichwa y militante del movimiento
indígena ecuatoriano; y Anahí Macaroff, antropóloga e investigadora asociada al
Instituto de Estudios Ecuatorianos. “Hay que mirar estos estallidos como dos
cosas a la vez: son un momento catártico, cúlmine, pero a la vez son un punto
en un proceso. Esto me parece fundamental, porque de lo contrario da la
sensación de que existe la generación espontánea”, sostuvo Macaroff.
Márgenes y orillas comunes
Yerling Aguilera, socióloga nicaragüense, autora del estudio de caso sobre los levantamientos populares de 2018 en su país. FOTOGRAFÍA: Cecilia Puebla
Con la premisa de analizar el contenido del
libro e identificar similitudes entre colectivos, países, nuevos sujetos y
horizontes políticos, cada participante expuso a su turno las posibles
“orillas” comunes entre los diferentes desbordes latinoamericanos. “Las
movilizaciones ponen en debate la institucionalidad de la democracia y el
Estado liberal, y muestran una nueva forma de construcción democrática desde las
bases”, observó Cartuche, para quien la “lógica comunitaria y de cooperación”
colectiva fue la clave para “sostener la continuidad de las luchas a pesar de
las políticas represivas”.
“Hay un agotamiento del control negociado y del
apaciguamiento: la respuesta del sistema ante cada estallido fue represiva, lo
que lejos de generar desmotivación, generó mayor indignación”, coincidió
Macaroff. Según la antropóloga, la capacidad de transformar la solidaridad en
articulación fue lo que permitió romper con las estructuras dicotómicas
funcionales al discurso “tanto de la izquierda como de la derecha”, en su
intento de vaciar de contenido los cuestionamientos.
Como ejemplo concreto de esta capacidad de
construcción colectiva, Yerling Aguilera mencionó el establecimiento de “redes
de asistencia médica clandestina” en Nicaragua, para solventar el intencionado
abandono estatal, tanto en la atención de las personas heridas por la represión
de las protestas de 2018, como durante el posterior desarrollo de la pandemia. “La
gente movilizada disputa el significado del relato oficial sobre la defensa de
la revolución (sandinista), que se vuelve algo ‘poético’ o abstracto cuando los
cambios sociales no se ven en lo cotidiano”, criticó.
El libro identifica y caracteriza también otros
elementos comunes a las distintas expresiones del descontento regional. Entre
ellas se mencionan la emergencia de nuevos actores y sujetos políticos antes
situados en los márgenes –como los feminismos y las diversidades
sexo-genéricas, con sus agendas específicas-, la inexistencia de liderazgos o
“vanguardias” reconocibles, el uso de las nuevas tecnologías y, en varios
casos, la ausencia de estrategias orientadas a la disputa o la toma del poder.
“Es central el papel de las juventudes, pero no solo por una cuestión de edad
sino a partir de nuevas formas de organización y de lucha”, detalló Cartuche.
A cada estudio de caso –dos sobre Chile y uno
sobre Ecuador, Colombia, Nicaragua y Perú- le sucede un comentario que
profundiza en esa temática puntual, escrito por especialistas reconocidos en la
región: Maristella Svampa, Stalin Herrera, Pierina Ferretti y Pablo Ospina. La
introducción y la entrevista final, en tanto, fueron desarrolladas por Breno
Bringel. “Como fundación nos preguntamos cómo podíamos aportar y evitar las
interpretaciones simplistas de estos fenómenos”, observó Muggenthaler sobre la
génesis del proyecto. El resultado es este ensayo múltiple titulado Desbordes.
Estallidos, sujetos y porvenires en América Latina, que puede descargarse
gratis de la web de la Fundación Rosa Luxemburg.
“Las movilizaciones ponen en debate la
institucionalidad de la democracia y el Estado liberal, y muestran una nueva
forma de construcción democrática desde las bases”.
La Línea de Fuego Fotografía: Cecilia Puebla
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