Vista
panorámica de Telimbela. Foto: Cecilia Borja / Agencia Tegantai.
Por: Cecilia Borja
Telimbela, es una
parroquia rural que pertenece al cantón Chimbo, provincia de Bolívar. Fundada
el 23 de abril de 1884, cuenta con 42 comunidades, con un clima subtropical y
una población que tiene sus ancestros en los Asancotos, Chapacotos, Chimbus;
entre otros asentamientos indígenas y de origen europeo.
Su
producción agropecuaria es muy variada y se comercializa en toda la provincia y
a nivel nacional; la caña de azúcar con la que fabrican panela y aguardiente,
al igual que la leche, son sus principales fuentes de ingreso económico.
También son exportadores de orito y guineo morado, y su territorio es muy
atractivo para el turismo por sus bellos paisajes, cascadas y ríos.
Procesamiento
artesanal de la caña de azúcar. Foto: Cecilia Borja / Agencia Tegantai.
“Nuestra
parroquia Telimbela, es un pedacito de cielo, porque es productiva, de lo que
usted siembra puede cosechar, sin problema, sin ningún químico. Nuestra zona es
húmeda. Tenemos muy buena agua, gracias al Señor. Hay un sector de ganadería,
en donde se mantienen de la leche y el queso. También hay caña de azúcar, que
están haciendo el granulado, que estamos vendiendo en muchas partes. Del Valle
hacia abajo, nuestra zona es agrícola (bananera). Exportamos el orito, el
guineo morado a Europa, a Chile (…) Por eso no vamos a permitir minería en nuestro
territorio, porque si nos contaminan el agua cómo podemos vivir, porque esa
minería no nos va a dar ninguna riqueza que dicen, no, a nosotros nos va a
producir más pobreza. En esta área (Valle abajo) trabajan unas 2 mil personas
por semana, porque unos limpiamos los suelos, otros votamos hojas, otros
enfundan y otros cargamos el orito a las empacadoras, ¿usted cree que la
minería va a dar trabajo a 2 mil personas?, yo no creo”, manifiesta Luis
Murillo, representante de la Asociación Bana Orito de Telimbela.
Así,
con una superficie de 5 mil hectáreas dedicadas al cultivo de banano, hay casos
de fincas en las que se producen hasta 2 mil cajas por semana; es decir que en
conjunto se exportan de 10 a 12 contenedores semanales, de acuerdo con el
pedido de los países a los que envían la fruta.
Plantación
de cacao y banano. Foto: Cecilia Borja / Agencia Tegantai.
Río
que baña el territorio de Telimbela. Foto: Cecilia Borja / Agencia Tegantai.
El
peligro de la minería
En
la provincia de Bolívar, las empresas extractivas aparecen por los años 70,
cuando vieron su potencial minero por encantararse en la Cordillera de los
Andes; así, para el año 2006 y hasta la actualidad se registran conflictos
socioambientales por la presencia de la empresa Salazar Resources, con su
subsidiaria Curimining S.A., a cargo del proyecto de segunda generación
Curipamba Sur (14.812,48 hectáreas, distribuidas entre los cantones Las Naves,
Echeandía y Guaranda), y que últimamente realiza trabajos de exploración
avanzada, en la comunidad Naves Chico, cantón Las Naves.
Marcha
provincial en contra de la minería, agosto de 2019. Foto: Cecilia Borja /
Agencia Tegantai.
Además,
es preocupante la presencia de la empresa Yankuang que tiene a su cargo los
proyectos Telimbela (4.033 hectáreas) y El Torneado (17.878 hectáreas),
ubicados en los cantones Chimbo, San Miguel y Caluma, para extraer cobre y
molibdeno. Mientras que Sol Gold, a través de su subsidiaria Valle Rico
Resources tiene a su cargo 28 concesiones, ubicadas en los cantones Chillanes,
Guaranda, San Miguel, Caluma y Echeandía.
Sin
embargo, según datos del Catastro Minero Nacional a diciembre de 2019 existían
32 concesiones, que suman más de 100 mil hectáreas en los siete cantones de
esta provincia, para gran y mediana minería, entregadas a las transnacionales
originarias de Canadá, Australia, Chile y China; entre ellas: Luminex
Resources, Forescue Metals Group, Yankuang Group, Codelco y Sol Gold. Se
considera que los datos del Catastro Minero son inexactos y que el número de
concesiones para minería metálica a la fecha superan las 70.
Habitantes
de la comunidad Coropamba, perteneciente a Telimbela, durante una marcha
provincial en contra de la minería, agosto de 2019. Foto: Cecilia Borja /
Agencia Tegantai.
Las
empresas mineras ingresan al territorio de Bolívar, a partir de la entrega de
concesiones sin consulta por parte del Estado, con el consentimiento de las
autoridades nacionales y locales, juntos han aplicado estrategias de
socialización en beneficio de la explotación minera, vulnerando los derechos de
las comunidades. En el caso de la parroquia Telimbela, el rechazo por parte de
la población campesina a la presencia de la empresa de origen chino Yankuang,
ha generado un movimiento fuerte de resistencia que se articula a nivel
provincial con otras poblaciones afectadas por la minería.
“Nosotros
nos damos cuenta porque en nuestro río que tenemos muy cerca, los muchachos que
se van a la pesca encuentran a los peces muertos, y eso fue para despertar (…).
Nos unimos unas 50 personas y nos fuimos al punto donde han estado explorando,
ahí entramos al pozo 6 personas y 2 policías, porque los policías de Telimbela
al ver que subimos nos siguieron, ahí vimos cómo votaban el desperdicio al
agua. Encontramos las mangueras conectadas desde donde estaban haciendo sus
lavados al río. Desde ahí viene el despertar, vienen los enfrentamientos,
vienen los conflictos. Viene la resistencia. Eso no ha parado ni va a parar
mientras estemos con vida”, indica Luis Murillo.
Yankuang
Donghua Construction Co. Ltd. está registrada en la Superintendencia de
Compañías en Quito (por lo tanto, es una compañía ecuatoriana), es sucursal de
Yankuang Group Co. Ltd. que tiene operaciones en Venezuela, en el Arco Minero
del Orinoco (Proyecto AMO, que se divide en cuatro áreas). Según el Informe EPU
– 2018 (Vulneraciones a los derechos de los pueblos indígenas en la Cuenca
Amazónica por inversiones chinas), Yankuang explorará y explotará el área 4
donde predomina oro, cobre, bauxita, dolomita y caolín, y que abarca la Reserva
Forestal Sierra de Imataca. AMO ha generado oposición en las comunidades
indígenas por alterar su modo de vida tradicional e incumplir con la
participación, consulta y consentimiento, así como por la falta de Estudios de
Impacto Ambiental (EIA). El incumplimiento de estas obligaciones generó
movilizaciones, en una de ellas el líder indígena Freedy Menare, fundador de la
Organización Indígena Pueblo Uwottuja del Sipapo, quien se oponía al proyecto
AMO, fue asesinado por un disparo en la espalda.
En
Bolívar, según los registros de la Empresa Nacional Minera – ENAMI EP, anterior
titular del proyecto Telimbela, el entonces Gobernador de la provincia Anibal
Coronel junto con otras autoridades locales, serían los responsables al dar el
visto bueno para que Yankuang, que a la fecha estaba comprando los títulos
mineros a ENAMI, ingrese a ese territorio.
Informe
técnico sobre el proceso de socialización del proyecto Telimbela – Torneado,
agosto de 2017, ENAMI EP.
Al
ser las autoridades parte de procesos de socialización y con claras intenciones
de favorecer a las empresas mineras, sin medir los impactos sociales y
ambientales, y sobre todo sin el ejercicio del derecho a la consulta desde el
Estado ecuatoriano, se generan conflictos con graves consecuencias en especial
para las comunidades que se oponen a la extracción de minerales en sus
territorios. En este caso, existen personas denunciadas por la empresa a las
que ésta pretende llevar a juicio con acusaciones de asociación ilícita y daño
a bien ajeno (Juicio No. 02305-2019-00219 / Investigación Previa No.
020101819090116 / Investigación Previa No. 020301819090023); además de un clima
de incertidumbre, una campaña de desprestigio en contra de los defensores de la
naturaleza, violencia entre quienes están a favor de la minería y los que están
en contra, y lo que generó el interés de los medios de comunicación a nivel
nacional: la quema de un contenedor que al parecer pretendía ingresar con
equipamiento de la empresa Yankuang, con resguardo de un vehículo blindado de
la policía que también fue incendiado.
“No
somos violentos. Ellos insisten, abusando, pidiendo a los policías, a los
militares, pero no nos van a sorprender. Nos han querido humillar, hay
detenidos, pero ya están libres gracias a Dios, y seguimos. Tenemos que
defendernos. En el caso de la quema no le puedo explicar, porque yo, hasta el
día de hoy no he llegado al punto donde ha sido, porque eso fue en la vía
Caluma – Choropamba (…) pueden ser ellos mismos que se queman, que queman esos
tráilers para decir que nosotros somos los violentos, entonces eso habría que
comprobar de dónde salió (…), queremos vivir en paz, queremos agua, porque con
nuestra producción podemos sobrevivir muy bien como lo hacemos desde antes”,
puntualiza Murillo.
El
Valle – Telimbela, una de las zonas en donde los defensores de la naturaleza
han establecido puestos de control hace más de 2 años. Foto: Cecilia Borja /
Agencia Tegantai.
Producto
de la resistencia y debido a que existe por parte de los defensores de la
naturaleza un control minucioso en todo el territorio, la empresa minera ha
salido de Telimbela; según testigos, Yankuang a la fecha, no está trabajando y
retiró los equipos que tenían para la exploración avanzada. Sin embargo, el
futuro aún es incierto, porque si no se revierten las concesiones mineras desde
el Estado o no se consulta a las comunidades, se continuarán vulnerando sus
derechos y empujando a la destrucción a un territorio tan biodiverso que tiene
grandes potencialidades de desarrollo agroecológico y turístico, cuya
explotación minera afectará no sólo a Bolívar, sino a las provincias de Los
Ríos y Guayas, que recibirían toda la contaminación aguas abajo.
Fuente: https://agenciaecologista.info/2021/07/20/telimbela-el-pedacito-de-cielo-que-ansian-las-empresas-mineras/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario