Alberto
Dahik es el nuevo integrante del Consejo de Asesores Económicos del gobierno de
Lenin Moreno, del que además forman parte Vicente Albornoz, Augusto de la Torre y Fausto Ortiz. Aunque
oficialmente se dice que el equipo «no tiene carácter vinculante», es fácil
suponer que sus opiniones y puntos de vista tienen peso en las decisiones
económicas del gobierno, ámbito en el que, como en todo, la gestión del
gobierno es un fracaso.
Dahik se
ha convertido -o él mismo se asume- como una especie de gurú del neoliberalismo
en el país. Se pasea por los sets de TV, de radios y prensa escrita dando
cátedra de lo que se debe hacer y de lo que no se debe hacer en el manejo
económico, y no pierde la ocasión para echar lodo sobre toda opinión política
que tenga indicios de progresismo y más aún cuando son puntos de vista de izquierda. Dahik es un
ultraconservador en su pensamiento económico y político, que se niega a ver el
fracaso del neoliberalismo a nivel mundial.
No solo
habla de economía, también acostumbra dar lecciones de moral a pesar que su
pasado está marcado por acusaciones de corrupción. En octubre de 1995, renunció
a su cargo de vicepresidente de la República y a bordo de su avión privado huyó
a Costa Rica, país con el que no existía acuerdos de extradición. Solicitó
asilo argumentando ser perseguido político, así evitó su detención ordenada por
las autoridades judiciales debido a presunciones de corrupción en el manejo de
los gastos reservados del Estado. Declararse como perseguido político cuando se
debe rendir cuentas a la justicia ordinaria no es algo nuevo en funcionarios de
alto nivel del Estado.
De manera
muy resumida, así fue el caso. Días antes de su huida del país, Dahik hizo
frente a un juicio político en el Congreso Nacional, acusado de mal manejo de
los fondos reservados del Estado, enriquecimiento personal y entrega de
asignaciones presupuestarias a diputados a cambio de la aprobación de leyes.
¡Muy parecido a los arreglos hechos por la ministra Romo con el asambleísta
Mendoza!
El ex
vicepresidente manejó un tercio de los gastos reservados que ascendían a 66 mil
millones de sucres, cifra que en esa época era «bastante planta». Según los
denunciantes hubo peculado y manejo ilegal en alrededor de 19 mil millones de
sucres, 1.100 millones depositados en las cuentas de sus secretarios privados,
Gladys Merchán y Juan Mario Crespo. La acusación fiscal estableció como autores
de los delitos de peculado y enriquecimiento ilícito a: Alberto Dahik, Gladys
Merchán y Juan Mario Crespo; autores del delito de peculado: Diego Paredes Peña
(ex canciller del Ecuador) y Mauricio Pinto (empresario y ex ministro de Finanzas);
cómplice del delito de peculado, Juan Carlos Faidutti (ex Contralor General del
Estado); encubridores del delito de peculado: Ricardo Muñoz Chávez (ex
Superintendente de Bancos) y Francisco Costales (ex Subcontralor); se
establecieron 287 presuntos beneficiarios (personas naturales y/o jurídicas),
entre los nombres más conocidos Pablo Lucio Paredes (32.000.000,00), el
diputado conservador Freddy Bravo (500.000,00), el diputado conservador Wilman
Costa (91.918.000,00), el gerente del Banco Central, Augusto de la Torre
(108.455.000,00), el consultor cubano Mario Elgarresta (60.400.000,00), el
ministro de Industrias José Vicente Maldonado (6.000.000,00), René Maugé
(6.000.000,00) ex secretario general del PCE, el ex canciller Diego Paredes, y
el ex secretario de Comunicación Enrique Proaño (6.000.000,00).*
Los
fondos reservados, destinados para «mantener la seguridad interna y externa del
país», debían ser manejados en cuentas del Banco Central, pero Dahik lo hizo en
cuentas privadas en el Banco del Pacífico. Según investigaciones de la Corte
Suprema, se abrieron siete cuentas en ese banco, tres a nombre de Juan Mario
Crespo, dos a nombres de Gladys Merchán, una compartida por Alberto Dahik y
Gladys Merchán, y una compartida por Juan Mario Crespo y Gladys Merchán. Con
ese dinero se intentó comprar la radio Democracia de Quito, negocio en el que
actuó como intermediario el ex canciller Diego Paredes, por este caso Alberto
Dahik tuvo que devolver 25 mil dólares más los intereses, lo que implica el
reconocimiento que sí se desviaron recursos del Estado.
El presidente
Sixto Durán Ballén hizo todo lo posible para torpedear las investigaciones
judiciales, buscó impedir que el presidente de la Corte Suprema de Justicia,
Carlos Solórzano, inspeccionara los microfilmes de las cuentas reservadas de la
Vicepresidencia. Cuando se tuvo acceso a ellos, varios cheques aparecieron
ilegibles, presumiéndose que intencionalmente fueron velados. Entre los cheques
legibles se encontró depósitos a la constructora ConBaquerizo, empresa
encargada de construir su casa en la urbanización Biblos, en Guayaquil. Más de
10. 200 millones de sucres no fueron justificados por el ex vicepresidente, ni
los intereses generados en las cuentas personales abiertas con los fondos
reservados.**
Quince
años después de que Dahik permaneció en Costa Rica, Rafael Correa pidió a la
Asamblea Nacional que declare su amnistía por considerarlo perseguido político,
antes hizo la misma solicitud a la Constituyente de Montecristi. Según la
Constitución, la amnistía se concede por motivos políticos y los indultos por
motivos humanitarios; expresamente señala que «no se concederán por delitos
cometidos contra la administración pública».
Ahora,
Rafael Correa, Jorge Glas y una larga lista de ex funcionarios del gobierno
anterior que deben rendir cuentas a la justicia penal también esgrimen el
peregrino argumento de perseguidos políticos, como lo hizo y acostumbra hacer
Abdalá Bucaram. Cuando Correa abogó por Dahik, seguramente estaba pensado en su
propio futuro: entre bomberos no se pisan las mangueras.
Esa es
una faceta de la vida de Alberto Dahik, la más conocida es la de terrorista
económico.
* En
1996, Diego Cornejo Menacho escribión Crónica de un delito de Blancos, que
detalla todo este proceso.
**
Nicolás Brito. ¿Por qué fugó Dahik y quienes lo absolvieron? http://jcelobservador.blogspot.com/2019/11/nicolas-brito-grandes-soy-un.html
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