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lunes, 16 de marzo de 2020

EL CUERPO HUMANO TIENE SUS PROPIAS DEFENSAS

CUIDADO. Las defensas deben estar revitalizadas, 
sobre todo en épocas en las que los virus abundan.

Vacunas, dieta adecuada y la actividad física son importantes para enfrentar los virus y bacterias.

El sistema inmunológico es la defensa natural del cuerpo contra las infecciones: virus, bacterias, hongos. Tiene dos niveles de protección: natural y adquirido.

El primero es el que rechaza a los agentes malignos antes de que invadan y causen enfermedad; y el segundo es un complemento del sistema innato, porque actúa como un ‘franco tirador’ que sabe específicamente qué micro organismo va a hacer daño y lo ataca, explica José Sánchez, docente de microbiología de la Universidad Tecnológica Equinoccial  (UTE).

Asegura que “la inmunidad no se compra en la esquina, se la labra y se la crea cada día con apropiados hábitos alimenticios, estilo de vida saludable y con actividad física. Se crea por varios años para que tenga una respuesta adecuada”.

Pero una enfermedad puede surgir cuando la inmunidad es baja o la virulencia del patógeno es alta. Los síntomas dependerán de la patología infecciosa. Uno de ellos es la fiebre, que, sin embargo, es la respuesta más usual y actúa como mecanismo de resguardo para frenar el crecimiento de las bacterias y, al mismo tiempo, las destruye.

Refuerzo

Sánchez menciona que el sistema inmunológico pasa por fases a través del crecimiento de las personas. En los niños muy pequeños, el cuerpo se vale del timo, órgano que genera y madura las células protectoras, para que aprendan a reconocer entre lo extraño y lo propio.


En edades más grandes, la aplicación de las vacunas es importante, porque enseñan al sistema inmunológico a saber qué organismos tiene que destruir. Es por eso que si un infante tiene todos los antídotos, cuando sea adulto su cuerpo sabrá defenderse de manera adecuada y efectiva de una entidad.

En la tercera edad, las defensas pierden fuerza y no reaccionan rápidamente, lo que hace a este grupo poblacional proclive a infecciones, cáncer, patologías autoinmunes, entre otras, dice el experto.

Una persona que ha recibido las vacunas necesarias tiene en su cuerpo anticuerpos que reaccionan, reconocen y atacan inmediatamente a los virus o bacterias que hicieron presencia en ocasiones anteriores. Los atacan de manera directa, asegura el galeno.

En cuanto a la vitamina C y las megadosis inyectables, Sánchez asegura que no aporta mucho. Se trata de una vitamina hidrosoluble, que si no es requerida por el cuerpo, es eliminada por la orina.

Alimentación adecuada

Aumentar la ingesta de frutas, por lo menos tres o cuatro unidades al día, sobre todo las que aportan vitamina C y antioxidantes; así como verduras y vegetales de todos los colores: rojos, verdes, amarillos, en almuerzo y cena, contribuye a mantener defensas fortalecidas, expresa la nutricionista Gabriela Suárez, docente de la Pontificia Universidad Católica (PUCE).

La especialista sugiere realizar mezclas coloridas de legumbres y vegetales. Todo lo que es “bien verde” no debe faltar.

Hay que poner énfasis en la dieta de los niños y los adultos mayores. Estos grupos, que son los más vulnerables, tienen que, antes del almuerzo, consumir por lo menos dos frutas y en el día una buena porción de vegetales.

Recomienda, para el caso de los adultos mayores que no puedan masticar bien, cocinar ligeramente la fruta, a baño de María, para ablandarla sin que pierda sus vitaminas.

En cuanto a las carnes, Suárez aduce que no aportan al sistema inmunológico, pero sí proteína indispensable para completar un sistema nutricional adecuado.

En lugar de las carnes rojas, se puede incrementar la ingesta de granos cocidos, en sopas o cremas, que también dan energía. (CM)
Vacunas infantiles

BCG (tuberculosis); HB (hepatitis), Rotavirus, fIPV y bOPV (polio), Pentavalente (difteria, tosferina, tétanos, poliomielitis), Neumococo (infecciones graves), Influenza, DTP (difteria, tétanos, tos ferina).

Tercera edad:


Influencia y neumococo.

La guayaba es la fruta con más alto contenido de vitamina C. El kiwi, la naranja, la mandarina y la frutilla también tienen su aporte.

Los pimientos rojos y verdes, la col rizada, el brócoli, la calabaza, la coliflor, la espinaca y las verduras de hoja verde son ricos en vitamina C.

El mortiño y los arándanos contribuyen a fortalecer el sistema inmunológico. Se habla de ellas como una inmunoterapia.

Tomar más de dos litros de agua pura o saborizada con trozos de naranja, mandarina, limón.

No tomar jugos, porque en el proceso se destruye las vitaminas. Fuente: diario la hora.

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