Por:
Santyago Chasipanta
Si analizamos la
definición de falacia podemos encontrar varios calificativos cómo: Engaño,
mentiras, una verdad sin fundamento o simplemente: “Un cuestionamiento que se
utiliza para convencer”, según el contexto, claro está. Entonces, también podríamos relacionar como
una falacia al nuevo discurso del actual gobierno frente a la prueba Ser
Bachiller y a los supuestos cambios que, según su lógica, haría que ingresen
más estudiantes a las universidades y con ello combatir esta problemática
educativa.
Ya
vamos a un mes de la última de la prueba
Ser Bachiller región costa, donde se iba
a verificar con base a los resultados de los cambios que realizó el gobierno
hace algunos meses atrás, en los cuales, de alguna manera se dio un nuevo
direccionamiento de la evaluación, con la eliminación y creación de algunos
dominios, cortar el tiempo de desarrollo de la evaluación, y se aseguró que los temas si iban a
responder la malla curricular de los colegios y así asegurar el ingreso de más
estudiantes a las universidades.
Según
las últimas reacciones de los estudiantes y padres de familias, la prueba Ser
Bachiller son totalmente negativas en este último proceso, cómo: el grado de
complejidad, la filtración de las pruebas por redes sociales, el rechazo
rotundo de la evaluación y eliminación de la misma. Queda en evidencia lo
precario del sistema educativo de nuestro país y las instituciones que están a
cargo de la evaluación y en sí, también, la lógica del gobierno; en las cuales
ya se están generando soluciones frente a esta gran problemática. En distintos
frentes y movimientos sociales como como la UNE o la FEUE que solicitan desde:
que se evalué de una forma formativa, hasta dar la autonomía a las facultades
para que ellos sean los encargados de tomar la evaluación. ¿Se mantiene la
falacia del gobierno y no se soluciona la problemática educativa?
Pero
¿Esas alternativas serían una verdadera solución para esta crisis
educativa? El cambio debería ir desde la
base, desde la estructura de la educación, desde la educación inicial, básica y
bachillerato. El verdadero desempeño del
docente en el proceso educativo, la cual se ha enfocado en papel más
burocrático en el hecho de presentar cientos de informes y evidencias y no de
manera pedagógica que es la verdadera finalidad del docente como guía del
estudiante como actores principales en el proceso educativo.
Nada
es absolutamente necesario ni absolutamente contradictorio que puede
complementarse o excluirse. Juan Durán
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