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INVENTOR.
Mijaíl Timoféyevich Kalashnikov
con su arma. (Archivo)
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La República Popular
China donó a Ecuador implementos bélicos, entre ellos un famoso fusil de asalto
cuya historia vale la pena conocer.
Diez
mil fusiles con sus respectivas municiones y tres lanchas patrulleras con
ametralladoras conforman la donación bélica que la República Popular China, por
intermedio el embajador, Wang Yulin, entregó recientemente al ministro de
Defensa, Ricardo Patiño.
Según
técnicos del Ministerio, los fusiles serían una “versión moderna” del AK-47
aunque más livianos.
Vale
la pena conocer la historia de esta arma que al, decir de los expertos, es una
de las máquinas de matar más eficientes del mundo moderno.
Su
inventor fue Mijaíl Timoféyevich Kalashnikov -personaje ideal de la propaganda
proletaria- fallecido a los 94 años en diciembre de 2013.
Aunque
Kalashnikov llegó a reconocer que le hubiera gustado dedicarse a algo más
inocuo, como por ejemplo construir maquinaria agrícola, siempre estuvo
orgulloso de la creación que lleva su nombre «Avtomat Kalashnikova 1947», más
conocido como AK-47. Un fusil de asalto sin el que no se puede explicar la
historia moderna de la violencia armada.Entre la ingente cantidad de armas de
fuego repartidas por todo el mundo, se estima que cerca de cien millones son
originales, variaciones y copias baratas del AK-47.
Mata más que las
bombas
En
esa cantidad, se encuentra su sangrienta relevancia. De hecho, a esta máquina
para matar tan ubicua, se le atribuyen en los últimos sesenta años muchas más
víctimas que las causadas por las bombas atómicas utilizadas contra Japón y
otros sistemas de armas mucho más sofisticados.
La
génesis de este fusil de asalto se remonta al final de la Segunda Guerra
Mundial y la idea alemana de crear munición a medio camino entre la utilizada
por pistolas y por los rifles tradicionales.
A
partir de múltiples influencias y aportaciones -agrega el relato de ABC.es- el
diseño atribuido por la Unión Soviética a Mijjaíl Kaláshnikov empezó a ser
producido en masa a partir de 1947, como indican sus iniciales. Dos años
después se convertiría en el arma larga reglamentaria para el Ejército Rojo.
Claramente
distinguible por su cargador curvo con capacidad para 30 balas, el AK-47 es un
alarde de simplicidad, efectividad, portabilidad y resistencia. Incorpora el
menor número posible de partes móviles por lo que es muy raro que se
encasquille, resiste temperaturas extremas y no tiene problemas a la hora de
operar en ambientes hostiles. Y además ofrece una demostrada longevidad ya que
modelos fabricados hace cincuenta años todavía siguen funcionando en lugares
como Pakistán.
ENSAYO.
El presidente Nicolás Maduro en un tiro al blanco. (Archivo)
600 balas por minuto
Con
unos 4 kilos de peso, mínimo mantenimiento y capacidad para disparar de forma
automática y semi-automática, los rudimentos de su manejo se aprenden en
cuestión casi de segundos.
Además,
su calibre intermedio otorga más capacidad de combate a sus usuarios, ya que
permite acarrear una mayor cantidad de munición. Sin embargo, en el contexto de
la Guerra Fría, el AK-47 fue al principio denostado como un arma irrelevante de
limitado alcance, exactitud y potencia.
Ese
desprecio estratégico, pese a la capacidad del AK-47 para disparar 600 balas
por minuto, se esfumaría en la guerra de Vietnam al enfrentarse directamente
con el nuevo rifle M-16 del Pentágono.
Mientras
los soldados americanos veían cómo sus flamantes fusiles de asalto presentaban
graves problemas de corrosión y funcionamiento, el Vietcong y las fuerzas de
Vietnam del Norte disfrutaban de una significativa ventaja con sus
kalashnikovs.
El negocio tras el colapso
comujnista
Con
el fin de estandarizar armas de infantería entre sus aliados, la Unión
Soviética empezó a compartir las especificaciones gradualmente mejoradas del
AK-47 y exportar su barata producción a países como China, Egipto, Corea del
Norte, Yugoslavia y los miembros del Pacto Varsovia.
Esta
tecnología llegaría incluso hasta lugares como Irak y terminaría siendo
incorporado a fusiles de asalto producidos por otras naciones como Finlandia,
Israel, la India o Sudáfrica.
En
el colmo de las ironías, entre los mayores compradores de kalahnikovs en el
mundo figura precisamente los servicios de inteligencia de Estados Unidos para
su redistribución poco escrupulosa en lugares como Afganistán.
Más de 100 millones
se han fabricado
°
Es difícil de estimar cuántos fusiles de estos hay en el mundo, pero se cree
que hasta 100 millones han sido producidos.
"Mi meta era
crear armamento para la protección de las fronteras de mi patria”, afirmó su
inventor. “No es mi culpa que el Kalashnikov fuera utilizado en otros sitios”. FUENTE: DIARIO LA
HORA.
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