En los hogares se deben crear horarios de lectura que tengan un mínimo de minutos y páginas por día. Foto: Freepik
Por: Gabriel
Flores
El
tiempo que los niños dedican a los videojuegos ha crecido de forma exorbitante
durante el último año. Un informe de la consultora Newzoo señala que su consumo
mundial aumentó un 65% en 2020. Para disminuir las horas que pasan realizando
esta actividad una de las alternativas es fomentar su gusto por los libros y la
lectura.
A
criterio de Juana Neira, directora del Plan Nacional del Libro, las estrategias
para fomentar la lectura en los niños dependen de su edad. Para los más
pequeños, por ejemplo, recomienda que los padres empiecen contándoles
historias. La oralidad es fundamental para generar ese primer acercamiento,
sobre todo, sino tienen el hábito de leer.
Después
de contarles historias, se puede seguir con la lectura compartida entre niños y
padres. Lo importante en esta etapa es que el libro se convierta en un pretexto
para hacer otras actividades como jugar a algo relacionado con la trama de la
historia. Asimismo, se puede incentivar a los niños para que dibujen al
personaje que llamó su atención.
Para los
primeros lectores, niños entre seis y ocho años, las expertas recomiendan
comenzar con libros que contengan imágenes. Neira sostiene que la mejor
alternativa para esa edad son los libros álbumes porque ayudan a activar los
sentidos de los niños. “Lo importante -dice- es que ellos conviertan al libro
en un objeto de su propiedad. Así podrán volver a la historia las veces que quieran”.
Otra de
las opciones para los primeros lectores son los cuentos infantiles clásicos.
Para la escritora María Fernanda Heredia, estos libros ofrecen distintas
lecturas, dependiendo del momento de la vida. “Tienen muchos conceptos y
símbolos que se pueden ir desentrañando poco a poco, entre los niños y los
padres”.
Para los
niños entre nueve y 12 años, la dinámica cambia un poco. Las expertas
recomiendan que sean ellos, de acuerdo con sus intereses, los que elijan las
lecturas. Lo mejor es que, más allá de los textos escolares, existan dos o tres
libros físicos en casa. Aunque los niños sean más autónomos lo esencial -dicen-
es que siga siendo una actividad compartida. Padres e hijos se pueden turnar en
la lectura de páginas.
Al igual
que pasa con los primeros lectores, es importante que las lecturas sean
complementadas con otras actividades, como practicar algún deporte o cocinar.
Asimismo, se puede proponer a los niños escribir sobre su personaje preferido o
un final distinto al original. Es necesario que durante el día a día, los
padres hagan referencias a las lecturas realizadas y que en casa se elija un
espacio para la lectura.
Carolina
Bastidas es dueña de El Oso Lector, una librería especializada en literatura
infantil. Ella también sostiene que en este proceso es importante la
participación de los padres o de los familiares con los que convive el niño. Al
igual que Neira y Heredia, asegura que no es suficiente que vean a los adultos
leer, sino que la lectura se convierta en una actividad conjunta.
Bastidas
agrega que hay que volver a generar en los niños espacios de aburrimiento. Para
ella, ese tiempo es clave para que despierten su creatividad y reflexionen
sobre las lecturas que han realizado.
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