En República
Dominicana cuna de las hermanas Mirabal, tierra generosa por su maravillosa
naturaleza y la calidez de su gente, nos reunimos mujeres de Argentina, Brasil,
Colombia, Chile, República Dominicana,
Ecuador, El Salvador, Haití, México, Paraguay, Perú, Puerto Rico y Venezuela
autoconvocadas y motivadas por el lema: “LAS MUJERES DE LATINOAMERICA Y EL CARIBE
PRESENTES EN LA LUCHA POR NUESTRA EMANCIPACIÓN,
JUNTO A NUESTROS PUEBLOS, POR LA LIBERACIÓN”.
Con enorme entusiasmo, mujeres de sectores
populares, obreras, campesinas, estudiantes, docentes, profesionales,
intelectuales, artistas, desocupadas, empleadas domésticas, amas de casa,
jubiladas, trabajadoras por cuenta propia, mujeres de los pueblos indígenas y
negro, concurrimos autofinanaciadas sobre la base de distintas actividades
desarrolladas en cada país para contar con la posibilidad de viajar al
Encuentro y evidenciar que las mujeres populares, somos capaces de realizar
grandes cosas sin recurrir al financiamiento de gobiernos, ONGs, o
cooperaciones extranjeras de los países imperialistas.
La primera actividad fue visitar la casa museo de
las hermanas Mirabal y rendirles un homenaje, resaltando que su asesinato fue
provocado como parte de la represión a la lucha del pueblo dominicano contra la
dictadura de Trujillo; en el encuentro con Minue Tabares Mirabal, hija de
Minerva, las mujeres ratificaron sus compromisos por ser parte decisiva de las
luchas por la liberación de sus pueblos.
Las mujeres de Latinoamérica y el Caribe desde la
lucha por la independencia del colonialismo hemos participado activamente en la construcción
histórica de nuestros pueblos, y en todas las actividades desarrolladas
estuvieron más vigentes que nunca los ejemplos de Micaela Bastidas, Juana
Azurduy, Manuela Sáenz, María Trinidad Sánchez y las miles de luchadoras
anónimas a quienes honramos con la convocatoria.
Ya en el siglo XX continuamos los pasos de mujeres revolucionarias
como Clara Zetkin, Rosa Luxemburgo, las mártires de la fábrica Cotton en EEUU,
en cuyo homenaje se instauró el 8 de
Marzo como día mundial de la mujer trabajadora. Ya más avanzado el siglo XX,
también rendimos nuestro homenaje y seguiremos su ejemplo, de mártires como Olga Benario, Lolita Lebrón,
Azucena Villaflor, Rosita Paredes y muchas más que aportaron su sangre para la
reivindicación de los derechos de las mujeres y
los pueblos.
Nuestros países, que además de estar hermanados por
una historia en común, con características sociales, económicas y lingüísticas
similares, por la lucha anti-colonial y antiimperialista y contra la opresión
de los sectores dominantes locales, nos unimos
en busca de un futuro y horizonte
de cambios profundos que nos lleven a la emancipación y definitiva
independencia de las mujeres junto a nuestros pueblos.
Las mujeres
somos las más afectadas por este sistema injusto y represivo. Luchamos
contra la doble explotación y opresión, contra la violencia de género, contra
la discriminación étnico- cultural y etaria;
por educación sexual y reproductiva para conocer y decidir,
anticonceptivos para no abortar y aborto
legal para no morir; para terminar con las redes transnacionales de trata que
esclavizan a las mujeres, niñas y niños en la prostitución y el narcotráfico,
redes que existen con la complicidad de los estados capitalistas y patriarcales
subordinados a los designios imperialistas; por el derecho al trabajo, contra
todo tipo de abusos en el ámbito laboral, por igual salario a igual trabajo;
por la seguridad alimentaria, por
educación de calidad y erradicación del analfabetismo femenino, salud pública y
de calidad, contra todo tipo de discriminación, contra el racismo y xenofobia,
por el reconocimiento de las etnias
y pueblos originarios; por el derecho de las mujeres y
los trabajadores del campo a la tierra y a garantías para su actividad
productiva; por servicios sociales para
los hijos e hijas de las mujeres trabajadoras en especial centros de cuidado y
atención infantil; por disminución del tiempo de jubilación de las mujeres; por
el reconocimiento pleno de participación política de las mujeres; acceso a
educación, a la cultura, a la recreación, al deporte de las jóvenes contra el
flagelo de las drogas y contra la
alienación imperialista y, por la libertad de organización.
En todas las actividades realizadas durante el
Encuentro, en los talleres y plenarias, las mujeres expresamos su rechazo a
todas las formas de violencia que soportan en sus respectivos países y el
intercambio de experiencias ha constituido el factor principal para establecer
acuerdos y resoluciones que alentarán la lucha
de las mujeres por la conquista de su emancipación y por la definitiva independencia
de nuestros países.
Rechazamos firmemente las guerras de intervención
imperialista que son la causa de la migración, incremento masivo de refugiados
y la constitución de un ejército de
seres humanos sin techo, sin trabajo y que son la causa del sufrimiento de
miles de mujeres y sus familias.
Al finalizar este exitoso Primer Encuentro de
Mujeres de América Latina y El Caribe, nos comprometemos a fortalecer los lazos de unidad, amistad y solidaridad de las mujeres trabajadoras
y de los distintos sectores populares; a impulsar juntas Jornadas continentales
en tres fechas que constituyen momentos históricos para las mujeres del mundo:
- El 8 DE MARZO, día mundial de las mujeres trabajadoras como un día de compromiso de las mujeres por conquistar su liberación.
- El 1 DE MAYO, día internacional del trabajo, que debe ser ratificado su carácter de lucha por la unidad y organización de las y los trabajadores contra la explotación capitalista.
- El 25 DE NOVIEMBRE; Día contra la violencia a las mujeres, recuperar el sentido histórico de la lucha y sacrificio de las hermanas Mirabal
- En la actual coyuntura, nos comprometemos a:
- Demandar al gobierno de México, la inmediata presentación con vida de los 43 jóvenes normalistas de Ayotzinapa
- Retiro de las tropas extranjeras - MINUSTAH de Haití, en particular las de Argentina, Brasil y Chile y apoyar su derecho a la libre determinación como nación independiente.
- Condenar y rechazar la criminalización de la lucha social en todo el continente y de manera particular en Ecuador que ha instaurado el gobierno de Rafael Correa y la solidaridad con las luchadoras y luchadores sociales que enfrentan juicios por hacer uso de su legítimo derecho a la resistencia.
Santo Domingo, 27 de septiembre de 2015. FUENTE:
ECUADOR LIBRE RED.